Yo era la Fiera monstruosa,
con 200,000 cabezas que mordían
tus ocho millones de habitantes;
tú no sabías el daño de tenerme
(me alimentabas); pero yo, ardía como la anemia
en tu presupuesto, en bolsillos de tus ciudadanos,
en las quejas de tus pobres, Portugal.
Yo, la verdadera anemia en el fisco
ocasionada por tus gastos militares, yo, fiera desmesurada,
la Implacable del Alecto, la peor de las Erinias.
Mordía en ti, yo te daba pobreza y tus soldados en Africa
eran 200,000 hijos tuyos que en la guerra mordería.
Yo los retuve en Angola, en Guinea y Mozambique,
te los traje heridos, aunque quise matarlos
y desde 1961 les hice guerra sin tregua,
desgaste, entrampamientos, asaltos,
pánico, en todos los rincones africanos.
Yo les pagué con la misma moneda
con que operan sus represores,
sus guardias, sus torturadores.
Ustedes se creyeron invencibles.
Mataron un millón de negros como moscas,
dispersaron 1.7 millones de niños, ancianos,
mujeres, aldeanos temerosos,
por otros estados vecinos y Tisífone
pidió, compadecida, la venganza:
«Esto debe acabarse».
Fue en septiembre de 1964 que yo formé
el Frente Liberante; yo ví los intrusos de Sur Africa.
Entraron a desestabilizar aún más
tu gobierno colonial de ultraje y rapiña.
Financiaban el caos; perjuran que existe
Guerra Fría, donde tú pones bayonetas
y escarnio y racismo.
Por eso intensiqué la insurgencia, no menos
de 13 años para que te rindas y te largues
del Africa que explotaste desde el tiempo
de los Magallanes; yo fui el dolor reciente
de esclavos armados en Chikunda.
Traje la cabeza vengadora de los asesinatos.
Y la Megera seductora que es Infiel
a tu colonialismo y premia con la victoria
a los oprimidos. Apenas te vencí, Portugal.
En 1974, me entregaste el poder detentado
sobre mis tres naciones: las Erinias, al fin,
socavaron tu reino y te quitaron
a Angola, Mozambique y Guinea-Bissau.
Aún falta más, pueblo asesino.
Iremos a donde están tus cómplices,
Sur Africa y Rhodesia, despertaremos
los muertos, les daremos castigo.
De la noche, aunque duerman, sacaremos
reinvindicación, cumpliremos vengarnos...
09-01-2002 / El libro de la guerra
Teth / ZoomBlog / Las zonas del carácter / Escépticos / Homenaje a Martin Heidegger / Teth, mi serpiente / Memorial Days / Berkeley y yo / Indice: Heideggerianas / Gaceta Literaria Virtual / Dossier de Carlos López Dzur / Cuaderno de amor a Haití / Codornos y coscuros / Alfio
* * *
con 200,000 cabezas que mordían
tus ocho millones de habitantes;
tú no sabías el daño de tenerme
(me alimentabas); pero yo, ardía como la anemia
en tu presupuesto, en bolsillos de tus ciudadanos,
en las quejas de tus pobres, Portugal.
Yo, la verdadera anemia en el fisco
ocasionada por tus gastos militares, yo, fiera desmesurada,
la Implacable del Alecto, la peor de las Erinias.
Mordía en ti, yo te daba pobreza y tus soldados en Africa
eran 200,000 hijos tuyos que en la guerra mordería.
Yo los retuve en Angola, en Guinea y Mozambique,
te los traje heridos, aunque quise matarlos
y desde 1961 les hice guerra sin tregua,
desgaste, entrampamientos, asaltos,
pánico, en todos los rincones africanos.
Yo les pagué con la misma moneda
con que operan sus represores,
sus guardias, sus torturadores.
Ustedes se creyeron invencibles.
Mataron un millón de negros como moscas,
dispersaron 1.7 millones de niños, ancianos,
mujeres, aldeanos temerosos,
por otros estados vecinos y Tisífone
pidió, compadecida, la venganza:
«Esto debe acabarse».
Fue en septiembre de 1964 que yo formé
el Frente Liberante; yo ví los intrusos de Sur Africa.
Entraron a desestabilizar aún más
tu gobierno colonial de ultraje y rapiña.
Financiaban el caos; perjuran que existe
Guerra Fría, donde tú pones bayonetas
y escarnio y racismo.
Por eso intensiqué la insurgencia, no menos
de 13 años para que te rindas y te largues
del Africa que explotaste desde el tiempo
de los Magallanes; yo fui el dolor reciente
de esclavos armados en Chikunda.
Traje la cabeza vengadora de los asesinatos.
Y la Megera seductora que es Infiel
a tu colonialismo y premia con la victoria
a los oprimidos. Apenas te vencí, Portugal.
En 1974, me entregaste el poder detentado
sobre mis tres naciones: las Erinias, al fin,
socavaron tu reino y te quitaron
a Angola, Mozambique y Guinea-Bissau.
Aún falta más, pueblo asesino.
Iremos a donde están tus cómplices,
Sur Africa y Rhodesia, despertaremos
los muertos, les daremos castigo.
De la noche, aunque duerman, sacaremos
reinvindicación, cumpliremos vengarnos...
09-01-2002 / El libro de la guerra
Teth / ZoomBlog / Las zonas del carácter / Escépticos / Homenaje a Martin Heidegger / Teth, mi serpiente / Memorial Days / Berkeley y yo / Indice: Heideggerianas / Gaceta Literaria Virtual / Dossier de Carlos López Dzur / Cuaderno de amor a Haití / Codornos y coscuros / Alfio
* * *
No comments:
Post a Comment