El Kalû trepida lenta y misteriosamente
y sube a las alturas de los árboles
sin pretender existirse y publicarse
más allá de la esencia de las cosas.
Ni será tránsfuga de la escena y el tiempo
que define la mera ontología entitativa
de otros seres ni fantasma del ay, doloroso
que vive siendo sin ser-todo-lo-sido.
Cuando el bagaje de nadie se objetiva,
interino en las expectativas, el Nabî canta
y ahí-es... hecho canción de cuna,
beso y cuidado de la Tierra Madre,
seno mártir y hacendoso,
dulce e infinito;
ahí estuvo su poema,
maternal arrullo,
escribiéndose en despedida
porque el Ser va cerrando
sus años de epistemología
al llegar la pubertad de la palabra.
7-17-1992 / Tantralia
Monday, March 10, 2008
Kalû
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