Thursday, December 18, 2008

Caín / La realidad se impone


Sin la comprensión de otros,
¿qué haré con la ofrenda que cultivé
en el campo, a quién llevaré mi serenata
de ñames, yautías y calabaza?
¿A quién diré:
Con bacalao adereza
este plato de sustento?
Ante mi vista, ¿patearás mis ditas y jitacas?

¡Oh, porque soy Caín!
El que no sabe ser bueno.
El que no comprende tus razones
El que es fácilmente el ser.
No su justicia. El que perfecciona la barbarie
cuando se cree morderno, o más civilizado.
Es tan difícil hoy el sentimiento.
Es tan distante hoy tu Tiempo Sagrado
y tu Lugar de Claror, oírte en las hierofonías,
en las nostalgias mismas del origen.
Es tan difícil hoy que te aparezcas
en manifestación tan santa e inefable;
ya me díste este realismo vulgar de lo lineal,
lo histórico, el sello cotidiano de una bestia.

¿Qué haras con la cocina de mi fruto
y si eso haces, que no gana bendiciones,
cuál es el nombre que me das, a dónde y cómo
y por qué me habré de retirar, cuando ya no hay
serenidad en mis despojos, y mis manos toscas
se cansaron y el frío es tan intenso, que no hay
control empírico que me satisfaga y soy lo más burdo
de la tierra, lo mós oscurecido, un cascarón
de mi propio esqueleto, un dolor en tu horizonte
tan dulce, cómp ha de ser la hazaña de volver
a quererte, el regreso, la comunión, el pilar
de la misericordia armonizada con tu conocimiento?


02-12-1983 /
El hombre extendido / Indice


La realidad se impone

Dando, si acaso, jerarquía a lo que pienso,
a los micromundos de mis significaciones,
son mis sueños profundos, secundarios.
Siquiera los imaginarios colectivos son primero.
La realidad se impone.

Meditaré en torno lo visible: mayorías
del universo de oprimidos
cuyas vidas se arrojaron al pantano,
quedan en las afueras de todo beneficio y consumo
y compasión y justicia y apoyo.

Los abrazaré con lamento
porque ya no hay calidad de vida
que permanezca como esperanza para ellos.
Son además de excluídos, los desafiliados.
Su mundo va en acelerado deterioro.

La miseria engendra más miseria.
Sólo tristeza y soledad hay en la violencia
que les visita los huesos después que asalta
sus calles, vecindarios, ghettos, suburbios
de alcohol y bares, reclusión, decadente urbanimo.
Tecatos, pordioseros, prostitutas, pandilleros,
ladrones criminales, suicidas, tratornados.

Más allá, los campos áridos, cobijos en las minas,
sembradíos de pérdida, truncas fantasía
(subempleo, tiliches, bienes rancios);
seres paranoides, vomitando agorafobias,
fantasmas nuevos, rateros de placer.

Así es la nueva subjetividad contemporánea,
harapos para retóricas de imaginarios de progreso
.

10-22-1986 / El hombre extendido / Indice

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EHE / Estéticas mostrencas y vitales /

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