Giovanni Mazzini, antiguo carbonario y fundador
de la sociedad secreta nacionalista La Joven Italia.
A los primos en las barracas
Todos somos aprendices de la Libertad,
sólo aprendices. Buscadores de justicia.
Ser libres es como hambruna que no acaba,
como sed que jamás se mitiga.
Como el carbón que, apagado parece,
y todavía arde y quema la piel desesperada,
el dolor de la labor es sagrada, carbonarios.
Primos, el Sol ya no ilumina nuestro bosque.
Y en las venditas sólo queda nuestro luto.
En La Rochelle han ejecutado a los sargentos
y los Maestros de la Venta nos desmoralizaron.
No sacaron la cara por los que están sedientos.
No apoyaron, cobardes, al que pidió
la lumbre libertaria. Son los apoltronados.
Todos somos aprendices, carbonarios,
una veces débiles, cansados, lerdos.
Otras veces temerarios, irrefrenables, suicidas,
negligentes; pero, siempre aprendices,
ante una Cruz a la que ataremos tiranía.
Ante una corona de espinas que al opresor ceñiremos,
ante unos clavos para taladrar de pies y manos
al que ofende a los pueblos, logiamos,
pues el hacha merece el enemigo y la sal
es la señal emergente del ahora.
Unjámonos en sal. Evitemos
que se pudra el escarmiento.
Aprendices, la Santa Alianza desde Austria
nos ataca con desdén. No es sólo Napoleón
el enemigo y no es sólo Fernando, rey
de las dos Sicilias. Con espada nos esperan
los Borbones. En Cataluña, nos sofocan
las huestes de González Bravo, despiadado.
Y si el desánimo subsiste, nos acaban.
«Luchen. Salgan a la calle. Que no sigan
matando a los sargentos carbonarios.
Vayamos a las Jardineras, alimentemos
los hambrientos. Son hermanos».
Pero no confundan la senda
de esta logia con venganza rencorosa"
con La Mala Vita,
con La Camorra
con La Mano Negra
que nada tiene de Bazard, Dupont,
Lafayette, Boinvililer.
Ni los Grandes Iluminados.
«Limpiemos de lobos el campo».
Por Mazzini, Cavour y Garibaldi,
por los Buenos Amigos.
Limpiemos de lobos el campo.
Que las fieras no se acerquen.
Purifiquemos con carbón el aire…
13-11-2005 / Canto al hermetismo
________
Los Carbonarios, organización clandestina, organizada en Nápoles, Francia, España, Grecia, Austria y aún Rusia. Después de la derrota de Napoleón en 1815, lucharon contra los Borbones en España en 1820. «Primos», nombre que se daban los carbonarios entre sí; «barracas» (alusión a las repúblicas). Admiro el sentido de «solidaridad internacional» de la Orden y, cuando fue perseguida, su noción de que hay que mantener alta la moralidad sin caer en el bandidaje suicida, vengativo y criminal de otras organizaciones como La Mano Negra, la Mala Vita y los Camorristas, ideal que establecieron con el lema «limpiemos de lobos el campo. Que las fieras no se acerquen». Es decir, no confundamos la lucha política-militar con el terrorismo civil…
Aunque los rituales y ceremoniales de los Carbonarios parecen los de una «logia masónica», no lo son. Los Carbonarios y masones difieren en muchos de su idearios. MundoPoesía
A los primos en las barracas
Todos somos aprendices de la Libertad,
sólo aprendices. Buscadores de justicia.
Ser libres es como hambruna que no acaba,
como sed que jamás se mitiga.
Como el carbón que, apagado parece,
y todavía arde y quema la piel desesperada,
el dolor de la labor es sagrada, carbonarios.
Primos, el Sol ya no ilumina nuestro bosque.
Y en las venditas sólo queda nuestro luto.
En La Rochelle han ejecutado a los sargentos
y los Maestros de la Venta nos desmoralizaron.
No sacaron la cara por los que están sedientos.
No apoyaron, cobardes, al que pidió
la lumbre libertaria. Son los apoltronados.
Todos somos aprendices, carbonarios,
una veces débiles, cansados, lerdos.
Otras veces temerarios, irrefrenables, suicidas,
negligentes; pero, siempre aprendices,
ante una Cruz a la que ataremos tiranía.
Ante una corona de espinas que al opresor ceñiremos,
ante unos clavos para taladrar de pies y manos
al que ofende a los pueblos, logiamos,
pues el hacha merece el enemigo y la sal
es la señal emergente del ahora.
Unjámonos en sal. Evitemos
que se pudra el escarmiento.
Aprendices, la Santa Alianza desde Austria
nos ataca con desdén. No es sólo Napoleón
el enemigo y no es sólo Fernando, rey
de las dos Sicilias. Con espada nos esperan
los Borbones. En Cataluña, nos sofocan
las huestes de González Bravo, despiadado.
Y si el desánimo subsiste, nos acaban.
«Luchen. Salgan a la calle. Que no sigan
matando a los sargentos carbonarios.
Vayamos a las Jardineras, alimentemos
los hambrientos. Son hermanos».
Pero no confundan la senda
de esta logia con venganza rencorosa"
con La Mala Vita,
con La Camorra
con La Mano Negra
que nada tiene de Bazard, Dupont,
Lafayette, Boinvililer.
Ni los Grandes Iluminados.
«Limpiemos de lobos el campo».
Por Mazzini, Cavour y Garibaldi,
por los Buenos Amigos.
Limpiemos de lobos el campo.
Que las fieras no se acerquen.
Purifiquemos con carbón el aire…
13-11-2005 / Canto al hermetismo
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Los Carbonarios, organización clandestina, organizada en Nápoles, Francia, España, Grecia, Austria y aún Rusia. Después de la derrota de Napoleón en 1815, lucharon contra los Borbones en España en 1820. «Primos», nombre que se daban los carbonarios entre sí; «barracas» (alusión a las repúblicas). Admiro el sentido de «solidaridad internacional» de la Orden y, cuando fue perseguida, su noción de que hay que mantener alta la moralidad sin caer en el bandidaje suicida, vengativo y criminal de otras organizaciones como La Mano Negra, la Mala Vita y los Camorristas, ideal que establecieron con el lema «limpiemos de lobos el campo. Que las fieras no se acerquen». Es decir, no confundamos la lucha política-militar con el terrorismo civil…
Aunque los rituales y ceremoniales de los Carbonarios parecen los de una «logia masónica», no lo son. Los Carbonarios y masones difieren en muchos de su idearios. MundoPoesía
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