Están al llegar
los cinco dedos mentirosos
del Manotas, la pícara presencia
de la Mano Invisible que dice a Abram:
Deténte, no tienes que matar tu crío,
al hijo de Tu Risa.
Están al llegar los burlones de la sombra,
gamonales de las cavernas de la historia.
Es mejor que lo dejes en la cueva
en el templo de Pitón,
en la cárcel sin angustia.
Vienen, están al llegar
los ultramontanos, integristas,
martinistas de huesos colorados,
geómetras euclidianos,
admiradores ciegos de Trasímaco,
ciegas larvas que suben las paredes
y cagan la moqueta
y salpican el fango
sobre el mundo plano, tieso, umbroso.
Ellos, que con superficies carcelarias
se confortan y masturban, casqueteantes.
Son ellos los que desprecian las curvaturas
del dominio complejo, los principios reales,
la quántica ciencia de los saltos...
Vienen, están al llegar,
los que no creen en vientos suaves
con placeres intensos, paradójicos,
momentos que limpian el espacio
como hoz segadora, separando
la paja del grano
y son, de ese modo, tan a su saber
dizque divinos, que las varillas
se clavan en la más blanda colleja
de la muerte...
Vienen, están al llegar
antes que la brisa sea en la noche
tu hacha de holocausto, obediencia y salto,
trascendencia purificadora.
Indice: EMV
Tráelo al fuego
Pero el Padre dijo:
Tráelo al fuego aderezado,
al dominio complejo, a las noosferas.
A la luz de tus lágrimas, camina tú
con tu ofrenda, es olor grato.
Sígueme hasta ese monte
donde tiembla y se arma tu brazo,
ven a la silva con el hágase
para que sea el día en que te conozca
el viento suave de mi beso.
Tráeme la pastrija y la pastrana
y yo las quemaré, seré tu nabo
y en su interior de vulva, alma nueva
haré para el alma sensorial, nominalista.
Con el hacha caliente, promisoria,
vaciaré tu salmo, reharé tu sustancia
y a todos lavaré con alegría de nuevos átomos.
Toma el hacha, Abram, abre ese sexo,
dáme tus niñas greñudas
con mejillas cristalinas
como rubíes de Bohemia.
Al hombre espiritual y luminoso
le daré pueblos sin cavernas
de inútil fe ni cuestionable heredad.
La tea que se encienda por tu causa,
las hachas y cuchillos que se blandan
a los aires, por ternura
y por amor infinito.
Todo será recordado aún
en los siglos hermenéuticos
del Decaer.
06-29-1989 / Indice: EMV
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La nueva estetica / Estética (1) / Memorias de la contracultura: Indice / Tertuliano y el portal del diablo
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