Corazón, te llamo quedo.
Culero como soy, te llamo quedo.
Vuelve como un cuate y dáme un alma.
Güey, torcido y transa, cago el palo.
No me vale ni madres ni la vida.
Corazón, te llamo quedo.
Quédate con mis ojos.
Sácalos a putasos de sus cuencas de sangre.
Miran gacho, se andan pedos
en parques y cantinas, juegan a patadas
con los paisajes buenos y no saben mirar,
ojos perversos.
Ya no quiero más la boca de Pepito,
boca pirujera que alucina y sube a los burros
del turismo. Tira de esa lengua y de esos besos.
Esa boca te olvidó, corazón, Tijuana sublime.
Es la boca corrupta que te ofende.
Llámala, corazón, y dále golpes en Coahuila,
donde más te duele, en Revolución, corazón.
Llánale de silencio para que ame.
Mis manos... dále la experiencia de ternura.
Que se olvide del gatillo y del disparo,
de la prenda robada, del trafique,
de los jales oscuros bajo los puentes.
Házlas suaves, Ternura,
y las chamacas no temerán su sombra,
su cercanía, su abrazo.
Que se apropien del Trabajo plenamente.
Que hagan arte, guitarras, danzas,
carteles, luchas en pro del hombre.
Corazón, escribo tu nombre, te plaqueo.
Lejano en la distancia te figuro.
Mis pasos se alejaron de tí.
En la yarda de tus delegaciones,
tengo espacio para tenerte;
pero hoy me siento como un barrio desolado.
1986, Tijuana / El hombre extendido
_______
Crítica / El hombre extendido / El hombre extendido: Crítica /El hombre extendido: Comentario / De El hombre extendido / De El hombre extendido / 2 / De El hombre extendido / 3 / De El hombre extendido / 3 / De El hombre extendido / 5 / De El hombre extendido / 6 / De El hombre extendido / 7 / De El hombre extendido / 8 / De El hombre extendido / 9 / De El hombre extendido / 10
Culero como soy, te llamo quedo.
Vuelve como un cuate y dáme un alma.
Güey, torcido y transa, cago el palo.
No me vale ni madres ni la vida.
Corazón, te llamo quedo.
Quédate con mis ojos.
Sácalos a putasos de sus cuencas de sangre.
Miran gacho, se andan pedos
en parques y cantinas, juegan a patadas
con los paisajes buenos y no saben mirar,
ojos perversos.
Ya no quiero más la boca de Pepito,
boca pirujera que alucina y sube a los burros
del turismo. Tira de esa lengua y de esos besos.
Esa boca te olvidó, corazón, Tijuana sublime.
Es la boca corrupta que te ofende.
Llámala, corazón, y dále golpes en Coahuila,
donde más te duele, en Revolución, corazón.
Llánale de silencio para que ame.
Mis manos... dále la experiencia de ternura.
Que se olvide del gatillo y del disparo,
de la prenda robada, del trafique,
de los jales oscuros bajo los puentes.
Házlas suaves, Ternura,
y las chamacas no temerán su sombra,
su cercanía, su abrazo.
Que se apropien del Trabajo plenamente.
Que hagan arte, guitarras, danzas,
carteles, luchas en pro del hombre.
Corazón, escribo tu nombre, te plaqueo.
Lejano en la distancia te figuro.
Mis pasos se alejaron de tí.
En la yarda de tus delegaciones,
tengo espacio para tenerte;
pero hoy me siento como un barrio desolado.
1986, Tijuana / El hombre extendido
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