La sociedad civil es por encima de todo
una sociedad sin un orden sacralizado:
Ernest Gellman
Tal vez aún no lo has comprendido.
El amor es divino. Encarna con la sospecha de ya
tenerlo todo por gracia del infinito de su esencia.
Se olfatea más allá de los desastres. No como ellos,
los que por el amor dan ceros y se despojan
como tales. Por la energía dan cero.
En la visión protestativa, el pordiosero declara
que el mundo es tan finito. Carece de abundancia.
Entonces no vale que el zorro conjunte los esfuerzos
y observe desde su madriguera el bien determinado,
la comunidad universal de las virtudes,
el bienestar general para los pueblos,
la dignidad que iguala al que trabaja y subsiste.
Ahora que abundan los desesperados
como vitriólico ornato del cinismo, aprovecha
y medita la sospecha que nos desafía.
Házlo como quien compadece o regaña
a los espantapájaros. Deja el lamento.
Sé cantor de optimismo. Con un poco
de amor se llenarán tus manos.
Regresa a las cúspides teórico-metafóricas,
a la empiría de principios de amor y de alegría;
contagia al mundo, con el nuevo renacimiento
que expresa la energía y salta al mundo
como un zorro verdadero: con precisión
de ojos avizores, dúctiles garras, no hirientes,
ágiles movimientos, orgullo porque el monte
se abrió para tí y te dio una tarea.
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