Friday, November 30, 2007
El amor afgano / 3
Sus ojos negros se han abierto.
De improviso se encendieron, se extasiaron
ante el cielo eunuco, sin estrellas.
La abrí, la gocé y entendí su alegría.
Con mis ensoñaciones, la madera es dura.
Se une al júcaro, se ablanda en flores.
La semilla: cebada y leche de infinitud.
Y arando va y yo con ella, como mulo,
tiro del yugo y me duermo.
Despertaré con sus ojos.
El henasco es terciopelo
de alfombras mágicas
y mi cielo es Bagdad.
Derramo mis cascadas de Cabul
y mi pene es tallarola de fino acero
que abre las grutas, con hormigas
que transmiten afanosamente
la sensación del morir y el vivir.
De El Libro de la Guerra
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