Monday, December 03, 2007

La rebeldía


¡Ay, hijo de Adam! el por qué restauración
Te demando a tí y las simientes que hoy derraman
lágrimas de Nánaco y en Pilar del Juicio,
tarugo y bobarrón te Sé...

... el por qué no te observo querendango
ni te río las berzotas, hijo de Adam,
ni el olor de báquira y jabalí te soporto,
el por qué tu ofrenda ya no es grata
y no es para mí, el por qué, Narciso,
te rufugias en Nob y luchas
contra la Estrella de David,
yo lo conozco, tu causa juzgo.

Es que no amas ni bendices
el amor que te dimos, mis palabras oíste
y te instruí, te senté en mis rodillas.

Mas soltaste el lazo y asaltaste
la Casa de Nuestras Palabras
con espada de incredulidad.

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