Wednesday, February 11, 2009

Conociéndote

Un amigo fiel es un refugio seguro,
el que lo encuentra halla un tesoro:

Libro de Sirácida 6,14

Sí, como todos los vivientes, tengo mi bestia
al lado. Crezco sujeto a su rabia o mansedumbre,
al desafío de echar un poco de luz
en sus ojos, al reto de enlazar con una enredadera
su sólida presencia, yo decido si con rosas blancas
o gárgolas, eslabones de acero. Cadenas.

Lo mejor que tengo para amarla es mi paz,
nacida de mirarla con la misma misericordia
que quiero que me observe,
porque yo necesito de su caricia,
de su líbido noble; y a veces le temo.
No es pequeña esta
concordia que nos comunica.
Crece en las cosas pequeñas, si lo quiero.
De preferir la discordia, sí destrozo
lo gigante, con ella desciendo a los abismos.

De la bestia a mi lado, o dentro mío,
estoy pidiendo paz, ámame un poco.
Seamos, por lo menos amigos...
cuando me necesites y sientas miedo,
de veras, sólo cuando lo quieras.
Dicen que podemos ser amantes
y no separarnos jamás, pero no estoy seguro...
Somos duales, cada uno, seres con manos rudas.

Hay desconfianza y celo, profundas cosas,
dimensiones que no nos conocemos
y nos separan, escinden.
Déjame conocerte, de seguro
que no te amaré menos, pero no me conozcas
a mí demasiado; yo sí me desconozco
cuando me falta aliento y el mundo se hace oscuro.
Donde esté mi paz dála por buena,
es lo mejor de mí, ese poquito de luz
que no me quitan, me protejo.
Hay veces que no puedo quererme
y es cuando más te quiero, te busco,
y me convenzo que te necesito.


15-08-2007 /
Indice: El libro de la amistad y el amor

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Teth / Hilda Serrano Pepino / En Pepino: Julio E. Méndez Ferreira / Maritza Torres: Arqueología Taína / San Sebastián: ¿Y tu pueblo onde tá? / Dra. Ángela López Borrero, pepiniana / Anagilda Garrastegui

1 comment:

Héctor Edgardo de León Born said...

Acabo de encontrar esta URL en el blog "caingove" donde usted ha dejado un comentario. Guiado por mi curiosidad lo abrí y tras leer a saltos he descubierto escritos que son fascinantes, me gustan, me entusiasman. Pero veo que tengo que leerlos dejándome inundar por las palabras, entreadivinando sus múltiples sentidos, sintiendo que ponen relámpagos en mi sangre, borrascas de ojos y sensaciones volcánicas, pero también planicies,
quietudes, morosas mariposas de ensueño y a veces de ira. Gracias por entregarnos tanto. Mi cordial abrazo. Héctor.