Yo le digo: Ana-Jonia-Tolía:
«Abrete más», centro geográfico del gozo,
ven a mi isla; en asalto, sin remugo,
iré a las pulpas intravulvares de tu canto.
Bendeciré tu occidente si hacia mí
penetraras, o asimilas.
Ni la nórdica Eolia se asignó
tanta intimidad como tú bajo los puentes
ni el Sur dórico tan fascinador
me dio tus agachadas y tu mitología
y el efeso que te esmirna
y la focea en mileto que samos.
Este fue el comienzo del amor
y la hermosura en pleno
y con ojo de amo y, por zorruno olfato,
te engordé cada esperanza, yegua mía.
Hablamos para el ser puente
entre el Asia occidental y Europa
Y te esperé en un punto de la curva
situado en el infinito.
2.
Cuando Ana se tendió
sobre el mar de Mármara
en los tiempos de Pérgamo y Bitinia,
yo estaba enamorado de su cuerpo
y no le decía perra negra,
ramera, inmundicia.
Ella era una griega con rostro perfilado,
una estatua de carne que asentía
porque el cuerpo no es ilusión
sino un camino húmedo de labios.
Me acuñó sus monedas, me dio besos
y la pasión se fue a una curva
con la forma de asíntota,
y yo separaba sus muslos,
para que fueran tangentes arqueadas,
abiertas e idas al encuentro del Egeo
y sí, la amé porque me amaba
antes que a los romanos.
3.
A esa perra-potra-yegua-puta
la adoré como a mi propio
reflejo defensivo y asíntota de Lidia
... y le dije: Enséñame todo lo que traes
bajo el vestido; el que menos corre,
vuela por su encanto
y la busqué, celosamente,
debajo del ombligo y supe así,
que otros la entregaron a los medos
y lo persas y más tarde,
el rival fue Alejandro Magno
y la tatuó encima de sus nalgas.
Exploré los canales del Bósforo.
De hecho, la tatuaron salteadores
de Capadocia, mercaderes de Ponto,
todoS escribieron encima de su canco.
Yo hundí el primum mobile
en el estrecho conducto de los Dardanelos
y descansé sobre sus senos y, aún así,
confesó: No soy sagrada ya,
sino la Viuda rica,
con un ojo lloro penas
y con el otro repico tu alegría.
Después que vienes y, poco a poco,
me achatas, surte tu polea
en mi vagina remota y das amor
como abundancia
aunque estés en purita chilla.
Tú eres sagrada, Ana,
y el orgullo de mis confederaciones;
serás jónica porque lo que abunda,
siendo bueno, no lastima.
17-05-1988 / Estéticas mostrencas
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Ana-Jonia-tolia / Memorias de la contracultura: Indice / Caínes / El hombre extendido: Indice / Indice: Heideggerianas / Indice: EPS / Novela / Indice: Cuaderno de amor a Haití (CDAH)
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