Thursday, December 04, 2008

El momento amargo



Traición es el valor que se pospone
porque somos cobardes, traicioneros
por cobardes. Ni más ni menos.
Siempre hay algo que nos sorprende insuficientes
y quedamos callados, mentimos con el silencio,
engañamos con los actos. Es que a todos
nos corta una medida de miedo.

El Alto Mando convoca a los valientes,
a leales, a sinceros, a los que no posponen
la deuda resolutiva, expedita, de consciencia,
pero aquí estamos, ni más ni menos,
enfrentados al miedo, sin desear
que nos confronte ese adversario que nos invita
a ser hombres, guerreros verdaderos, auténticos
ante el alma y el Yo puro y no podemos.

Se pospondrá la respuesta, con rodillas en tremores.
Aún no, aún no somos humanos. Somos cobardes.
Lo sabemos. Algo no puede salir de nuestra boca.
Algo no se materializa en nuestros actos.

No podemos ser justos. Todavía no.
Nos gusta la seguridad ilusoria de mentir,
posponer, traicionarnos a nosotros mismos,
aunque el alto mando convoca y no,
no estamos preparados.
Somos cobardes, traicioneros por cobardes.
Ni más ni menos.


03-12-2002 /
El Libro de la guerra
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