Carlos López Dzur: Confesión del amigo Wendell

Friday, February 13, 2009

Confesión del amigo Wendell

Eternal vigilance is the price of liberty:
Wendell Phillips (1813 –1884)

Una vez, siendo más joven, yo ví el miedo
desde Court Street, donde estuve parado.
Se desarmó en las rodillas de la gente;
avanzó, camino a la vergüenza
y anuló la civilidad, reprendiéndola
a punta de pistola, bravatas que despojan
las buenas intenciones.

Así sentí. Callé ante un mundo
amenazador y de encono, donde a veces
la oratoria es florida y el hermetismo oprobioso.

Como discípulos de Daniel Webster,
o sus retóricos huidizos, temí.
Apantallan y, sin embargo, huyen.

Salen por puertas traseras ante el primer provocador
que niegue el turno disidente y amenace con golpear
al que discursa y se oponga al Esclavismo estatizado.

Fue el 21 de octubre de 1835
cuando la Sociedad de Mujeres de Boston
anunció que George Thompson, anti-esclavista,
defenderá su causa. Elogiarán en público
a un buen negro. Y la burguesía blanca
y racista se ha montado en ira.

2.

Circularon 500 volantes con la recompensa:
«Se paga $100 en efectivo a quien le rompa
la cara al orador de marras, $100 por hacer
que lo tundan a latigazos y lo cuelgue».

Eran rufianes, provocadores,
pagados por los esclavistas de siempre.
Thompson canceló su discurso a último minuto.
Vio la turbas de rednecks izando sus narices
y William Lloyd Garrison,
más valiente, se apresuró y dijo:
«Lo reemplazo... La conferencia
no se suspende».

3.

... pero la turba fue por él y por Thompson,
escaparon por traspatios,
escondiéndose en un taller de carpinteros.

¿Cómo no temer? ... si al mismo Garrison
le ensogaron su cuello; le gritaron:
«¡Te vamos a linchar, hijodeputa!»

Entonces, me pregunté: «¿Para qué sirven
ahora las palabras?»; a Garrison lo arrastraron
como al animal que se niega al degüello.

Habría querido ser uno
de aquellos fuertes obreros que intervinieron,
con sencillas palabras, y salvaron al hombre.

«Ustedes, turba infame,
se portan como una recua de asesinos».
Y, al inocente Garrison, lo condujeron
a la Cárcel de la Calle Leverett.

Su profesor de oratoria había sido
Edward Channing. Y le dijo:
«Sé frontal. Edifica al valiente con sencillez
de palabra, con objetiva descripción
del hecho que conturba».

«Plain talk, Wendell Phillips.
No encubras la exclusión ni la blasfemia.
La injusticia comienza con alardes,
mentiras que creemos por hacerlas bonitas
y no rectificar su sentido».

4.

A un abogado harvardiano, estudioso
de la Carta Magna y la democracia
desde los tiempos de Pericles,
le flaquearon las rodillas de repente
y se vació de su cabeza la sangre, congelada.

Pero este miedo acabó.
Se ha sincerado al fin, aunque orrorizada, su familia lo escuchó:
«Desde hoy pertenezco a la Sociedad Antiesclavista.
Dejo la abogacía del lucro. Comienzo a vivir.
Hoy soy el amigo de los negros de todo Massachussetts,
voz pública, defensora y debatiente de su Movimiento.
Hoy, abogaré también por el indio americano».

Será Trompeta de Oro de la Abolición...
de modo que los suyos ... que cumplan su palabra,
porque de veras se ha vuelto loco, y atestiguaron...
que no vestirá las ropas hechas de algodón
por mano esclavizada; ni volvería a endulzar
con caña de azúcar su alimento
hasta que el negro, peón sureño, fuese libre.

«Que me recluyan en presidios
o insane sanitarium
[tal y como amenazan], no me importa.
Soy Hombre y Amigo Nuevo».

Lo avergonzó la tarde de su temor
y el temor de todo Boston, dató la fecha:
21 de octubre de 1835, cuanto atestiguara
con la Sociedad de Mujeres, lo que una turba
asiente ante los ojos de los hombres
chantejeados y cobardes.

13-07-2006 / Indice: El libro de la amistad y el amor

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