El derecho al mando y la prosperidad

All things in the universe work
according to righteousness: Enoch

No todo se entrega de oquis con sólo pedir.
El Universo no es así. La tierra mata al que no
la siembra, la gravedad te da el límite,
la autoridad se administra
de a poco y por nivel; no es tener anchas manos
y gritar por los caminos: «Llénalas de votos
y de aclamos; aliméntame, aquí espero
con las manos vacías, cárgalas de fama
y gloria y vanidad» y tan sólo por querer,
ahitadas las manos de oquedad
pese al mucho pedir.
Manos son que quedarán vacías,
manos que pesarán con dolor.

La Mente exprime más que la más densa
y pesada roca en la cargada por la cima empinada
de Sísifo. De modo que comprende
que sólo la fe te pertenece y no puede darte
más que lo da, excepto cuando seas
el verdadero dueño de tu fe
y entiendas la justicia del recibir
que es la misma justicia del dar.

Teth, mi serpiente

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El ladrón y la Euxosía

Usted sólo puede atraer la riqueza
hasta el punto que la da: Enoch

¿Quieres autoridad, hijo mío, prosperidad
y control sin la habilidad de comando?
... pues, vano será. Sencillamente, el universo
no es así. Un hombre cosecha lo que siembra
y, ¿qué has sembrado tú?...

Aprende mi euxosía, sabiduría
es la sustancia de la Abundancia que soy
y que el ojo malo no ve ni el oído vago oye
ni la mano muerta palpa, mas Soy
Todo en la Fe y el derecho a disfrutarme
lo dispenso porque a quien me da, Yo doy.
Dame la fe por amor; fe es el derecho
que instaura nuestra mutua dicha y plenitud.

Con fe mía sustancio
la atracción y digo Amor, lo que soy
y lo que puedo Ser para tu identidad.
Combino átomos de lo que no se ve.
Venzo todo sesgo para que haya lealtad,
todo riesgo local para que haya virtud,
te doy toda atención. Separatividad condeno.

Reclamo pues el don, díme por mi nombre;
herédame la Euxosía; te aceptaré
por la confianza de que me harás el amo
y el merecedor y no permitirás que se escurra
entre mis dedos lo que tengo y lo que hurté,
porque me faltó probidad, te confieso,
honesta provisión de Quien
me ha enseñado a desear...

Teth, mi serpiente

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La riqueza que doy

Un modo de procesamiento inteligente de la información
debe llegar a existir en el Universo y, una vez que aparece,
nunca desaparecerá: Bert Thompson

... pero el derecho a la autoridad
no se mendiga; no se pide a quien no la tiene,
no se recoge de basurales y residuos viejos.
Es la confianza poderosa, la fe en ti.
Esa es la primera riqueza que doy.
La antropía euxológica.

Desde hoy y para siempre, hijo del carbono,
devuélveme la fe, págame con ella.

Siembra en tu Espíritu porque también
es el mío y yo en la arcilla vivo
por afín de tu cosecha. No pierdas lo que dí,
no lo corrompas, no quiero pérdidas.

Nada doy que no se multiplique
y te dí mis múltiplos, la semilla.
Entonces, a sembrar, Labriego.

Pregónalo a los pueblos: Que tienes un secreto
de riqueza, grano fértil de esperanza
que es el comienzo de tu pago y el mío.
El universo es consistente con tu existencia,
Hijo mío, no me digas, padre malo,
delincuente, si te doy la Euxosía,
todo el derecho a la expansión
del espacio, las condiciones iniciales
que te pre-anuncian: «Existo» y el padre verifica

tus andanzas, ¿por qué dudas
y preguntas cómo es que existimos,
o cómo es que no existo, si yo te evoluciono
desde el principio de los tiempos
y te llamé Mi Heredero?

Teth, mi serpiente

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