Tú eres el demonio más difícil, Eurinomos.
No marchas y yo te digo: «Obedece y marcha».
Bosnia te espera. Te hará su soldado aguerrido.
Pero no. Eres la contrariedad manifestada.
No sigues a Shamash que da ley para todos.
Rechazada su ley, te has cubierto
con piel del zorro, mostrando tus colmillos.
Aseguras: «Yo soy el Sol y me legislo
solo, armónico, con los míos». Seguramente,
mientes. Eres terco y ruidoso. Pocos hay
de tu tipo, pocos son de tu grupo.
Te separas. No esperas. Eres inconformista.
No quieres de plano hacer lo que te digo.
Me rompes los sistemas, echas abajo
mis planes, impaciente. Por eso,
demonio azul, te exorcizo.
Te maldigo en la casa donde habitas.
En la escuela donde pierdes el tiempo.
Te llamo anti-social, problemático.
Te llenará de culpas, te ceñiré
a disciplina, a los electrochoques.
Con el ceño te preanuncio el castigo
y haré píldoras que te atonte, Niñajo.
Para que no molestes. Estoy en guerra
y me provocas, demonio azul, Eurinomo.
03-05-2004 / El libro de la guerra
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