Sunday, June 28, 2009

Pepinianidad / La hermana incómoda / Para matar a la bruja


a José Manuel, hermano querido,
su esposa e hijitas


Hay una geografía de los dos en este instante.
Al fin sé que estamos juntos, siendo
intransferiblemente distintos. Si hemos de estar tan cerca,
díme un Yo Dulce, yo voy a tutearte; seamos la misma llama.

Observemos el mismo fuego y, si me prestas las pupilas,
aunque sea por lo que dure este simulacro de la muerte,
amaremos el encuentro, volveremos cada vez que tú mueras.

A oídas me vuelvo rumorcillo de aguas.
Sé que te gusta el Chorro de Collazo,
el Lago Guajataca y siempre fluirán manantiales
si estamos juntos. Los produciré en los lugares
donde tú me digas; en nombre de las ninfas
que tú amas; a alguna quebrada llámala
Mirabales, como el barrio de tus ancestros,
tu madre, tu abuela, los Cadafalch y Vélez,
los Ortices, los Prat, los Alicea...
voy a suplir el agua. Voy a hacerte una fuente.

A pálpitos, ya sospechas mis metáforas mayores,
a corazón las creíste, las metíste en tu vida,
en tus existenciarios, soy tan feliz
porque tengo un amigo que me cree y las comparte.

Tú te has citado en mi rincón y avanzaste
con tu paso suficiente y yo salí de mis paraísos
ya que llamas al ángel... y me delato si vengo
y al decirte «Te quiero». Estarás a solas conmigo.

Tenemos un poema y una llama
y un paisaje y un riachuelo y en común
provocaremos que fluyan muchos manantiales.

Indice: Epica

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La hermana incómoda

a Marcianita Echeandía Font

Así comienza el descenso, lo cesativo
del Yo carnal que se vuelve cuerpo hediondo,
mosca a ratos, fatula voladora
y saldo en el olfato del ratón podrido...

Ella como esperanza, lo más grato,
es lo único que queda, pero no lo queremos.
Es un tabú. Mejor ni imaginarla.
¡La hermana intrusa!

Ella, a quien nadie ha querido, a cuyos hijos
llaman Angustia, Penuria, Apáticos de la Maya,
deformes de cuerpo marchito, ropa sucia
de lavaderos, malnacidos, ella nos queda.

La Provocadora, la que viene al hombre
y dice, «Para la oreja, necio»
que va a nacer una doncella en Orleáns,
como antes nació la madre de un profeta
y se llamó María, Santa Virgen, vírgen santa,
así nacerá la primera Madre de las Naciones Libres
y Juana adolescente y campesina
se vestirá de varón y será célibe
pero la van a examinar como a una perra.

Van a meterle dos o tres dedos por el culo.
La desnudarán y una pupila con lentes
escrutará el centro de su útero, van a oliscar
su clítoris hermoso, a dedear verificadoramente
su doncellez y, después inquisidores avergonzados,
dirán:
«Puta no ha sido todavía.
Ante la Iglesia y los Reyes de Francia
ella no miente; pero digan al Delfín:
Es provocadora.
En su hermosura ya tiene su pecado.
Oyendo estará las vanidades de su propio ego;
que se vista otra vez de mujer, no de hombrecillo
y que haga mil penitencias y rece».


La Provocadora, hermana
que viene al hombre y dice:
«Para la oreja, necio», me dijo:
Nacerá en la casa de Cecilio Echeandía,
mi hermana Marcianita, la dulce y sola,
la alegre e impredecible Marcianita
y se pondrá a bailar ante los ojos
de aquellas sus hermanas en la carne, aquellas
creyentes en valores victorianos
y, por puritanería, pensarán
que ella baila como negra de los fundos algodoneros
del Sur Confederado y los puertos de Charlestone
y Marcianita se zafará de los corsettes apretados
y con ropa liviana, corta, suave, enseñará
los glúteos y a sus hermanas, mujeres
de principios de siglo, hermanas en todos los rincones,
dirá lo que anticipa la tradición de Luisa Capetillo:
«Vota, participa, rebélate, produce,
habla por aquella Eride, la genuina y oscura,
que se silencia en los hiperespacios
o en lo profundo de la psiquis del hombre,
porque tu HERMANA es».


Indice: Epica

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Para matar a la bruja

Leo Strauss said that no woman could be
a philosopher:
Tony Pappert


Para matar la bruja originaria, la que instruye
que la sobriedad debe custodiar el intelecto y poner
a raya la filolía extremada que cabalga
en ancas / nalgas sensualonas, se organizaron
los más ricos del Pueblo, Francisco Rodón
que tenía 751 cuerdas terreras en Guajataca;
Juan Rodón, 680 cuerdas que eran suyas
en Eneas, Andrés Cabrero y cinco hijos que su mujer
le dio antes de 1870, cuando la muerte les buscó
por todo el campo, pero les halló
al fin y al cabo en trecho urbano...
para reducirla a la paz, esquinarla,
se organizaron los Font, los Echeandía,
los Castro, los Bernales, los Del Río...

Las brujas no son como los hombres
que rechazan la Alquimia, pero admiran
sincretismos misteriosos; en el corazón
de los Illuminati, sea en Baviera o Renania,
o Cataluña, París o este pueblo perdido
de Pepino, las brujas ven el corazón
y clavan ojos que lo alegan y lo desnudan todo:
crueles sóis, inverecundos, procaces,
libertinos, acumuladores, embusteros,
cuchillos carniceros, manos largas,
¿qué pueden contra mí? ya les conozco...


Tranquilas, señoras, a la casa,
a coser y a rezar, tranquilas, que ustedes
no son inteligentes y el mundo está lleno
de guardias infiltrados, tentadores policíacos,
inquisidores, y la paga de ser bruja
es muerte, desprestigio, miseria...

Indice: Epica

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