Saturday, June 27, 2009

El Gran Cuaderno / El reino de las moscas /

¿Para qué anotar el Gran Cuaderno
de las vanidades, Adelantado
del Nuevo Reino de Granada,
si la historia verdadera escrita está
en las charcas serpentinas, entre lianas
y bejucos colgantes, ataduras de esparto,
asedios de enredaderas y aves zacundas?

¿De qué vale, Don Gonzalo, El Dorado
y 500 varones, ardides de exploradores
y canallas soldadescas, si los fantasmas
del pánico no huyen, petrifican?
Las flechas aciertan a los ojos avizores,
los ciegan, le quitan la sapiencia
del horizonte, sus rumbos.

Las bazucasos azotan duramente
la agilidad de la cadera.
Los chibchas memorizan el talón de Aquiles,
las caras blancas del rival repentino,
inesperado, de las noches se aprenden
los desgastes, rezongos del músculo,
coyunturas del miedo.

¡Gonzalo, guerrear es una lepra anticipada
y usted hoy está sin caballo, mundo, pan,
sin el bocado de piel del animal caricioso!
¿Para qué sirve, Mariscal, el titulaje
de la sangre limpia y el valor antiguo,
el abrazo de la Hispania, separada por mares,
el rumor encantador del agua
si el mismo Magdalena caudaloso
es río para verter el llanto,
piel sinuosa de serpiente
con orillas de hiedras?

*

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El reino de las moscas

Lo trágico busca la poesía... Pero si de aquí desprendemos una (est)ética hay quie entender que ésta no es el del todo negativa... Pero esa estética no es lo fundamental de la mirada ni del ser poético: Yván Silén

Tú no eres fundamental, abogado del luto,
escribidor del Gran Cuaderno
que explica tus codicias.
¡Genocida del Reino de las Moscas, múerete!
¡Olfateador de templos olvidados, cesa
de una vez en el lodo compasivo!

Tú eres prescindible, vulgar, hipócrita,
beso fiero, ósculo de traiciones,
¿para qué quieres tu ética de gloria,
tus justificaciones, si sólo has vivido
del sablazo?... cesa, se te obsequia el reposo.

Deja al fin que en Chipatá
se te recuerde cómo has sido,
por qué en Tunja perdíste hasta el caballo,
aquel ataviado de jirales y gualdrapas
al que llamaste «Mi suerte».

En Mariquita te saludará una serpiente
Es en lo trágico que se crece el hombre.
El Dorado ha sido un charco de agonía.
El Dorado es un llano de la Muerte.



5-2-1989

*

Vuelve a mí


a Fany Gabriela Jaretón, judía
luminosa, poeta argentina, mi alma gemela

Hiedra, con cabecitas negras, casquivanas,
hija de bayas carnosas, mírate al fin en Ihvh,
quien abre la puerta del Daath y coloca
ante tí su Espejo Oscuro.

Reacciona, gorgona, que te doy
la garganta de mi alfabeto eterno
y luz de mis letras para que escribas:
Aquí estoy. Crezco por amor a Tu Nombre.

Trepa, niña de la cruz hasta el Yesod
que ya admito tus mandrágoras y tu olor
de jazmín, tu piel de lirio y damiana,
tu tángana y tu bronca.

No serás guirnalda de canallas
ni leña menuda ni serpol
que se corta, con hoz y con guadaña,
en los otoños de mieses y siega.

Ven por tu descanso
(que no se ha desnucar nunca más)
tu lugar en el Aleph

ni en Teth de mi regazo.


19-9-1990

*

La Eva cósmica

Ahora reposará el Olam ha Asiyá.
Se completará en tí y con mi parto
estará disponible. La mucha miel,
no es buena, la mucha luz
nos ha cegado.

Alguna vez, Arbol de Vida,
tendrías que ser mi ciencia
y mi fruto de conocimiento.
Dentro de la materia, El todavía fluye
como río que para nuestra fortuna
ha manado, Adam.

¡Qué ricamente nos circula!
El es justo, distribuye los opuestos.
Nos atempera. Equilibra los rivales
de las sombras. Es luz y son
muchos sus ojos
en sus cielos.

Las estrellas nos bendicen
a distancia y son muchos los peces
que son ojos en el denso fondo
de los mares. Arriba y abajo, Adam,
el Todo es Nuestro.



05-09-1998

*


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Persecución de la Presencia



En lo Inmutable vive la Shejiná negra, simbolizada por lo oscuro del carbón, no por la luz revelada por la llama; en el nivel potencial también hay amor y luz. Sin embargo, la permanencia de la llama depende de la esencia inalterable del carbón. El tercer nivel, es lo cambiante que va hacia el Mundo por venir. La llama de Dios, en general, es Amor. La oscura, el Amor a Israel, almas investidas en cuerpos físicos. La luz blanca es el amor de la Torá: Baal Shem Tov



Para matarla, se crecieron los siervos que no se agachan
y que, en anti-sociabilidad, alegan: No existe la Llama.
Si luz oscura alrededor de la mecha es lo que vemos,
nada bueno es que se mezcle con Luz blanca.
Despreciaré la presencia de la Zorra obscena
que aún con mi Padre / Melekh se acostó.
Vestido de escarlata, la maldeciré
y del pan doble del Shabat le negaré porción.

Para matarla, porque la Presencia dijo:
«Si supieran que absolutamente oscura es la esencia
de mi dios Ain y que la Luz visible no es la luz originaria»,
se negaron al rito de su circuncisión y la bondad
y la maldad andaron juntas y se besaban en las esquinas.

Ninguno habló sobre la Unicidad de Dios entre las almas
ni sobre cómo se rectificará la estructura síquica
de aquel que fue bendito en el Sinaí y yugo divino
admitió de los Cielos para que lo bendijera Su Amor.
«Sombra no queremos», dijeron los iluminados
pese a su ambliopía. Los más cegatos pidieron luz.
«El ego es mi bastón y amo soy en mi casa»,
alegaron, en proclamas triunfalistas,
los herederos del sacerdocio.

Y vieron las nubes sobre el cielo.
Al fin gritaron: ¡Poder, poder, poder se nos ha dado!
Y alegaron que palmas limpias y autoridad de regir
les autorizó una Nube de Gloria sobre el Sinaí.

2.

Y, en un crepúsculo de amenia moral, salieron
con leños encendidos, secos leños en verdad,
a buscar la Presencia por los cruces de camino.
Como frigios del Asia Menor que se unen
a las obscenidades de los Cabiros,
tu pueblo, ¡ay! Israel, se juntó a multitudes
y el olor de arauja se expendía por causa de flores
en luto, antes blancas, ya marchitas,
a orillas de las plantas trepadoras del camino.

Triste y ofendido va el tropel pidieron prestado
al odio y al sujeto escindido. «Deténte, fiel»,
dijo uno de ellos por alarde de que todo debía darse
a fin de quitar la Presencia del recuerdo
e instaurar al Varón en lugar central del universo.

«Pero, ¿qué me importa a mí si fue Varona
la diosa que dio a mi rey los placeres divinales,
qué si fue Lilith quien trajo el primer recipiente,
qué importará si Eva, o Perséfone fue,
qué si una doncella de Innana,
o Astarté, lo hizo?

Si siendo tan pudibunda,
hermosos tuvo los senos, bendita sea.
¿Qué si la casta Diana a mi rey bendijo,
qué si la santa nitocha, qué?»

«En mi casa me abunda la miel y las palomas,
el trigo rebosa pródigamente mis campos;
con el vino me duermo y el sábado descanso».

¡Qué poco amas al Dios que te compensa con riqueza
y qué poco le sirves, mezquino, cuando la espada necesita
o el cuchillo espera El del siervo!
¿Entiendes tú que hay que matar al enemigo desde hoy?

En fín que se fueron y uno sería el que no oyó:
Amigo que no presta y cuchillo que no corta,
que se pierda poco importa.

3.

Que se abra bruscamente lo inseguro y se esconda
porque la mataremos. Eva negra no quiere el pueblo
de Israel; fantasma nocturno, huye; Cuco, véte,
madre-amante, deshonra de los hijos,
entuerto del padre, tentadora, Lilith,
madre de demonios, chupasangre,
de Acad a toda la Caldea, te rechazamos.

Treinta mil años de odio acumulaste,
bruja auriñañense. Como záganos nos tuvíste
en tu panal de abejas y, en vano, se dijo la Presencia.
El pueblo en armas, el guerrero que a sus sacerdotes
proteje y de sus ancianos jueces no permite burlas,
te escarba en cada cueva, en cada cosa hueca
que te esconda. Démeter, huye de las encrucijadas.

Hécate otoñal, invierno castigador de la tierra,
si tu propósito fue tomarlo todo, no regreses
en primavera, no raptes más la vida
ni la paz de mi padre.

Si iniciadora te anuncias cuando fornicas
ante la Luna llena, he aquí que negaremos
desde el sábado de tus derrames que contengas
la plenitud no abierta y enfrentaremos
el combate que libras
y te provocaremos,
pero no te llamarás
Inicio / Presencia / Fundación
nunca más.

Si el incio contiene de modo oculto el final,
el perseguidor que te combate será Moloch.
Te aniquilaremos porque aislate en cuevas
y parcelas agrarias a mi pueblo, matrona de soledades,
e híciste del lenguaje tu habla, tu comunicación, tu poder.

Con la voz sedujíste a dios, con la boca lo pusíste
entre tus muslos, pero nunca encima de tu ombligo.
Reina de copas, te odio por tu cara de gato,
Judith perversa, rubia traidora, caza lujurias,
ideal no eres de mi pueblo. Tu sagacidad es vicio.

De la casa de Israel no eres amiga, tú compites
y tu hogar es el bosque. Tu corazón no está en el hombre.
Diana Cazadora, con el mismo odio que Astarté
me inspira, te doy mi rencor, salamandra.

Te rechazo en las soirées, cuando bailas o golpeas
Címbalos. En las faunalias te odio. En las cavernas
te aborrezco. En la Asambleas no tendrás
un viernes con potencia posible y consciencia real.

No hablarás en el día del Sabbat ni en madrugada
de nuestras costumbres, entrarás con reformaciones,
porque ya te sacamos de la cama de nuestro dios
y escupimos tu vulva
y, perderás tu estado intrauterino
en la prole de tus brujas, así como el negro
de gran falo es castrado y sirve sólo, eunucamente,
para cuidar de las hijas del rey.

*

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