Monday, December 15, 2008
La infancia dependiente / El zángano infantil
La infancia dependiente se comprende.
Es inevitable; pero la rutina parasitaria
que termine, a su tiempo.
El niño que crezca y que compita
y no se vuelva obeso, chantajista,
mimado en las dulzuras de tu cosmos.
Es afortunado que el niño tenga apoyo
y recompensa, que haya recorrido
nueve meses por el túnel,
que haya chupado el pan de la esperanza
por el ombligo de las categorías sensibles;
pero, ya pasados los gateos y la contienda
de la infancia, lévantalo como espada,
que aprenda del Soluto
y el diálogo voláfugo.
¡Dájalo ir, veedora suprema,
que aprenda la gratitud infalible,
la precariedad desafiante del ego,
la líbido, el futuro.
¡Suéltalo ya, madre!
Las zonas del carácter: Indice
El zángano infantil
El zángano infantil
es como una larva que no crece,
una trunca detención, antidialéctica.
¡Ya nacieron con los pies quemados!
Solos se quedan en los caminos;
en lo oscuro, hay antorchas encendidas.
No las ven, andan perdidos.
Hablan de pan y se alimentan con mendrugos.
Por eventos sublimes, inventan
mojigangas,carnavales pueriles.
Son pilotos y sus naves quedan sin destino...
por eso cuando nacen
ninguna cosa cambia
ni da señal ni llamado.
Herodes vive en paz;
no es un rey quien ha nacido.
No se escuchan latidos poderosos.
El pueblo duerme.
Distinto es cuando nace
el Segador insobornable.
Entonces cruje el viento
y Herodes adivina su amenaza
y ordena un genocidio infanticida.
03-02-1990 / Las zonas del carácter: Indice
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Las zonas del carácter (2) / Index: Wow / Berkeley y yo /
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