Tuesday, June 15, 2010

Confesiones de Janis Leigh

«I was made a scapegoat in order to protect
higher ranking military personnel»:

Brig Gen. Janis Leigh Karpinski

Para que lo oigan las paredes de Abu Ghraib
y las rejas y los pasillos de las prisiones
lo griten como eco, yo estoy siendo tratada
como chivo expiatorio.
Coronela de la Brigada 800 de la Policía Militar,
soy una víctima. Y me degradan,
se burlan de mi rango y ya ni me utilizan como simple brigadier,
a mí, que fui Comandante en tres grandes prisiones
en Irak, a mí que instruí a los británicos
sobre cómo hacer las cosas, a mí
que comandé 8 batallones y 3,000 soldados
de reserva en la Armada.

Me dieron la autoridad y hoy me la quitan,
me llaman al servicio y con patada me botan.
A mí, que estuve a cargo de 15 cuarteles de reos
y amada fui de Coaliciones,
a mí, la dura guerrera, con más huevos que un hombre,
a mí que en la Ciudad de Mosul era un estrella
y tenía mi equipo de 16 fans que me decían:
«Tú sí que sabes tratar a los perros
y amaestrar fieras con la punta del zapato».

Y pensar que un Teniente General, valemadre,
Ricardo Sánchez, para ser preciso, se para ante mí
y me suspende y me dice: «Karpinki, la cagaste»
¿y yo, por qué?, le dije. «No hagas reprimendas.
Estos son terroristas. No son humanos.
Son perros». Y un 8 de abril me quitaron
los rangos, me sacaron de la Brigada Militar 800
y en mayo, el Gran Asesino, el gran Jefe Bush,
hizo «the fucking demotion to colonel
from the rank of brigadier general».

Y yo empecé a rascarme la pepa,
me desangré el clotis con la ira,
porque yo soy verraca lesbianoide y si me quitan
estas ganas de matar al macho desafiante
me importan diez millones de pitos del Africa
al Oriente, de Guantánamo a la China,
de Washington a la Arabia Saudita,
donde quiera que sea la mata de guerreros feroces,
y les digo: Donald Rumsfeld, putísimo secretario de Defensa,
me cago en todos los traidores, los maldigo
con The US Pledge of Alligiance.
Los escupo con el 'Under God' de las Constituciones,
yo, Teniente segunda desde 1977,
yo, quien arriesgué la vida en la primera Guerra del Golfo,
yo, ganadora de una Estrella de Bronce.

Y pensar que ahora dicen que supero las torturas
practicadas por Saddam, ¡ay puta reprimenda!
Para que lo oigan las paredes de Abu Ghraib
y rejas y pasillos de las prisiones
lo griten como eco, yo estoy siendo tratada
como chivo expiatorio.

Mis cárceles están más limpias que el hogar
del iraquí promedio. Yo los pongo a cagar y orinarse
desnudos, los hago pilas para que echen pedos
y me aseguro que nos les quede pizca de su mierda
en el intestino grueso; yo los pongo a crujir
en baños de hielo para que se vaya la sobaquina
y no quede alojada bajo sus axilas de barbones.

Y me acusan de que miento y que no obedezco
órdenes superiores ni doy atención
a las operaciones diarias de la penitenciería
y que robé unos cosméticos en 2002
en una base de la Fuerza Aérea
«sí, en MacDill AFB, «you're stealing cosmetics»
y después llegó el Mayor General Antonio Taguba
(el más hipócrita de todos) con su informe:
que yo soy una simple burócrata que firmo cosas
que no veo, quejas de maltrato y no les doy seguimiento,
sólo festejo, que paso por debajo de las piernas protocolos
y que tengo 16 fans que me juzgan una estrella
de lo porno y ¿cómo no seré emocional al declarar
mi enojo? Yo seguí órdenes: «Humilla a los cabrones,
torturalos, amárrales los cojones como si fueran perros
y házlos que se den por el culo, pónlos en pila,
uno encima del otro como si fueran mojones,
házle sentir la letrina de sus vidas».

Y guarda las fotos:
«Pile them up and photograph themselves
in various positions with these detainees.
As Rumsfeld has signed in November 2006,
allowed civilian contractors to use techniques
such as sleep deprivation...
Play some noisy music at full volume,
having them to sit in uncomfortably ...
Make sure this is accomplished».

Yo no soy más que el vigente Fiscal de la Nación,
Alberto González, ni que John Yoo,
George Tenet, director de la CIA
ni más que el memorandum
que me pide: «Olvídate de los protocolos
de la Convención de Génova. Esos no son prisioneros.
Son perros terroristas. Abu Ghraib no es una prisión
es una jauría, enjaulada en la madriguera,
«Make sure this happens». Es una orden: «Humíllalos.
hasta el infinito. Son cerdos conspiradores
contra el Establecimiento».

15-06-2004 / De El Libro de Anarquistas

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Cómo divertir a Lynndie England

I felt weird, but i was doing nothing out of the ordinary.
A commanding officer asked me to do such things.
and to commit the acts of abuse for psyop reasons...
I was instructed by persons in higher ranks even
when I was told: stand there, give the thumbs up, and smile
and you can see the dogs biting the prisoners.
Or you see bite marks from the dogs. You can see
MPs holding down a prisoner so a medic can give him a shot:

Lynndie Rana England, sometida
a corte marcial en septiembre de 2005

1.

Ahora se las da de encarnación arrepentida
y testimonio vivo de tortura (la agresora hoy se torna
la realmente torturada).
La culpable y convicta es una blanca paloma.
Ya es casi santa, inmaculada, 100% inocente como OJ.
Impensable que juegue a masturbar los reos.
Sexo, humillación y ultraje son palabras ajenas
a la memoria presente de condena.
«Yeah, I took the photos but I didn't make it worldwide».

Ella es la torturada por acusaciones
de una Corte Marcial que la implica en conspiración
para maltrato y asalto consumado en golpizas.
«Y las fotos no hablan sobre mí; mientan
los altos mandos: yo seguí órdenes».

Quien quiso ser cazadora de huracanes,
es / lo fue / en sí misma / una tormenta; mas
no se la juzgue mala. Ella ha sufrido y, en rigor,
siguió órdenes.
«I agreed to plea guilty
to abuse charges, guilty of inflicting sexual,
physical and psychological abuse
on Iraqi prisoners of war, but
I was instructed by persons in higher ranks».
.

No es justo que lo digan tan feo en prensa televisiva
y que publiciten reportes de sus travesuras
en revistas y diarios
porque sus ojos castos y puros los leerán y tiene hijos
que sabrán de su deshonra. Tendrá que escribir
un libro y desmentir la faena.
Tendrá que hacerse humana de nuevo
y decir que no es cierto
(al alma el Army no educa).
Te la quita a pedazos y todo parece normal
porque son órdenes.

2.

Dijo que era un niña normal,
todo menos indecente, «siempre he sido buena»
y selectivamente pura y muda cuando su casa
fue cierto estacionamiento camionero
y soñaba que pilotearía los cielos, cazando una tormenta.

Era la hija «inocente» de Kenneth, obrero de ferrocarriles,
antes de verse como «especialista»,
en la prisión Abu Ghraib.
Ella trabajo hasta en la cocina.
Y era un pollita de Kentucky
antes de sentencia que le comerá 16 años de su vida
O tal vez sólo 4, o tal pidan que no haya prisión.
Que se ponga «on parole» con «dishonorable discharge».

3.

Cuando Lynndie salió de prisión, se fue rumbo
Fort Ashby, West Virginia, y vio amigos
(si es que le quedara alguno y no son otros de su laya)
y habló con su familia, porque quiere consuelo
y oraciones para su amado Charles Graner Jr.,
el principal de los torturadores, el que a los reos
los llamara 'perros' y como perros los tratara.
Ella que quiere a Graner, alegado ringleader,
sabe que dejará por diez años de verlo
si lo aplican tal sentencia marcial, «oren, oren, amigos»,
y oren por Frederick que ayudó en todo
y lo hizo divertido y por coronel James Pohl
(quien dijo: «Cuenten con mi silencio.
Hagamos tratos de amigos»).

«Pobrecita Lynndie», comentan quienes la quieren.
«Está ansiosa. No es la misma que antes conocimos».
No es la niñaja que ingresó en Fort Bragg,
Fayetteville, North Carolina, con espíritu patriota.
Es otra con el estrés post-traumático
en el nivel más alto de su vida.
Ha dicho que ha visto pirámides
de prisioneros desnudos cuando fue a la farmacia,
Ciertamente, está bajo medcamentos
y, como ahora es santa y escribe un libro
donde se achaca torturas y desmanes y piensa'
que sangra como mística por llagas de estigmas
y dolor humano de arrepentimiento,
al viejo plantel lo recuerda:
el Harmenao Sergento Ivan Frederick,
mi Novio-Hermano Craner,
mi Hermano Javal Davis, sargento,
hermanos y hermanitas Megan Ambuhl,
Sabrina Harman, Armin Cruz, Jeremy Sivits,
hijitos de mi Dios en
la Military Police Company,
batallón 372 en servio en Bagdad.

4.

Fui cajera en el pueblito en que nací.
Hoy soy una tormenta, divertida
en el morbo. No soy la que fui y en vano parece
que se me rehabilita... busco alguien que vuelva
a creer en mí y me quite esta lujuria de mi carne
y no lo encuentro. Ni uno y miento...

Anhelé ser realmente útil y terminé en la guerra.
¿Quién me confiará un avión con hielo seco
y me prestará su meteorológico cielo
debajo y encima de la atmósfera?
¿Quién sin que me juzgue como hoy?

Pobre de mí, que no tengo un empleo
y a la patria serví con deshonor...
y dicen pobrecita... pobrecita
de Lynmdie Rana y el bebé...

¿Cómo ha de ser la adolescencia calmada,
como fui, mi edad en Frankfort H. S.
y aquel turno nocturno del empleo
y el dinero que ahorré, procesando
desde Moorefield pollos para Kentucky?

¿Y mi sueño de ir a cazar las tormentas?
¿Saber sobre un huracán?
Ser la mejor exploradora del cielo encapotado.

Por eso escribo esta biografía sobre
Abu Ghraib y mis fotos estremecedoras.
No quiero divertierlos como si fuera una modelo
que posa entre oprimidos reos.

Este es un retrato mío: Lynndie halló
la primera tormenta que buscaba y estaba
dentro suyo, lloviéndose con vientos huracanados
sobre una cárcel de Bagdad.


2009 /
Lynddie England

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