«¿Cèline, qué voy a ser contigo?», te pregunté.
Lo medito. Examino si te lo llegué a preguntar o no lo hice. ¿Quedó pendiente una declaratoria de amor? Sé que te amaba, recuerdo haberlo hecho. Un día fuíste la que me dijo: «¡Cuídate! No mueras. No estés triste». Mas, por razones que no comprendo, tal vez relativas a mi locura y el nihilismo, te entregué a un drogadicto, a un hippie trasnochado de lo peor. Dejé que te lavara el cerebro.
Y por el gesto de arrancar una supuesta navaja de mis manos, me agasajé con el contacto de su piel. Volví a amarte por el contacto con tu piel. Tú debes ser una forma más comprehensiva de cielo, si me dejo llevar por tu nombre. Tú debes ser como una Venus si me dejo llevar por tu piel, o un beso tuyo. Me calientas, me aceleras. Me habría gustado apretar tus pechos y tus nalgas y besar tu boca en presencia de Jeremías Campas, mi rival. Jeremías es un campo abierto hacia el campo santo del profeta.
«¿Cèline, qué voy a ser contigo?» … sí, contestaste porque yo hice la pregunta. Recuerdo ya.
«Piojitos», me dijiste.
Enderecé el moco a tan linda metiche para que sonríera y dejara la lloradera... Creo que fue la única vez que ví a Jeremías asustado y celoso. Yo tenía 15 años.
«Te salvamos la vida, cabrón».
Ella también me dijo... te salvamos. O sea, se supuso que debo agradecerlo. Y como Jeremías estuvo celoso, ya que ella lloró por mí y me permitió que le hiciera piojitos, me agarró muina. Y me lo puso en estos términos: «No traiciones mi amistad. Ella es mi novia», te lo advierto.
Me chantajeó con ese cuento de salvar mi vida, pero ahí sentimentalmente yo fallecí. Ahora comprendo unas cosillas antes no hiladas. Se vale la pena meditar. El suicidio sentimental me ha secado la boca y los sesos.
«¿Y todo este alboroto, por qué?», me pregunté. Iba como un noctámbulo, sabiendo todo y nada. Anduve buscándote, nena. ¡Por celos!
Fue una coincidencia que él se haya lanzado al vacío, con las narices llenas de mota, un poco después. ¿Sería ésto por lo cual se me detuvo en la calle? El delincuente me asedia o sabe que lo asedio. Iba detrás de él. Tenía algo mío. «Te tenía en sus manos, amada mía», chantajeándote con su Olimpo. El es el jonás del inmenso yate cósmico. Es la ballena de la alberca gigante que construyó su Padre Omnipotente en su colonia de políticos ladrones y vulgares. Es el demonio / serpiente / que te habla detrás del Arbol de Conocimiento.
La gente no lo sabe. Ni mi familia ni la tuya, porque no son católicos practicantes. No van a misa ni el día en que se da por precepto una visita, en honor al crucificado y los calvarios de miles de santos. El es el enemigo de los santos. Tú eras lo más valioso que tuve, Cèline, y él te habló más sabiamente que yo. Te persuadió con lengua de serpiente. Te dio: «¡El es manso, loco de nacimiento! Es un quijote. Es un espíritu débil que no sabe disfrutar del mundo…»
Ninguno de mis defectos es que me gusten las nalgas de ángel ni el orégano chino. ¿Algo me gustó? ¿Droga? No… Pues sí, llámese droga: tus nalgas. Cèline. Te deseo. Eres suave. Me gustaste. Me díste las primeras erecciones. [Pero no lo supe hasta después de los 15 años tuyos y los 15 míos].
Indice: Berkeley y yo
___
Estéticas mostrencas: Indice / Comentario / Comentario a El Libro de la Amistad / Reseña / Sequoyah / 6 / El hombre enamorado de la vida / Lope de Aguirre: Indice / Sequoyah 3 / Grandes escritores / Los valores de la esperanza / Cantos de la experiencia: Blake / Meditación de fin de año: Dzur / Bíos / Sequoyah / 4 / Indice: Las zonas del carácter / El hombre extendido: Carlos López Dzur / Kairós / Cantos de la experiencia: Blake / Meditación de fin de año: Dzur / Bíos / Sequoyah / 4 / Hilda Serrano Pepino / En Pepino: Julio E. Méndez Ferreira / Maritza Torres: Arqueología Taína / San Sebastián: ¿Y tu pueblo onde tá? / Dra. Ángela López Borrero, pepiniana / Anagilda Garrastegui / OC NaranjaZoom / Indice: El libro de la guerra / Querido Mundo: Israel / Comentarios sobre la novela Berkeley y yo / Enseñanza al tercer día / Ana Jonia Tolía / Cuaderno de amor a Haití: Poemario de Carlos López Dzur /
* * * /
No comments:
Post a Comment