Tuesday, February 03, 2009

46. El viaje por el desierto / 47. / 48. El botín prohibido


La que da clavos, la fértil casa,
la que techa con nubes de poder,
la que abre la carne de los hombres
con sustanciosa espada de Zaín,
y en útero oculto les prohija el Nosotros
(unidad para el Yo que Set no puede matar),
mujer que une, la conectora,
guerrera en la Carroza de la Taavá,
esfinge blanca para tu esfinge negra,
del Oriente viene por tí.

A Occidente ha llegado como Auriga
con riendas que no ves, con caballos
que no comen cutre heno
ni lamen polvo ni arena.

Viajero del desierto oscuro,
peregrino de los sequedales,
como un ángel de muerte
es tu Camello y sus jorobas
son como rocas de deslealtad
y cáncer de vergüenza
que llevas contigo.

Más corvas que el Guimel, tu camello,
esconde el alma del hombre
cuyo pasado se perpetúa en arena,
en días, en tiempo de ocultaciones
y tenderales de atavíos, nómada
pendencia entre esa raza de víboras,
falsos amigos,
falsos bienhechores,
fariseos con capital
para el engaño y la jactancia.

Baja, viajero. Déjales el camello
a mitad del desierto. Baja y vé
hasta quien desde su Pozo te ve
y una palma de sus suaves manos
aprieta contra la otra, inclinándose a tí,
para que el Nosotros sea
cuando la encuentres.

47.

Como Camello que con jorobas
y llenuras vaga, sin la fe de que la arena
se acabe y, a la vista, se abra un prado,
verde, hermoso, predictor de agua fresca
por sus manantiales, voy.
Como si jamás imaginara que tú,
reina próspera, Luz directa del Dispensador,
dieras tu bienvenida, vagué
y son cuarenta años en el Desierto oscuro
y son muchas las rancias, tristezas majaderas
y han sido noches, con mi voz cerrada
que apena ni el llanto me ha abierto
la boca para que salga el gemido.

Como Camello de Guimel,
mi poema ha dormido en las pausas
de arenisca caliente y labios mudos.
Es que la vida es un relámpago
en el cielo, tan breve, que no se ve el destete
que te saca de la dependencia y el dolor;
ese rayo te acaba de matar, te hiere
mucho más y dejas de confiar en la vida.

48. El botín prohibido

Algunos sencillamente ignoran
el temor al Ojo siempre abierto
que nos ve; codician lo mejor, la parte
del León, aunque ésta ya tenga dueño.
El botín prohibido quieren, con la mirada
torva, insolente, por pago, y tú,
con los ojos abajo y el corazón arriba,
les susurras, «si saben que es mi parte,
¿por qué me la quitan?»

Así son quienes disputan que les digas
que tiene auxiliador y juez que no es ciego.
«Vendrá y me hará justicia»,
porque El que nos ve tiene Ojo
y nunca lo cierra y yo te ví y de cierto
El les vio... todo el que contempla el Tzadik
de Arriba, al Rey en lo Alto, te ve
[y cuando eres robado, él es el juez]
y yo, cuando era un Aguila, no dormí,
por verte en días del reparto y en lo alto,
con ojo abierto, te ví. Estuve
cuidándote en la Tierra de Occidente,
la tierra donde se mata el deseo de luz,
donde se roban el poder de los ojos,
donde se defiende la mejor de las herencias:
la Visión; yo todo lo ví y el Ojo que nos ve
también te contempló y por eso vendré,
reinvindicadoramente, y traigo, Ain / ayin /
me envía a tí y me dice: Dirime,
ain / ayin, desde ahí y allí.

Entonces, Providencia yo soy seré;
ojo de Ayín, velaré por tu cosas.

49.

Los codiciosos, ¿qué te pueden quitar
cuando disputan la parte del león?
¿Qué saben los ojos defectuosos
en su mediocridad del botín sagrado?
Viendo, no ven.
Con su ver, no entienden.
A más externamente sanos sus ojos,
más ciegos en la luz de lo profundo.
En días de las torres caídas
y las prisiones abiertas para que salgan
al mundo las plagas de la ira,
Aín / ayin / a los patacos juzgará,
ayin / ain / vengo yo y dirimo si te van
quitando tu tuyo, tu botín de Kéter.
Todo quieren, hasta tu temor
mientras se relamen los labios
y con el ápice de la lengua
residuos de cospillo y semillas
de aceitunas remueven de sus dentaduras.

Yo los veo y escucho que defiendes,
con ojos de tu humildad y con corazón
en lo Alto, esta vasija, donde se te dio Alma,
donde se te dio luz y tu luz es
el botín prohibido, lo que no te podrán
quitar jamás; botín prohibido, Carlos,
lo a ninguno corresponde, sólo a tí.

Primero quedarán sin manos,
porque a la luz de luna de Yesod
soy espada contra Aján.
Mas vale que bajen el copete
cuando ayin / ayin / canta el salmo
de los que la vasija ya aman,
tú tienes el la vasija del temor
(desde donde se contempla el
corazón desde arriba, aunque quieran
arrancarte los ojos desde abajo).

Donde echará la Divina Providencia santidad,
se llama Alma, el alma que es tu botín sagrado,
el alma que es la copa de santidad,
separo tu cálix, ojos abajo y te doy
las copas del Nosotros, corazón arriba.

Nadie te quitará el vaso donde bebes conmigo.
Nadie te quitará el botín que se prohibió
a las alimañas y a los que chupan
cospillos, con olor de codicicia y de robo.
Despojan porque confunden tu temor
a Dios con pasividad y cobardía;
pero, no lamentes, hijo de Jesed,
quien hace misericordia con el Ojo de Ayin
está contigo; soy Yo, Tu Novia,
tu hermana de la eternidad.
tu Démeter, Isis,
Tu esfigie blanca.

50. El gran viaje de Daath

El punto de partida es éste.
Llámalo Daleth desde hoy. Sabré
que me hablas, porque yo entré
por la misma puerta y mis sandalias
dejaron en tu mundo, mi huella.
Su clemencia. Iremos a Daath,
pero, ya cuando haya Luna
y acaricies el jazmín en mi talle
porque viajamos juntos.

Entiende la razón del Gran Viaje.
Sin la trayectoria desde Daleth
la tierra es tierra, pero no es reino.
No se regresa al Edén.
El traspatio es patio,
pero no es un Jardín y la Roca
es una piedra; pero no es cimiento.
Y la fe es espera, pero no Visión.

El Gran viaje es la razón
por la que se vale vivir.
No hay propósito que sea mayor
a éste; todas las piedras convertirlas
en fe; todas las piedras convertirlas
en panes; todas las aguas amargas,
beberlas como si fueran dulces
y, a los ojos de los que codician
mientras chupan, entre sus colmillos,
aceitunas y cospillos de soso paladar,
transformarlas en vino.

De El libro de la amistad y el amor / Indice



_____

Indice: Cuentos de Carlos López Dzur / Las Partidas Sediciosas de 1898 / Antología: Heideggerianas / Zoom: Carlos López Dzur / ComuniArte: Carlos López Dzur / Antología: Heideggerianas / 3 / La Roca: Libro de la amistad y el amor / Introducción a la Laguna: CLD / Abstract: Yo soy la muerte / La casa embrujada: Carlos López Dzur / Gente ilustre de San Sebastián del Pepino / Escritores y poetas pepinianos / La Carlita: Cuento / Eva y la Tierra Prometida / Mi amigo Pascal / Malká: La Madre / Indice y Nota sobre El libro de la amistad / Estéticas mostrencas y vitales (1) Indice: Estáticas vitales y mostrencas / Wow: Indice / Entrevista: Yo soy la Muerte / Con voz propia / revista / Hilda Serrano Pepino / En Pepino: Julio E. Méndez Ferreira / Maritza Torres: Arqueología Taína / San Sebastián: ¿Y tu pueblo onde tá? / Dra. Ángela López Borrero, pepiniana / Anagilda Garrastegui / Amaliamente / Profecía en torno a Pigmalión /

Blogs Dominicanos * directorio de weblogs. bitadir * Blogs de Bolivia * Subscribe with Bloglines
/ blogarama - the blog directory

No comments: