Cabeza de Vaca es el primer español que pierde el control de la situación histórica en que se embarca y se deja moldear por los aborígenes: Ilán Stavans
Yo soy quien soñó el paraíso
para tu gloria y mi gloria, Rey mío.
Salí en 1527 rumbo a La Florida
que Juan Ponce de León
creyó una fuente de juventud
y de alegría, no su tormento.
Yo te serví en la Batalla de Ravena
y como alférez en Gaeta,
en las afueras de Nápoles.
Desde adolescente estoy en las milicias.
Con Pánfilo de Narváez,
el tuerto barbirrojo, quise ver mundos
y otra cosa no ví, sino huracanes
en el Cabo de Florida.
En una isla, en las costas de Texas,
se me olvidó mi nombre, yo,
que alzar cabeza quise, ví
la pobreza comiéndome el pellejo
y mi libertad molida a palos
por desconocidos, mis prójimos
del mundo; entonces, comenzó
mi vida errante en ese sur tan seco
y caluroso que te describo aquí,
árida zona, seis años sin sustento.
Pero un día se me dijo:
Regresa ante tu rey y da razones.
Dí vino y dad...
¡Eres un hombre! ¡eres indio claro
desde el fondo de tus ojos!
Sobreviví sin la espada sangrante
por ventaja; he cantado y danzado
con extraños, supe estar a solas,
y cazar con buey de cabestrillo.
Yo soy el fugitivo de los climas
diversos y ejemplares, sé acerca de hierbas
y flores y lagartos, ví los búfalos
y las zarigüeyas, el Mississipi y Pecos;
probé el puré de piñón, la yuca
y el casabe, me alimenté con semilla
de mezquite; yo curé enfermos
con mis manos
y saqué la fe de mis adentros
y ví los huracanes del Caribe
y son fieros demonios escondidos
que, en agosto, navegan sin barcazas.
2.
Los relatos de Cabeza de Vaca y Conrad ilustran que el colonialismo no es una ruta feliz; que finalmente causa violencia y odio y el choque de las culturas diferentes: Iván Stavans
Yo soy el niño jerezano
(que quitaba las cabezuelas al vino
y separó las heces del lagar del sueño).
El que, descalzo, anduve en aras de Manoa
y, quien en motín de intrigas,
después de servir a tus proyectos,
a espaldas de tu nombre, fui golpeado
por una horda de intrigantes de Irala.
Por envidia, en cadenas,
me llevaron a lo oscuro.
Me arrojaron al destierro.
Me internaron en Africa
y arreciaron tu olvido.
Yo, Adelantado de tus tierras
allende el Río La Plata y el Chaco,
fui juzgado por malagradecidos
y Domingo de Irala me burló,
me maldijo sin creer el mensaje
que te diera para que se hiciera virtud
de tu nombre y Nuestro Mundo:
El indio es el hermano del descalzo;
alimenta al hambriento
y al desposeído, te hace libre
cuando estás en cadenas,
te aloja y te proteje
si andas fugitivo.
09-06-1988 / Lope: Indice
3.
(Al) ... verme tan extrañamente vestido y en compañía de indios... estuvieron mirándome mucho espacio de tiempo, tan atónitos que ni me hablaban ni acertaban a preguntarme nada: Alvar Nuñez Cabeza de Vaca (1490-1557)
Tú eres, sí, criatura humana.
Y aún cuesta creerlo.
Lo eres, Alvar. Estás sediento
y golpes te han marcado el dolor
con sus señales y el vómito de sangre
te desgaja con muecas, con angustias.
Tiemblas cuando ves el pan colgado
a ese cuerno de luna, inalcanzable.
Estás desamparado y nuestros ojos
se aflijen, jerezano, precisamente,
porque tus manos aflojaron el rebenque
y lo dejaron caer cuando nos víste.
Te sitiamos en la noche; te vimos
a distancia por hitos de los soles;
aún no sabíamos si llamarte
el magro fantasma de la tarde
o si eras hombre, a pie, cubierto
de rojizos vellos y barbas.
Antes que un bocado vino tu flacura.
Estás desnudo y la fiebre se acomodó
en tu vientre, tus mejillas, tu rostro;
atrapamos tu falo y gritó el miedo
desde el fondo de tus gónadas
(¡no quieres ser castrado!)
Fue así que lo supimos.
Eres un hombre.
4.
¿Dónde naufragaste, hombre
de pálida piel y de ojos claros?
¿A qué vienes, por qué dejaste tu navío?
¿Por qué se alejó de tu cuerpo tu caballo?
¿Por qué conoces los vocablos oscuros?
¿Desde qué voz del espíritu murmuras?
5.
Dí vino y dad, divinidades.
Es un trago sabroso, díme, indio,
¿qué pusíste en mi boca?
Con la emergencia de estos trapos
me has vestido; pero, te enseñaré
una palabra de mi idioma: Gracias.
Te diré, por igual, que la divinidad existe
(sepultada está a veces por caprichos.
El olvido conspira y sepulta al paraíso).
Jamás sufre la inocencia con la sed
con que yo he sufrido; al contrario,
la sed insaciada, la que busca el agua,
es condena del que está en aprendizaje.
Enséñame otras palabras, Gran Cacique,
y házme que baile junto a tus naturales;
yo sólo pediré tu vino, tu deleite.
Dí vino y dad tu potencial
de creador puro; yo,
por cognición primaria, te imitaré
(y no seré una bestia definida
por el sucio empirismo).
Tu dulce fruto lo informaré a Carlos V.
Diré que vives en viñedos de poesía
y que conozco tus Lagares y Tus templos.
03-06-1988 / Lope: Indice
El Cacique me enseñó a bendecir
Quien no bendice
con el sol echa su bronca inútilmente;
con lunas en las noches, rivaliza.
En lo oscuro se peleó con su semilla.
En los cambios no hallará la luz idónea,
la costilla del encino como lumbre.
Maldecir siquiera es ser varón,
más bien, higuera estéril.
El no hallará mujer, la mina
de su ayuda en el ovario,
Será páramo yermo en la cosmogonía,
y comerá del mendrugo en el camino,
tan a solapos, seco, amargo.
Quien no bendice
fatigado amanece, escarnio es
de sí mismo y de la madrugada.
En cambio, el que bendice
en la memoria de las células crece
y otras viandas sonreirán a él
cuando esté hambriento
de ley y vida perpetuadas.
Bendecir es cumplir la ley sabrosa
de los panes, multiplicar la providencia
en cada esfera, asomarse
al infinito y al misterio,
a pesar del parentesco biológico
del hombre con la bestia.
02-06-1979 / Lope: Indice
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Memorias de la contracultura: Indice / El hombre extendido: Indice / Indice: Heideggerianas / Indice: El pueblo en sombras / Novela / Indice: Cuaderno de amor a Haití(CDAH) / Indice: Lope de Aguirre / Guakia Baba / Hallarás a Liani / Cruspa / Lope: el príncipe feo / Una fea como yo / Fue llamada Liani / Itiba Thuvava
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