Caínes

Desde el celo de una penumbra,
aún sin perdón atravesado, los caínes asaltan
al ser que va en camino. El perdón es por ahora
la búsqueda de un cambio de vivir,
cualitativo, que sea también vital y existenciario.

La ley es el alegato de impune prevalencia.
Chingaquedito caínes, aún besan la mejilla;
siquitrillados, roban tu alimento.
Te asesinan al lado de tus frutos.

Los caínes edifican a Don Nadie.
Y a Judas. Al desorden del Orden
lo llaman su gobierno; a tus espaldas,
sobre el Orden de su desorden vomitan
y escarnecen; pero, sólo por monedas,
te sacan el cuchillo, cara a cara,
o prometen la gloria del Sublime.

La palabra de pase es hipocresía.

04-11-1986 / Memorias de la contracultura: Indice

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