... a mi madre amadaEn el marco de mi puerta escrito fue
Viste el tefilín, recita el éxodo, comparte el pan.
Escrito fue en los ojos de mi madre: Copia
en la mezuzá un salmo de tu alma,
un pergamino sin angustia, porque tú
tienes el ángel que habla en el oído
y no usurpas y no adoras cualquier idolatría.
Te conozco como una fiel ventana. Te asomas, Carlos,
a reconocer la existencia del eterno, ni Ov ni Idoni
se consultan por tu oído. Ni sacrificas en fuego
los hijos de tu pensamiento. Tú, poeta, ven
y canta al lado de mi camino; ven y recita
y mata mis fatigas, el hervor de mi asma.
¿Qué habré parido que en el corazón te creció
un árbol de treinta o más caminos y una Halajá
que es tan sublime, como el día del amor,
Tu Be'av, tú, al pie del duelo por quien
padece en guerra, tú en el día de piedad,
buscando un pensamiento, porque se yergue
el hambre y se litiga en ausencia de un juez bueno
la misericordia que no se concede.
Seguro que has nacido por buscar un sendero.
Y lo hallarás, Carlos. Y será Tu Corona.
Del libro inédito Teth, mi serpiente
Memorias de la contracultura / Indice en Exactpages / El gran proyecto / Yayo el turco
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