Friday, November 07, 2008

Los cuarentiseis años de tu guerra


A Charles Baudelaire (1821-1867) y a la mulata Jeanne Duval

Mon enfant, ma soeur,
Songe à la douceur
D'aller là-bas vivre ensemble!
Aimer à loisir,
Aimer et mourir
Au pays qui te ressemble!

Charles Baudelaire en L'invitation au voyage

Si hubieras cortado ese cordón umbilical
con un acto revolucionario, al menos,
a 46 años de tu vida habrías sumado
la sonrisa, el otro genio de quienes
de veras saben sonreir, la otra infancia
que se recaptura a voluntad.

Te habrías burlado en verdad de lo involuntariamente
amasado, la experiencia amarga, doliente,
junto a las jorabadas, las esperpénticas
serpientes del arrastre, las hidras pordioseras
de cabezas cortadas y ojos brotados
y sangrientos; ¿acaso fue tarde
cuando descubríste que las intransigentes
tienen muchos nombres, Carlos? y son severas,
nunca dulces, son arbitrarias, ¿por qué
te quedaste con ellas que necesitan los rígidos,
monumentales poderes de lo oscuro,
militares, déspotas, cortesanos, castradores?

Si hubieras dicho a ella, Carolina,
madre que ciega: «Véte, no me abraces,
me levanto de tu cama donde no das
tibieza integradora y me distancio»,

entonces sí que habrías arribado a esa tierra
donde todo es orden y belleza
y descanso, paz y placeres consumados:
«Là, tout n'est qu'ordre et beauté,
Luxe, calme et volupté».


.... pero, ¿qué hicíste con tu guerra, Carlos?
Odio, hostilidad edípica, hijastro en la mierda,
escaramuzas sucesivas de rabietas,
celos que a nada conducen, amargura
acallantada por deseos matricidas...

Si hubieras cortado el cordón umbical,
esa fue la misión con que se te asignó
la guerra de los años y la vida,
ese era el viaje, L'invitation au voyage,
y mira lo que el Teniente Jacques Aupick
te dio ... tus claustros en Lyon, el corral
del Minotauro y se comió lo tuyo, tus anhelos,
lo profundo, hasta en las embajadas... y tú,
con soledad de corazón, ¿con qué quedaste
cuando te hallaste sin ser el héroe de tus años?

... 46 años son mucha edad, Carlos,
para que sepas sobre el amor sagrado
y lo profano, o de un amor que no se arrebatará
por la metamorfosis ni por el lesbianismo,
ni la melancolía, ni la corrupción
de los ghetos y tabernas, inocencia perdida.
en narcisismo, en la opresión de vida...

... 46 años son muchos, son mucho aroma
que pudieron ser gratos, no merecidos
por las inválidas, perversas,
putas, jorobantes compañías.


01-09-1990 / El libro de la guerra

Dossier de Carlos López Dzur / Cuaderno de amor a Haití / Codornos y coscuros / La Naranja


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