Friday, December 19, 2008

Deshumanización del amor / Demofonte / Raéme del libro


La peor changa,
la que dio los cimbronazos
más violentos a mi vida, fuíste tú.
Me sorprendiste, Maruga,
con las armas caídas,
con pies fríos,
con alas heridas y nerviosas,
serotonina abajo.

Yo fui el chiflado que soñó
tu cuerpazo, machota garrida,
gallaruza; yo fui la espina clavada
a tu piel de légamo, tu lodo,
flor de fango.

Vapuleado me hallé cuando te quise.
Me amarraste con cuerdas de esparto.
Me interrogaste; en Lista Negra
escribiste mi nombre, burlona:
sólo el etrusco puede darme lujos,
sólo el Lictor, ministro del terror, hoy llamado
Justicia y Orden, ensaliva mis senos
y me toma y me place.

Yo fui el que creyó en pájaros azules
y, al conocerte, bebí
en vasos libatorios de Don Nadie.

En cámaras de escarnio torturaste
mi fe y sus simulacros.
Me hicíste un valepoco tragándose
su mónada, con los güevos
a mordiscos, sangrantes.
Los chispos de mi alma,
mi conciencia, ya no volvieron
a ser tuyos como antes.

Estéticas mostrencas


Demofonte

¿Por qué me tratas así?
te pregunté, Changa-Lumia,
yo, Demofonte, sujeto a tus desplantes,
yo, que pregunté, changa-maruga,
ese por qué del ayer,
este cuándo y cómo, tu NO de ahora,
yo, que tuve tu maco tan peludo
y lo chupé como al molusco
que, por mis dedos, juguetones
se excitaba chorrosamente y, al fin,
dejaba sus humedades en mi boca...


Estéticas mostrencas

Raéme del Libro

... Alarido de pelea hay en el campamento...
y aconteció que cuando él llegó al campamento,
y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de
Moisés y arrojó las tablas de sus manos
y las quebró al pie del monte:
Exodo 32: 17, 18, 19

Ráeme ahora de Tu Libro.
Quita mi verso, tuerce mi lengua
de por si, torpe y gangosa.
Como harina de otro costal
se conmueve mi canto.

Ya no puedo con tanto excomulgado;
ya no puedo con las hembras
que no danzan ni escriben sus estrellas
en espejos de alegría, ¿por qué las callas?

Tú quieres un mundarro de silencio.
Vuelve al monte entonces.
Apártate de la farra del cansado.
Que te digan como Fatum
las palabras irrevocables
del Dios ignoto, impredecible,
impaciente ante el mínimo pecado.
Que las repita sólo para tí,
pero no jodas...


03-11-1981 /
Estéticas mostrencas

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