Lo dado

Este mundo que te doy es la Ostra
de la complementariedad,
una forma de vida, tu escuela de la Díada.
No llames desperdicios, traspatio
a este palacio de arcilla en que puse
mi aliento. Te he ido dando el Alma, Neshamá.
No digas que son túneles oscuros,
corredores subterráneos
que jamás conducen a la luz.

En el fondo de esta bola mundana
que menosprecias está mi garganta química,
mi fragua de Vulcano; mi voz que es sombra
de la sombra, simbiosis creadora
con la que me hago humana, la Diosa
en Malkut, la reina en tus portales.

No digas que esta esfera geográfica
de mundo gira en el espacio sin sentido,
si te orbito con mi regularidad y si mides el tiempo
es porque te doy luna, estrellas, astro sol, por igual.

Y vas pisando tenazmente con tu pie el espacio
aunque me ignoras y lastimas a menudo.

No por tu capricho se eternizará la dualidad,
así que no creas que el mundo navega sin timón
o que la rueda que energiza el movimiento
es destino y azar. Hay un propósito y no es
darte la nada. O heredarte el vacío.

Te doy el Palacio de la Luz
y la Verdad, mi cuerno de abundancia.
La ostra perlera de la Dimensión.

proceso de la perla infinita que serás.
Todo lo puedo en tí.

06-11-2004 / Indice: El libro de la amistad y el amor
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Poemas: Carlos López Dzur / La Naranja / Política Comunitaria / Bitácora: López Dzur / Bitácora Negra / Sequoyah / 8 / Revista

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