Meditaciones en el Valle de Hinón

¿A dónde vas, penitente, que caminas
hacia el Sur de las murallas de Jerusalén,
a dónde te ha sorprendido el hedor
que desde el pie de Monte Sión
se extiende hasta el Valle de Kidron?

¿A dónde vas por el presunto ser que llora
si no has llorado tú, en soledad por mi nombre?
tú, con rostro compadecido y lágrimas
rodando, ojos abajo, ¿qué buscas
en Gai ben-Hinnom?... si al hijo lo aparté
en el lugar más seguro, donde nadie
lo mata ni lo pide para actos de crueldad
o de homicidio... A quien separé
para el infinito, oculta semilla en bondad
la envolví en pañales de esplendoroso fruto
y él no gime, como no gime el frijol
en la baya, como no gime la valía
en lo boca de las ostras perleras...

Penitente, ¿qué escuchas en lo externo
de tambores que no es mío?
¿De qué fuego vas resoplando
a las en llamas por lamento rudo del olfato?
... si sólo olor grato enciendo en los desiertos.
¿Qué buscas, ermitaño, cuando sales
al Valle del Hijo de Hinón?

2.

El fuego inapagable, purificador,
es tu peregrinar, ven. Yo te muestro un silencio
y lo haré en templo interno de tu casa.

Tu búsqueda del hijo que gime por salir
hacia la puerta del Valle es gesticulatoria.
Házla, no como procesión, házme
gratitud de contento porque el incinerador,
situado está en el fondo sensible de tu alma.

Tú lo enciendes, tú pones
las llamas sobre los leños, tú, eremita
que invocas un castigo, cuando yo
te ofrezco amor y hacer de las víboras
una zarza serpentina de mi aliento.
¿Quién es el que el corazón ofrenda
como ídolo a Moloch?

No yo. Tú, cegado por los crímenes
de la vanidad, cegado por la obediencia
al mal querer, tú que a la íntima voz en tí
llevas como una res de sacrificio
al matadero, contrario a lo que pedí:
Que vayas por la senda a la virtud,
que silencies la angustia
en Ge Hinnom...

3.

¿Cómo se ha de castigar eternamente
a quien no conoce la eternidad?
... y tú las has descreído.
¿Cómo legislar en la cañada de Jerusalén
tu lugar de tormento y la vida futura
de tus quejas, si vives en la inmediatez
y de la vida futura te has burlado?
¿Cómo ha de llamarte basura el creador
que te ama y pacta para tí el cuerpo hermoso
y el paisaje real como contextos?

Tú, el torturado de las generaciones,
ni en el Sheol, tapiado de la tumba
recibirás mi voz en los barrancos.
Desde gorgojos no hablo.
Desde el lamento no muestro
la riqueza escondida, mi tesoro.

El mal será destruído cuando entiendas
qué es el mal y el mal es tan sencillo:
Que vivas en la mentira, entre oficiantes
que van golpeando tambores del tupim
con sonoros tofes de infelicidad.

03-07-2005 / INDICE

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