¡Que te vea, sí,
que pueda verte quiero
si vas a ser consuelo!
No voz del ser que duerme
ajeno a percepción y sensualismo.
Tlanihuic, de teja abajo,
mis pies de matorral están cansados.
Luz y sombras se alternan.
Quiero más que vientos atrabancados.
El que existe que no esconda su voz
ni juegue a la
entelequia.¡Que se vuelva oxidasa citocrómica
y solidifique su arcoiris
sobre mis matorrales!
Así será consuelo.
No Dios ni
neumani sé yo qué carajo.
2-18-1981 | De
El hombre extendido |
Antología / Carlos López Dzur
No comments:
Post a Comment