Saturday, December 01, 2007

Dános un gránulo de sol


Dijíste la palabra Padre.
No sé con qué boca.
Es el alto túnel, tu boca,
tu lengua de fuego.

Padre que estás en lo alto del Irminsul,
dueño eres de la esfera que rutila,
del puño que azota el espacio y subvierte
la chispa y la entrega, prometeica,
como gránulo de sol a los hombres.

¿Quién puede mirar a tus labios
y a tus besos ígneos pegar los suyos
que sobreviva y lo cuente?
Sin decirte, dador de deseos,
¿quién habrá que diga, no te amo?

¿Quién, entre los hijos de la tribu,
alma de Teutatis, querrá
no verte, ni saludar tu sueño,
cuando hay noche y te duermes?

¿Y quién sino tú ves primero que el hombre
la llegada de Ella, la Carroza de la Primavera
y quién, sino tú, la fecundas y traerás semillas
al corazón de Nerthus, nuestra Madre?
6-15-1990

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