Tuesday, February 03, 2009
69. La Muerte y la Nada
69. La Muerte y la Nada
Carlos, no hables más a la Nada
y la Nada es la muerte, el supremo soliloquio
de los hombres mortales. Ya sabes
mi nombre y el tuyo; ya sabes el nombre
del Nosotros; ya no hay Dama Blanca
ni Dama Oscura; ya sabes la primera Emet,
la primera Verdad del Hacer,
el primer potencial del Decreto.
Yo te dí la rosa blanca,
yo entré a tu Pozo subconciente
para enseñarte la Zorra verdadera
del olfato agudo y para darte el Ojo
con que el Viviente Jai nos observa,
nos vincula y nos ata en shiflut
que es servicio en humildad.
Abre el hatillo que te dí.
Brindemos con la copa de oro
el vino de Emet, ¿no te hizo la vara
escribir ese sagrado nombre?
Emet es la verdad
y con vino de verdad compartiremos
la alegría de encontrarnos.
Abre el hatillo, Carlos,
porque por última vez tendrás
ese nombre para tu alma.
Se llama igual que yo, Simjá.
Que te arome la rosa blanca
del Kyrós, que se abran tus ojos
de contentamiento porque la soledad
ha muerto y la muerte del mundo
se hirió con su propio aguijón.
Diríjete a mí, voy a salir de tu Pozo.
Llenaré tu pupila con mi imagen.
No vas a ver un fantasma.
No soy la Dama Blanca
ni la Dama Oscura ni la Muerte.
Soy Tu Amiga, la primera amiga
que has de conocer de carne y hueso,
la que es tu placer oculto
del cerebro oculto,
quien desde el astral materializa
todo lo que es y todo lo que necesitas,
la que nace de la Abundancia
del Poder de Ser.
De El libro de la amistad y el amor
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