Monday, December 08, 2008

Mojada la roca y su polvo


Y es mojada la roca y su polvo,
moles cocidos de cal o de mis huesos.
Y gotas sudas, criadas fórmulas
de creencias que a todos dan el gataso
de pobladas costumbres de los signos
cuando las huellas de Aztlán salen al paso.

Tijuas puede ser lo mismo
y las burbujas son como escenas
de agonía, o de esperanza.
Viento indocumentado que revienta
los ojos y escarcea en nuestra carne.

Las ilusiones mueren muchas veces
en franjas de frontera, muros o alambradas,
En el Río Grande, tormentoso, se ahogan.
La faena del pollero es el primer
puñal que abre la carne, que es cartera
de fe, de piñatas gozosas, tan cateadas
por el lenguaje gabacho del lujo
y las lujurias creídas al ensueño.
Al EnSueño Americano.

1986. Tijuana /
El hombre extendido / Indice


De vuelta al campo

Dice los viejos del rancho
que el futuro es de jóvenes
y como a dioses se les recibe,
La ruralía los espera
... a estos chaparros que se fueron,
¡y que enviarán remesas!
su óbolo de gracia,
héroes son que vencieron la muerte
agazapada en cruces
y, vestida de coyote en los cerros.

Como miel de las ferias
se nombra a los migrantes.
En los palenques
son cumbiangos y gallones
y las chavas los buscan
como al oro perdido y la esperanza
y por el Santo Patrón y el Niño Cristo,
son flor y venero y se les busca.

Y la esposa lo sabe y la madre y la hija,
y les gusta escucharlos, deslumbrándose
porque bien que se jactan
los que oyeron campanas
y no supieron dónde... que Tío Sam
les hizo los mandados
y que al Norte, vencida la cruzada
y el riesgo del coyote, han metido en cintura
(¡ay, sí que son chingones!)

Con la pizca en fields de Utah,
Oregón, Washington State, California,
se aprende un resto y un poco más
y ya son americanos,
triunfadores y poco menos,
suerte mal restada,
cadáveres y pasto de los buitres
y sin la Mitad de México,
historia en el suspenso.

Pero llegaron, obsequiosos,
con ricas galas, aún el panzón
de pómulos oaxaqueños, aún el flaco,
cabezón, yucateco, el de ojitos chinos
y el pito, morrongudo.

¡Qué bien! duro trabajan
los espaldas mojadas y deslumbradas
las chicas les persiguen... y serán dueñas
de su parcela y madres al fin...
Al bracero que cumple, tiene para el regreso
y cumplirá muchos sueños
como el Rey del Tomate
(¡ay, pero que no se sepa
sobre las noches parranderas con los jotos
y las hembras de los bares,
y la semilla mala que se metió en su sangre...
ay, que no sepa, del SIDA de la muerte.

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El libro de la guerra / Tennessee Williams observa su-muerte / Cervantes, héroe de Lepanto /

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