Y la gente que muere en las guerras es más
y más y más gente que no está
en las fuerzas armadas: Dr. Howard Zinn
Fue una mentira conveniente que dejamos crecer.
La alimentamos. La pusimos en la psiquis de Occidente.
El Lobo de Hocico Rojo, el Oso siberiano,
la hoz más sanguinaria que la daga turca
o el bestialismo cosaco, viene.
Nunca la evidencia fue real y suficiente
para que se dijera conclusivamente:
«Está en camino. Avanza con ligero paso».
En verdad, supimos que ni pueden ni lo quieren.
La Unión Soviética no invadirá a Occidente.
Yo sé que la creación de la OTAN
surgió precisamente contra eso.
Contra el peligro rojo, contra la invasión anunciada.
Pero no era verdad. No lo pensamos.
No vendrán. Ni pueden ni lo quieren.
Pero fue el drama montado por el Gran Titiritero.
Que ha de llegar el Lobo, un lobo ajeno,
lobo que no es el que sale de nosotros mismos.
Inflamos la actividad de esos demonios.
Estigmatizamos. Inventamos el Oso
y la Amenaza Roja. El primer
Eje del Mal. Soviéticos.
Ellos, viejos aliados, la plaga. En la guerra,
si no nos preparámos, llegarán a vencernos.
Hicimos creer que nos asedian. Nos rivalizan.
Que son el pueblo malo y que su profeta
es Balaam que viene a maldecirnos.
Llamamos espías a sus científicos,
a sus bailarines, a sus académicos.
Con el pretexto de la Guerra Fría
ejecutamos en la silla eléctrica
a quien no dio la gana y saneamos
el gobiernos con purgas similares
a las de Stalin.
Asustamos con cifras sobre bombas atómicas.
Acumulamos el mayor arsenal que sobre la Tierra
existe. Especulamos. Mentimos. Pero, en materia
de bombas, fuimos quien las usamos.
Sin piedad, las echamos sobre Nagasaki.
Devoramos a Hiroshima de un bombazo.
Miramos a Corea e Indochina con escarnio.
Y el mundo, histérico, temeroso, preguntaba:
¿Qué será lo próximo en la mente del Gran Titiritero?
Después que Hitler cometió sus atrocidades,
nosotros cometimos las nuestras, pero estamos
ufanos y tranquilos, con la sangre fría...
y que nadie proteste. «Es tu por bien, América».
... de Japón, en sólo dos ciudades, matamos
600,000 civiles y lo hicimos porque Hitler y Tojo
son espectros luctuosos, y sepa, Norteamérica,
Irán nunca tendrá tantas armas como para alcanzar
el poder militar que tenemos, y Corea del Norte
nunca nos alcanzará...
... cuando invadimos, Iraq
fue un mísero estado del Oriente Medio
y nadie nos piensa saqueadores, Sadam
ya fue colgado y podemos hablar de democracia
y negar que somos criminales. Este es el gran poder
del Gran Titiritero: desviar el odio
cuando la guerra nos emponzoña a todos...
25-09-2005 / El libro de la guerra
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