Monday, March 10, 2008

¡Sál de mí!





Sal de mí, ira congelada,
invoca tu cambio.
Explaya tu amargura.
No te cristalices, pedazo de modorra;
no crezcas como arruga,
basura de lo viejo.

Sin tí, no sé que estoy en pos de novedades,
echando lo gris abajo, renovando mis sueños
con un utópico tambor de adrenalina.
Díme que estoy vivo, aunque azotes.
Demanda, corazón, con rojos labios
y nervios que dejen atrás los vientos.

9-16-1990 / Tantralia

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