23. El sabotaje y la historia
A Donald Bren, accionista único y jefe directivo de Irvine Company, dueño de innumerables edificios del fumbo Oeste de Los Angeles, San Diego, el Valle del Silicón y otros puntos, parece que el evento en el Auditorio de Century H.S. no le pasó desapercibido. La Gorda, quien todo lo husmea, le envió una pequeña nota: «Puede que le interese ésto». Le adjuntó en dos hojas unas observaciones del escrito de «La Abuelita Peralta a los Nietos de los Californios».
La Burbuja del Niágara / Miss Meteorito / La Gorda / se apareció por la oficina donde se procedía a realizar los impresos del citado documento de la abuela, al rato se ordenó que se detuviera suimpresión. «¿Por qué negar ese favor a la familia Peralta, en particular, a la Abuelita, a quien se le ha invitado a una actividad que sugerió, programó y autorizó la oficina misma del Superintendente?»
Fue cuando Miss Meteoro tomó por casualidad uno de los primeros impresos sólo por hojear, obviándose de cualquier anticipo de mala fe, quien imprimió le preguntó: «He visto que la Abuela acentúa Fernández y no sé si es correcto».
«Sí, se acentúa. Por lo menos, en español». Y puso más interés, a fin de leer todo, y vio que una parte se refería al Rancho que se porcionó en el Cañón de Santa Ana y que se le fue yendo de las manos a los Irvine. Una parte del documento discutía en par de frases que la gente anglosajona que se fue envolviendo, a través pleitos legales y compras de lo que fue el Rancho Santiago de Santa Ana, a partir de 1868, escribió nuevas historias sobre el pasado de las familias mexicanas en el Condado Más Rico.
«¡Qué interesante está ésto!», dijo la gorda a la secretaria que realizaba los imperesos. Pidió que se le obsequiara una copia y una vez la obtuvo se la envió vía fax al mismo jefe de la Irvine Company. «Puede que le interese ésto».
No es la primera vez que ella lee cosas como éstas. Le gusta encender gresca con cosillas similares que les molestar a los ricos. Total, Miss Meteoro acumula o recauda, por chismosa, motivos de conversación para infiltrarse en sus mundos. Ella se siente elitista y esos temas la fascinan. «¿Cómo una mujer de la alcurnia de la abuela dice estas cosas?», se pregunta.
Lee un poquillo más del texto que explicaba: «Sólo una grave inundación (que los Sepúlveda llamaron la «tragedia de su siglo»), los forzaría a vender sus tierras ganaderas a gentes como James Irvine, los hermanos Flint y Llewellyn Bixby». Aún el llamado Fundador de Santa Ana, William H. Spurgeon, compró sus 70 acres de los herederos de los Yorba y trazaron un pueblo en el que la idea fue hacer invisibles a los mexicanos.
Según la evaluación que hizo, si algo se connotara por el tono verbal de lo que lee, es el alegato afín a los roñosos partidarios del aztlanismo. «Tónica de gente del decenio del '60 cuando el mexicano del Suroeste le pedía cuentas al gringo». Y aquí está una Peralta, cepa de mujeres ricas de Berkeley y lo que hoy es San Leandro, o del Distrito Noreste del Temescal de Oakland, echándole mentadas y pedos a los Irvine y Bixby.
«Tengo que enviarle ésto al amigo Donald Bren», dijo Miss Meteorto La Gorda.
Las aldeas de aquella arcaica ranchería Santiago de Santa Ana, a las riberas del río del mismo nombre, vendrían a ser como brumas de lo que nunca existió. A la ancianita que llegó al auditorio, el nombre del proceso del olvido se llamó el Tratado de Guadalupe Hidalgo, con sus secuelas de opresión y despojo de los Californios. Antes que el Tratado: «los mexicanos y los gringos se pelearon en una guerra» que duró poco, pero se inició en 1848. Esa es la guerra que nos hizo invisibles. «We eventually lost our dominant place in California society», había escrito la señora Peralta en unas páginas que esperó que la administración de Century H.S, distribuyera.
Pero no se hizo. Como tampoco se le permitió que hablara. Ella sabía que tendría que ser breve. Dejar un mensaje cariñoso para aquel estudiantado. Una invitación a leer cuidadosamente dos hojas que deseó impresas y distribuídas como una carta persona de la Abuelita Peralta a los niños de lo que fue Santiago de Santa Ana. Así le gustaba que se dijera al Pueblo Californio que el sargento Luís María Peralta (1759-1851), junto con sus padres y tres hermanos, el último gobernador español, Don Pablo Vicente de Sol, ayudó a establecer en California / el Estado de Oro. Estos Peralta que la Abuelita siempre ha loado, por sus estudios de genealogía, ahora por sus celos de otra investigadora, se pondrá ante los ojos de los Irvine. Son prole de los mismos Peralta que ayudaron a fundar San Francisco Presidio, la Misión de Santa Clara y el pueblo de San José, lo que se espera por vista en CHS.
Estos Peraltas, quienes están entre los primeros californios y primeros que hablaron español en comunidades del Este de la Bahía en el Estado de Oro, llegaron a tener 8,000 cabezas de ganado y 2,000 caballos, pastando en su Hacienda. Ellos eran la vida social y cultural en la Alta California y abajo, en el Sur. Es cierto que había jornaleros sin tierras; pero todos tenían trabajo y gozaban del respeto de sus amos. Aún las gentes indígenas bendecían la generosidad de los Peralta y los Galindo. Aquella fue una época de rodeos cada año, carreras de caballos, juegos y fandangos. Nadie que hablara español bajaba la cabeza ni se escondía por las rutas de El Camino Real porque, de repente, se cruzara con un extranjero en su camino.
El extranjero solía ser anglosajón o chino. Y los chinos en su Remoto y Lejano Oriente en la Tierra habían sido esclavos de sus clanes y, asimismo, esclavos de los británicos. ¿Y qué me dice usted del hermano negro?
Indice
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Indice / Novela de tesis / pedagágica / 1. Preámbulo / 2. El Estado Dorado y Exitoso / 3. ¿Cuál es «El divino tesoro»? / 4. La cazapremios que vive entre ratas / 5. La llaman Meteorito o La Gorda / 6. «Usted es un progresivista, no un trascendentalista» / 7. Dos papas podridas / 8. El certificado de defunción / 9. Un demonio vestido de santito / 11. El hijo de un guerrillero / 12. La exportación del miedo / 13. «Soy de donde mejor me convenga» / 14. «Y de mí, ¿qué va a decir?»: La Shakira / 15. En el submundo de la Rosa Salvaje / 16. «Los marcianos llegaron ya»: Miss Meteorito / 17. «Tras viciosos, malagradecidos»: Rosie / 18. Cruzarse de brazos / 19. Sobre conejas, premios y el Título X / 20. «Por amor a mi cantón»: El cholo
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