Voy a responsabilizarme del sentido

a Nikola Tesla (1856-1943)

Unos quisieron ser lo que es oscuro.
Lo que se agota y se anula en el azar.
Unos cierran los ojos ante cada mensaje del evento.

Otros no. Yo soy el obrero del sentido.
El examinador de esperanzas. Del misterio.
El que sabe que las cosas se entretejen.

Unos ante las vibraciones ultrasónicas suicidan
los oídos, desmantelan las antenas, Se cierran
en sus rangos auditivos. Otros no.

Yo busco la Lira de Anfión. Entono cantos.
Taño mis címbalos. Voy colina arriba a levantar
las piedras con trompetas divinas y cantos.

Unos, aquellos que no levitan y se siguen
arrastrando cual lagartos, no ven las otras dimensiones.
No exploran el misterio. No ven los soles. Miran al fango.

Otros no. Yo manipulo el tiempo. Me cobijo
en el rostro de los seres más altos. Le robo el fuego
de su fe y la hago mía. En un cristal de quíntuples simetrías

me fugo de este infierno del rasero. Abro mis puertas
interdimensionales; miro la responsabilidad, el porvenir.
Me recobro en los rostros que a otros inspiran el rechazo.

Esos Unos que no oyen y no ven, que nada explican,
todo lo quieren a la mano, obsequiado en las bondades
de lo impropio. Son ladrones y apáticos. Otros no.

No yo. Pagaré el precio. Me asomaré a las ventanas.
Dialogaré a ese infinito con el cómo y el por qué.
No descanso. No desfallezco. El mundo es maravilloso.

Soy en la libre posibilidad inagotable. Voy por la senda
hacia todos los sentidos; soy el examinador que dice viva
a los momentos, el creador de la mano del Asombro.

03-07-2000 / Teth mi serpiente