Thursday, August 28, 2008
La tristeza persiste
¡Ay, esta tristeza existe! y nadie puede
decirle que se vaya; un silencio es su cómplice
y se vuelve poderosa, se paga de sí misma,
se engrandece, invade, toma lo suyo
y lo ajeno; en tu nombre y en placer
de sus cosas, comete tropelías.
¡Ay, esta tristeza existe! ávida de acusación
por todas partes; presta a reirse de tí
cuando menos lo esperas; te muele a palos
tarde y mañana y ninguno te observa
y la acusa. Uno no tiene ante ella ni el derecho
a la desesperanza. No vale la pena ni quejarse.
Me enterrará un primero de septiembre.
Ella lo hará lamiendo el desprecio que me queda.
Limpio quiere de odio mi cadáver
y he vomitado sus ansias encima de mi ropa.
Si no vomito más es porque bebió mi samgre
y ya no queda gota. De pobreza me ha crucificado.
De incertidumbre vistió mis días.
En resumen, ya estoy para la muerte.
Del libro Yo soy la muerte
Pocahontas: la Madre de la Nación (USA) / Matoika
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