Ahorcaron a Bridget Bishop

«I am innocent, I know nothing of it,
I have done no witchcraft»: Bridget Bishop
[Salem Village in the Massachusetts Bay Colony, 1692]

Yo la ví colgada, luchaba por su aliento
y abrió los ojos antes morirse en la vergüenza
del proceso; yo la observé algunas veces
en la Iglesia de Beverly, cuando Mr. Hale
le hablaba como su pastor. Me imaginé,
«ha de ser que la reprende». A él jamás gustaron
sus sombreros negros ni su chal que es rojo.
Y ella, tan felizmente que sonreía cuando calzaba
los zapatos teñidos de verde, colgándose
bolsas amarillas al hombro.

En su casa acortinaba las ventanas
con alas de mariposas, con plumas
de infinitos colores, con telas
de estampados que parecían mandalas.

Ví la ahorcada, ocho días antes que le dijeran
bruja y asumieran que creyentes jóvenes
como soy, con ella peligramos; yo ví
en Gallows Hills al Sheriff Corwin
que la condujo, apretándole el brazo
hasta el podio de la muerte y escuché
la hermana del esposo de Bishop que dijo:
«Señor George, no la toque»,
porque el Demonio la tocó primero
y se la sienta en las piernas y le conversa
al oído, con susurros y besos
hasta la madrugada».

2.

Yo no sé por qué creyó el juez que firmó
su condena, aquel diez de junio,
que sería mejor quemarla viva; por qué
se convenció que es una mala mujer, si tan sólo
es «showy», rídicula en sus gustos,
excéntrica, pero, ¿qué daño ha hecho?

El Juez Nathaniel Saltonstall dijo que ninguno
y es estúpido temer a quien acaso por defecto
tiene la voz gruesa, un qué se yo vibrante.
y los ojos oscuros y profundos.

Y llegaron a verla, casi atropellándome,
por si estorbo el camino, presurosos
como quienes huyen u apartan lugares primeros
en un espectáculo, o faena divertida.

Curiosamente iban a verla como si fuera un esperpento,
salida de algún foso. Y el gentío de la villa de Salem
discursaba, en favor de acusadores
que, en modo de queja continuada, se situaron
queriendo ser más recordados que la misma
bruja, con la soga al cuello.

Y los hermanos que se llaman
puritanos, ortodoxos, cristianos obedientes
del Dios más compasivo...
han sesgado sus confirmaciones, interpretan
acorde a sus preconcepciones y ninguna más
es posible, porque la Iglesia odia al Demonio
y, cierto es, hay que odiar a la endiablada:
Bridget Bishop.

3.

Allí estaba el mejor cultivo de viciosos.
Gentuza del Poder corrupto, gente que siente
que es su derecho identificar a falsos enemigos
sólo porque más compatible les es la ficción
con algún sentimiento de respaldo.
Aquella mañana de junio, 1692, ví a vecinos
que no habría visto en años presumiendo
prudencia, pero olvidando la moral
que ha faltado en sus vidas.

Se convencieron de que a la Hermana Bridget
la corrompió el demonio; Nathaniel Saltonstall renunció
mucho antes que se diera el veredicto de culpable.
Yo recuerdo que dijo: «No existe diablo alguno
(Dios sólo contrae la luz y da visiones
y hace que solitos hablen quienes siempre
se callan; hablan con la forma del silencio)».
No satisfecho con los métodos de aquella
corte depravada y aquellos testigos sospechosos
también el Gobernador viajó a Boston
buscando asesores y ministros.

Van a colgarla y no se sabe cuál es el delito
Están obviando una respuesta razonada
y burlando con el Argumentum a silentio
por ver un poco de violencia en vidas rutinarias.
Se creen poseedores de la verdad y no desean
ni perder tiempo ni energía en explicarla
Ad ignorantiam.
Pues, bien, he visto la muerte más injusta
en Salem, el cádaver se mece y me siento ofendido
y me voy de este pueblo.

De: Estéticas mostrencas y vitales
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