Saturday, June 05, 2010

Dice Gustavo, el maestro / Frag. 30 y 31


30. El régimen de vigilancia

Cuando el Dr. Frazier envía el lacónico mensaje, prepárese, parece la amenaza del verdadero centurión. Y el personal de la escuela pasa el recado como si significara «Espere lo peor. Rodarán las cabezas». En la escuela llamada «Home of Centurion», la misma Miss Meterorito recibió esta mañana el mensaje de Roger Frazier.

Gustavo va camino a una junta con la directora escolar, en conjunción con Frazier y otros coordinadores de la Jefa Rubalcava. El cree que debe defender a tres de sus alumnos. Ya le informaron que han sido recomendados para la expulsión por las razones disciplinarias que se enumeran en la Norma 5131 de la Junta de Educación. «Posesión de objeto», «de uso no razonable por el alumno en una actividad escolar». Se r!e. Saben que se refiere a un rollo de papel «Bounty» que, en verdad, es más suaveito que la marca «Angel's care».

«¿Te preparaste?», preguntó Miss Meteorito a Gustavo cuando se sienta a su izquierda en una silla dura. Esperó antes que se discutera un caso que la preocupa y se queda para ver cuán expeditos son al razonar con Gustavo. Al menos, él ya memorizó el Artículo 6.5.s del Teachers Progressive Discipline Plan, en fin, todo lo que concierna a suspensiones de estudiantes en su salón de clases.

Unas cámaras de vigilancia, ya revisadas por la policía, captaron, en los pasillos de los baños, a tres de los estudiantes que se robaron los rollos de papel sanitario, utilizados como proyectiles en el auditorio. La fechas del vídeo grabado apuntan a días anteriores al uso que se le diera a los rollos; aunque un fragmento de grabación, el más reciente, se aproxima a la hora en que fueron utilizados como proyectiles.

«¿Que si me preparé? y, ¿para qué?» Si fuesen a rodar cabezas, como dijo, ella misma no tendría la suya puesta sobre el lonco. La vio lironda, sonriente, despreocupada. Tuvo que recordar que supo. Alumnos suyos una noche, hace unos días, la vieron por el Hipódromo Santanita. Estuvo en compañía de un viejito ridículo y chachuaco. Como pareja parecían un diez: ella, tan gorda, él, una espiguita por delgado. Vieron que ella soplaba el humentín de los cigarrillos que él consumía.


31. El detalle de 2,000 caballos muertos

A ella no le gusta el aroma del tabaco en su pelo y él, cuando ella soplaba, casi se levitaba por la levedad de su peso. «Es más flaco que Don Ramón al que cualquier chimoltrufia le estampa bofetadas», aludió un chico que se aficionó al Chavo del Ocho. Dice que la fuerza del soplido de Miss Meteorito es un arma mortal.

Viene a colación este cuento porque cuanto Gustavo entró a la oficina ella interrumpió el ralato de que había soñado con miles de caballos muertos a las márgenes del Río Santa Ana. «¿Caballos?», preguntó otra maestra a la que le dijeron: «Prepárese». Gustavo iba a sugerir el simbolismo onírico de la vitalidada sexual de los caballos; pero se contuvo. Trató de recordar otras cosas, no sobre la visita de la educadora al hipódromo... «Pues, ésto que ella ha soñado será una disfraz de la culpa», piensa y calla.

El Dr. Frazier se estuvo rompiendo la cabeza para descubrr cómo llegaría a Donald Bren, de The Irvine Company, un relato de la Abuela Peralta que señalara que sus ancentros, «rancheros californios», poseyeron 10,000 cabezas de ganado vacuno y caballar. Y no es coincidencia al azar.

Miss Meteorito sueña con 2,000 caballos muertos. No es porque haya ido al hipódromo. Ya el Dr. Frazier escuchó el testimonio de La Gorda y lo que tuvo que decir al respecto. Fue a la junta, airosa y descaradamente y le salvó el pellejo a la secretaria que estuvo haciendo los impresos de la Abuela Peralta.

«Sí. Efectivamente, yo le pedí una copia del escrito para corregir la gramática. Se la pedí con buena fe. Y, una vez leídas, la gramática y acentuación de esas dos hojas me parecieron impecable».

«Prepárate», le dijo Roger Frazier. «Fuíste quien sacaste de la oficina esas hojas y creaste este escándalo. ¡Prepárate!»

«No yo, Dr. Roger», lo corrigió ella. «Cuando yo le envié a Donald Bren, amigo mío, este artículo de la señora Peralta, yo sabía que salvaría esta escuela».

Lo que todavía no sabe ni Miss Meteorito ni Gustavo es que, por poco ni la cabeza misma del Dr. Frazier se salva. Menos la de Russo o la de Rubalcava. La Abuela se fue espantada. El estudiantado frustrado, junto a buenos maestros de programas como Academic Decathlon y MESA (los de matemáticas, ciencias e ingeniería) con los que Gustavo simpatiza. La carta viró todo al revés. Caso fue de graves revuelos... Al fin se supo, sí... ¿por qué ocurrió todo?

En ésta, tan pequeña prepa del Sur de la Avenida Grand, a punto estuvo de fraguarse la Guerra del Armagedón. Donald Bren, cuando recibió el «e-mail & urgent fax sent by» Miss Meteorito cotejó lo siguiente: «¿Cómo es posible que en el auditorio de una Prepa de latinos (95.5% del total de su matrícula), casi todos (83% de sus familias, procedentes de unos sectores de gente muerta de hambre o, digamos, técncamente, «económicamente desventajada», con el 52% de alumnado posiblemente compuesto por indocumentados, siendo que son «English learners» y no realmente segundas y terceras generaciones, nativas por nacimiento, se reúnan y se convoque a la prensa del Condado Más Rico, el influyente / The OC Register, entre otro diarios / y vean cómo nos crucifican?»

En actividad tal se dirá que los Irvine, Flnt y Bixby, o cepas que compraron a los Yorba, los Sepúlveda y los Grijalva, ham sido cuasi el equivalente de los viejos cuatreros del Viejo Oeste, cuando la Fiebre del Oro avanzó hacia estas tierras... «¿Cómo es posible que una escuelita de la Ciudad Más Pobre nos haga ésto?»

«Prepárate, Saucedo», se le ocurrió decir a Donald.

Pero él no va directamente a los pequeños si la tarea es reprender a los Saucedo, los Gumucio o Rubio. El ejecutivo billonario telefoneó al Superintendente Estatal, el Jefe Jack O'Connell y Jack llamó al Departamento de Educación del Condado Más Rico, William M. Habermehl, y de ahí, se comenzó a descender en la jerarquía, eslabón por eslabón en la cadena de poder. Y se centró después en los responsables del despropósito en la Ciudad Más Pobre, y se formuló la pregunta: ¿Cómo un Distrito Escolar Unificado como éste, el suyo, De. Mijares / Russo / dio voz a una Peralta, sin antes consultar a los Irvine?

Es que parece que, entre los directores del Distrito Escolar no ha quedado claro que, desde 1959, ha de ser «The Irvine Company» la que defina para el Estado Dorado cómo se fundan las nuevas municipalidades, cuáles han de ser los rumbos y las estrategias que tomará la educación, cuáles los criterios que guíarán los paradigmas culturales y el tipo de voluntad ejecutiva que se solicita de las generaciones.

Cerca de Newport Beach, donde Mr. Donald Bren tiene su oficina, él recuerda los días en que se vendieron 500 acres para construir lo que hoy es el nuevo campus de la Universidad de California. La universidad y Donald son socios. Juntos diseñan el Plan Maestro de los entrjuegos corporativos. Todo cuanto se reconozca existente en el área, se diga, se quiera transformar, o eliminar o asociar de algún modo, especialmente desde que la Ciudad de Irvine fue incorporada en 1971, tiene que tener el visto bueno de los planificadores de UCI, sus científicos sociales, así como de la gente con que Donald se rodea. Empresarios con aventuras inversoras o de filantropía consultan a Donald. «Al menos, el Dr. Mijares tuvo ésto claro; ahora hay que investigar, si Jane Russo lo tiene claro por igual».

«Hay que respetar jerarquías. O haré que rueden cabezas», amenazó el Jefe y parece que el jefe era Donald y que en el pequeño campus del Sur de la Grand, Miss Meteorito, eran como sus ojos y sus oídos. Y como es una vieja caradura, necia de nacimiento, se quedó en la oficina. Quiere que se le aplauda porque salvó la escuela de peores humillaciones. Se evitó a tiempo que La Abuela viniese a insultar a los Irvine, en nombre de Juan Pablo Peralta y su esposa Ana Gertrudes Arce, cuyas familias se asentaron en el Valle de Santa Ana el 24 de agosto de 1804.

«Usted se puede ir a su oficina», le dijo Russo. Ya se aclaró todo.

«Okay, pero, no vayan a expulsar a los niños de Gustavo».

Indice
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Indice / Novela de tesis / pedagógica / 1. Preámbulo / 2. El Estado Dorado y Exitoso / 3. ¿Cuál es «El divino tesoro»? / 4. La cazapremios que vive entre ratas / 5. La llaman Meteorito o La Gorda / 6. «Usted es un progresivista, no un trascendentalista» / 7. Dos papas podridas / 8. El certificado de defunción / 9. Un demonio vestido de santito / 11. El hijo de un guerrillero / 12. La exportación del miedo / 13. «Soy de donde mejor me convenga» / 14. «Y de mí, ¿qué va a decir?»: La Shakira / 15. En el submundo de la Rosa Salvaje / 16. «Los marcianos llegaron ya»: Miss Meteorito / 17. «Tras viciosos, malagradecidos»: Rosie / 18. Cruzarse de brazos / 19. Sobre conejas, premios y el Título X / 20. «Por amor a mi cantón»: El cholo / 21. «Naomi, ese hijo pudo haber sido el mío»/ 22. ¿De qué sueño americano estará hablando? / 23. El sabotaje y la historia / 24. El desaliento / 25. El toiletazo y los 'Homies' / 26. Se harán averiguaciones / 27. El robo y la palabra del día / 28. En defensa de Fa Boulon / 29. Gustavo y el padre de Fa Boulon

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