Sunday, August 31, 2008

Provocación


Ya que ninguno te aprieta como un fuste al puño,
ni te han tenido ni alcanzado todavía,
¡vibra pues con ese amor
que tienes tan callado!

Echate al tálamo con tu ser que es
una cadena de eslabones
que con distintos rostros, temporiza
y con máscaras avanza por lo suyo.

Desde las máscaras combate intramundanamente,
sonríe y que sea tu cimera iniciativa.
El propio mundo acaece
sólo porque comienzas tu develamiento;
pero házte existencia para que el te busca.
Provoca porque eres vida. ¡Atrévete!

Vence al encubrimiento.
La posibilidad lógica cede al imperio de la existencialidad.
¿Para qué sirve o ha podido servir lo que se aproxima,
sea como llama del tibio amor, mujer, en tu cuerpo;
si no se ofrece como fuego, ardiente rama,
si lo que cotidianamente asedia no sorprende?

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Sonríe a tu co-mundo


Tu sonrisa precipitará todo.
¡Hasta ese amor que tienes tan callado!
Ninguno se mostrará a lo que eres
antes que tú misma lo hagas.
¡Abre tus labios pues!

Muéstrate a ciegas, al azar
hacia ese no-sé-a-dónde
donde pueda estar el cuerpo,

tu delicia, tus palabra,
tu co-mundo.

Con una sonrisa tuya se te halla
en la posibilidad lógica del ser,
sea que vayas hacia-el-ser
que te abre de antemano,
sea que te insinúes cautelosamente
donde falazmente se teoriza
tu presencia, tu encanto.

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De algo a algo


De algo a algo, más que adecuarme
a ciegas cosas que no sirven para nada,
busco el ahí, el claro sin desgaste,
un Decir y co-mundo
que me ofrezca
una determinación del ser
para el Dasein...

Que la existencia se extiende más allá de la bazofia
y maneje un trato que remita, que me alegue servicio,
o su perjudicialidad, su algo referido.

En este aquí se explota en demasía.
Impera el impuro desgaste y el tormento.


05-08-1993 /
Indice / Heideggerianas

Dichas predefinidas


Dichosos los que tienen ya las dichas definidas
y con todo lo ajeno se hacen cómplices.
Con lo posmoderno aterrizaron en nihismo.

Dichosa la geografía que les da su entorno cotidiano.
Con hablantines harán patria.
Con equívocos, agendas solidarias,
que se valdrá que se discuta en folletines
y sean mencionadas en carteles y escribidurías.

Ni se matan por su estructura protectiva.
Bien que se saben seguros, en pie o de nalgas.
Y aún más felices: perjuran que son imprescindibles.

Su fluir se añade al Uno. En la corriente van
trenzados por declaración al andamiaje.
Dan novelera presencia a cada paradoja
y, en este modo del ser, la dicha es contagiosa
y el equilibrio, indiferente.

04-28-1974 /
Indice / Heideggerianas

Homicidas y cómplices


¡Hoy somos cómplices, unos-para-otros,
tal para cuales! Topamos
con el disturbio que evitamos.

¿Quién dijo: el salvaje eres tú...
que no lo veo, quién que obedezca el No matarás?
ladrón es que roba a las honestidades; a Jesús
lo van tomando, por siglos y los siglos.

Se ha espantado el apoyo y el balance
y corremos loquinchos por los andurriales.

03-07-1975 /
Indice / Heideggerianas

Pertenencia


Tú, fiera del gruñido que se oye,
eres más que leona con aliento,
más que onda sonora y que palabra,
más que el gesto.

Te oigo en las hojas celosas de tu paso.
Eres un zumbido de silencio.
En la maleza hoy descansas.

Tu energía se reposa con ojos cerrados.
¡Qué satisfecha estás, hembra, del zorro y la gacela,
compañera del tigre, cómplice
del puma
y el leopardo!

¡Qué mansa eres con la estrella del instinto!
Te olisco en la distancia y me conforta tu aroma.
Uno para el otro somos sin palabras.

02-02-1978 /
Indice / Heideggerianas

Descobijado en la otredad pese al jolgorio


Abandonados a sí mismos,
todos, cada uno, son llamados Uno
y uno es llamado Nadie
en descobijo, Un-Zahause.

En el hallarse en diversión
no sientes que te velan ni la seguridad espanta
ni las pequeñas situaciones provocan
ni el vivir amenaza.
Este es el Desasosiego sin subsidios.

Aquí borrón y cuenta nueva
se hizo en vano: el desamparo te sigue
y excluye... mas la diversión te llama.

Tus motivos son públicamente interpretados
y, aún ya recibido en el jolgorio, en la casa
que prometen, ya vejado, no te albergan.

5-02-1974 /
Indice / Heideggerianas

Como si el espacio se llenara de mentiras

Ser en el mundo es el horizonte a priori de todo conocer,
incluída la autoconciencia: Martin Heidegger


Traer a la presencia aquello que no se redime
de sí en la experiencia de la pupila miserable,
aprender a mirar, sin la cáscara del párpado
y los ojos, ¿cómo es que duele así?

Nos duele tanto, como si el espacio se llenara
de mentiras, o los tiempos se anudaran
con los odios, con angustia,
¿cómo es la existencia de este quién,
sin qué ejemplar o abstracto fundamento?

... las cosas ya no hablan de sustancia,
las referencialidades se fugan a la sorda,
a penas recobradas por el uso
en la pesadilla pragmática del mundo cotidiano...

Traer a la presencia desde un para qué
que esclaviza el ser que siento,
no es acto de conocimiento.

03-11-1987 / Indice / Heideggerianas

Das Momentum


Advengo en das Momentum,
irrupción preciosa de la ira, apofánsis de ser
en alba imperiosa de reencuentro.

Seré en la realidad coherentemente.
Ser así, ser ahí: donde sólo es posible lo real,
personal, objetivo, objetivado.
Al fin, lo concreto es mío. Y domeña
el fruto de la tristeza-necesidad-deseo.

Soy, no porque soy cosificado, contenido,
junto a algo, soy en el sentido de los modos
en que todo se destruye, se amenaza, se encubre.
Soy, en cuanto dolor, mi ser finito, mi echada.

... Mas díme, para los días oscuros de mi fenomenología
antes de la dialéctica, cuando sea yo quien
me enfrente a la exclusión del sentimiento y de la fantasía,
a la intencionalidad trunca, a los encubrimientos,
¿qué haré con ente en cuanto está
con su ratio essendi, tan mordido,
e inertes mis instintos, por la razón cognoscente?

¿Qué haré cuando sea mera aparición
y me aprese el que sólo quiere
al ente manipulado y oculto
más allá del ser-así real
y mi síntesis de imagen,
más allá de los sujetos, más allá del proceso
del espíritu, vinculado al espacio,
autoconstituído, temporal,
inespacial cuando conviene, kármico?

Dialéctica, la necesidad me dio voz de consuelo,
hálito de espasmo, alta tensión de muta,
como jauría que se enfurece, rivalizando
ese infinito fantasmal venido a menos.
Das Momentum.


Indice / Heideggerianas

¿Qué es el ser?


... el elemento desde el cual el pensar
puede pensar:
Martin Heidegger

El hombre es la vía hacia el ser,
el querer que puede
lo que quiere pudiendo;
esencia que ejecuta su querer
y que se capacita para que sea ante él
y aún, desfiando todo,
cuidado y medianía,
lo que lo atestigua en su pro-venir
y lo deja que sea.

Al comprenderse se adapta a sus posibilidades.
Mi ser lo ha comprendido:
soy quien me puedo en el saber.


02-07-1993 /
Indice / Heideggerianas

Láctame


Láctame con un canto sonoro,
desde un-pro-de vitamina.
Estoy sediento de agua y raíces por tu causa.
Mi esperanza es que me unjas
con fluídos de significaciones.

Los conceptos son leche.
Aproxima ese pezón maravilloso.
Larga actividad generalizada del entendimiento;
pero habla tú de tal modo que yo sepa
que hablas para mí primariamente y en total.


2-9-1993 /
Indice / Heideggerianas

La palabra malvestida


La palabra malvestida, descobijada y útil,
por las calles retuvo su interpretatividad.
Sus necesidades satisfizo a la luz del día
y tuvo un hijo, nonato, malnacido
y, en complicidad de largas noches, se pudrió.

El poeta, sin embargo, odió el pan endurecido,
y el alimento que supo a cicatrices.
Así que lavó la sarna en cada mañana
y se distanció de quien vivió en la sombra,
urdiendo temporizaciones.

El poeta se cosió una camisa de fuerza
porque dijeron que estaba loco
y su vida, chingada, con sus perros huesos
y se dijo que, en la marginalidad de la ballena,
vivió como gusano
y apestoso cocodrilo
y, por ser tan flaco lagartijo,
lo aplaudió la lástima.

El transitó voluntariamente
por abismos de solutos alborotados
y buscó de la percha ajena
la corbata color rosa
y se enfrentó al putísimo auditorio lastimero
y se ahorcó, amarrándose del tronco de la luna
con el cordel de deseo que tuvo a mano.

¡Qué bueno, qué ejemplar!
Ya no hiede ni es flaco ni incomoda
ni anda callejeramente en el conjunto.

09-01-1990 /
Indice / Heideggerianas

La pubertad de la palabra


Cuando el bagaje del Don Nadie se objetiva,
interino en las expectativas, el Nabî canta
y ahí-es... hecho canción de cuna,
beso y cuidado de la Tierra Madre,
seno mártir y hacendoso,
dulce e infinito;
ahí estuvo su poema,
maternal arrullo,
escribiéndose en despedida
porque el Ser va cerrando
sus años de epistemología
al llegar la pubertad de la palabra.

7-17-1992 /
Indice / Heideggerianas

Mi ser-ahí casa tiene


Mi ser-ahí casa tiene,
habita, cohabitamos
no necesariamente espirituales, místicos.

Estructuramos mundos,
múltiples entes
como si pudiéramos ovular
cientos de veces, cada instante,
y echar categorías a intramundanos telares
o a mundanidades que la experiencia
te coloca al paso cuando tú mismo
te has posicionado.

Y en las circumundanidades circulas
y te sorprendes cuando la calma
te jala hasta el olvido y una erranza
te recuerda que la propiedad
es la posibilidad misma del Dasein.


Indice / Heideggerianas

Este amor fue higuera


Este amor no se predicó
en la vitrina del aviso.
No subió a la plaza por hallarse
el aplauso con sus congregaciones.

No se leyó de una ley ni fue ordenanza
de los juicios y costumbres
y éticas teológicas.

Este amor fue higuera
de sus propios cimientos,
hollejo de sus íntimos padeceres.
Se mordió la cola como una serpiente.

Este amor se estrelló
desde lo más iluminado:
la precomprensión
del ser que lo produjo.


5-13-1976 /
Indice / Heideggerianas

Los peces y la novelería

La novelería... busca lo nuevo
solamente para saltar, renovada por él,
a lo nuevo:
Martin Heidegger


Hay que aprender del pez
pues por la boca él muere
y mejor calla
y ser como él,
navegante profundo, huidizo,
ágil en la corriente.

... Que se diga por tí, ¡al fin caíste!
pero con arduo empeño conseguido.
Eres valioso, pez gordo, presencia de sustancia.

... Que no se rían ni los serios ni los mentirosos
de los peces de colores, ¡pónte en guardia!

Hay que ser como ellos:
pez velero y con espada y llevar un tesoro
protegido por corazas, agujas y zorras inflexiones
de las vértebras, pez cofre, pez gato, pez araña...

¡Desmiéntelos! porque los rivales
pescan en tus aguas... ¡ellos,
los que piensan al Ser vacío
tal como sus vidas
pues no han tocado fondo, naufragando!

Cuando nadas has luchado duramente
tu alimento, has defendido tu porción de la mar;
¡sé orgulloso pues de tus profundidades,
no las digas a los vientos del infame!

Ah noveleros, ¿qué les importa tu sobrevivencia!
Salga pez o salga rana, a ciegas van
por su proyecto advenedizo.
Te interpretan como les da la gana.

2-12-1976 / Indice / Heideggerianas

El zorro intuitivo


... guided fantasy are useful shortcuts to intuitive knowledge that is usually unconscious
or ignored:
Phyllis R. Koch-Sheras, Ph. D.


Por los rastros del zorro, visualizo el alarido,
su temor que estremece. Lo hallo
en las palabras de la bruma
y enciendo mis ojos como llamas.

Sé la dirección por la que llega,
su avance-resuelto y mi paso
en vela se cuida de otros pasos.

La interpretación de lo visto
se pondera como un como
y divisa lo necesitado,
no a la mano.

13-04-1975 /
Indice / Heideggerianas

Nosotros, los impuros


Sepan los hijos de la interpretación positiva
que tengo muy malas costumbres:
más que un yo, tengo el gran Nosotros
de lo impuro, el yo animal
que amó a los mosquitos, subió y bajó
a las charcas de metano.

Como escarabajo o moscardón
que explora el excremento, me he sentido,
solazado, y hiedo a veces
más a marisma que a riachuelo.

Soy como pozo, no como corriente.
Entre sedimentos holozoicos crezco.
Asomo mi cabeza entre limos
y soy parte del pueblo de los jigües...

... pero es que quiero más que los Yo
del sabio ventolero, tan falsamente higiénico
que lo acumula en la memoria todo:
lo sucio, lo cruel, lo innecesario.

No yo, que no soy santísimo ni puro.
La limpieza la hago en cuanto puedo
y no siempre es posible.

07-11-1974 /
Indice / Heideggerianas

Rompiéndonos el corazón en los peldaños


Nosotros, los impuros, la agudeza del desencanto
tenemos bajo el hunco y metidos estamos
en lo hondo de la bruma.

Todavía peleamos con la mala palabra
y el desquite, pero hombres y mujeres somos,
habitantes de la ciudad y la caverna
con la pregunta del Ser y del soluto.

Sepan que los objetos temáticos de la ciencia
no arrebatarán del todo
la espora germinante y el bejín,
las vocaciones de este animal humano.

Se aprende, por igual, de la emocion,
rompiéndose el corazón en los peldaños.

Indice / Heideggerianas

Ya no sé qué es amor


No existe una verdad abstracta:
¿pero es siempre concreta?
Ya no sé qué es amor ni pasión de infinito.

Me dejaste sin verdad. Te lo llevaste todo
con infinitas galas de procuración.

Admití mi reemplazo. Amor tan infinito, ya no sé si fuíste.
O no has nacido. Te tocará convertirlo en maravillas
delante de mis ojos, fuera de mi carne.

¿Será lo que pretendes?


3-12-1994 /
Indice / Heideggerianas

En la cura de lo mío me suplantan

Estos cuidados se hacen cargo de lo que hay que cuidar a favor del otro: Martin Heidegger


Vienes tú en procuración
y te pones en el lugar de lo que siento.
En la cura de lo mío, me reemplazas.

Tú recibes de oquis como algo acabado
lo que en mí es motivado
Me cuidas y atemperas.

Quedo en situación de dependencia
aunque no reconozca lo que hicíste.
Estoy premiado ingratadamente
en relevos de interpretación
donde no empeñé ni mi palabra
ni mi esfuerzo.

Me has suplantado.
Ya no sé qué decir que tú no digas.
Ya no sé qué es amor porque me amaste.

El Dasein puede estar solo
(así como yo estuve con mi amor,
cuando era mío, y yo animal embellotado,
sin que yo mismo oyera mis clamores).

Indice / Heideggerianas

La habitualidad agresora


Te abaten a lamidas con sus lenguas de humo.
Creen haberte creído y no te creen.
Creen haberte escuchado y no te escuchan.
Creen que te ven sin que a sus ojos te muestres.
Eres la habitualidad que se acumula, perceptuante.

La tranquila seguridad de sus enjambres
donde crees hallarte entre inquilinos
ciegos y afectuosos, no es tu casa; es sólo un puente
de lo organizativo y lo intramundanizante.

En rigor, la familiaridad es una mentira.
Eres libre para decir no me toques
y, aún así, te manosean a gusto.

Indice / Heideggerianas

Soledad en el hallarse


Ninguno está curiosamente apeteciente de tus huesos!
Don Nadie se ha alejado del meollo de tus causas.
No hay el que te observe, sigiloso,
hasta escindirte puramente y con la muerte.

Nadie que examine con escuchar atento
lo que se halla hundido entre tus voces,
crecido por tus ecos.

En rigor, el hallarse familiar y familiarizado,
fulano ante fulano, es sólo organizarse
a espaldas vueltas de tu canto.

Es oírse menos, unos y otros,
en la sangre pulsante de clamores:
¡estás solo, rodeado de otros seres, meramente!


07-17-1974 /
Indice / Heideggerianas

El impulso salvaje que traemos


Mi corazón es un sabañón
dentro del tronco del árbol de mis huesos.
Sepan, hijos de la lógica arcaica
que pasa por moderna,
herederos del lenguaje refinado,
científicos que aparcelan al soluto,
adviertan de una vez y por todas
que soy la yerba mala
que no crece en el limbo.

Ahí no crecemos, no.
Ni en las regularidades se detiene
el impulso salvaje que traemos.

Indice / Heideggerianas

El padrote

... Bajo la máscara de uno para el otro desempeña su papel el uno contra el otro: Martin Heidegger


Se creyó padrote, al fin
el hombre que fue dulce y derecho
por andar de macarra por la calle,
él sin pretenderlo, se echó
a los brazos de la putería.

Una hembra con voz provocativa,
dueña de trajín y habladuría,
quitó el fulcro, su punto de equilibrio,
y cayó abatido, a pique,
sin dominio de lo auténtico,
inerte sobre la pólvora encendida.

Lejos de él se ahuyentaron las palomas
seguidas de mañanas; cerca de él,
llegaron zopilotes, seguidos de las noches.

... Y el hombre,
caballerazo pobre, pero bueno
dio sus tientos por la luz y, en pago,
se halló de la tiniebla, bienvenido.

Ella vino con la mala pasada de los días,
loquincha, alborotada;
una coqueta raposa sin reposo
para estos zorros que buscan compañía
y, al verlo, lo tundió de besarracos.
Con la soba del molino interpretante
lo molió como quiso hasta la zarria.

Lo hizo pingajos y él creyó que, por disperso...
ya volaba, podía movilizarse, sacar las uñas,
dejar de ser tan manso e isógeno
del rígido decoro y la bobaliconería.

Soñó en grande con progresos culturales,
modernidad, seguridad y aceptación apetecidas
y seguía siendo el Don Nadie, pordiosero.

¿Acaso del honesto vale menos el folleo,
el gusto por echarse un polvo,
la jodienda y el magreo
con los entes disponibles, a la mano?

Se creyó padrote, al fin
el hombre dulce y derecho y que,
pese a tanta habladuría, sólo quiso atención,
seguir examinando pareceres, palabras, avisos,
goces publicitarios de lo óntico,
el Uno en pataratas,
el Uno en pantaletas...

02-07-1976 / Indice / Heideggerianas

Angustia

a César Vallejo



Hemos estado hambrientos, pordioseros,
desesperados en el fondo del bostezo.
Avergonzados, sospechosos,
sin saber si estar agradecidos
de que la geografía nos diera alguna vez
su dignidad de espacio manso, volumen
en la esfera de lo vivo.

Uno al otro, nos miramos mansamente
dibujados en sociedad, sin firmamento,
como dos colegados, truncamente burlados
por el infinito, en la miseria de ser-ahí,
tan angustiosos que la rebeldía se apaga
y la llama remanente por más desventura llega.

La muerte abre su boca y nos espera
y aún ni queremos ser
ni queremos haber-sido.

11-9-1996 / Indice / Heideggerianas

Verfallen / El Decaer


Los decaídos preguntan con azoro
por cosas que no le importan
ni le vienen de suyo.

Los decandentes se tragan el mundo
aunque después lo vomiten.
Se aferran a progresos culturales
que no impactan sus vidas
como el chisme lo hace.

Cayeron y no sienten la caída.
Pretenden que son imprescindibles e inmortales.
¡Más que vivir, se perviven en flote!
La corriente los lleva, creyendo así
que avanzan hacia alguna parte.

4-28-1974 /
Indice / Heideggerianas

Clínica epidemia de ciegas medidas


Salvamos el poema ahí-donde
el anzuelo homicida caza a los prosaicos
y pesca a los incrédulos.

Entre ellos y nosotros,
la distancia crece
porque hay algunos que odian
la música, la brisa,
el viento, la caricia sonora
y no saben oír y no saben amar,
tiernamente tolerantes,
dulcemente caprichosos,
mucho menos,
verse en octavas de atracción
permanente y contínua.

Entre aquellos que susurran
con equívoca rivalidad
sus modelos mecánico-causales
está la varonía de los asténicos,
tróficas mentes, rostros que miran
con estériles ojos blancos,
cuerpos que se yerguen
con su negro óseo, sin vuelo,
bajo la nube
y la viga pupilaria del gentío,
rivales con una sola voz
para decirlo todo.

Ellos gritan y crujen y gimen
(dizque por elucidaciones),
pero en su lugar construyen
su clínica epidemia
hecha de ciegas medidas.

02-08-1991 /
Indice

Arma del delito


Ya que el lugar original
de la verdad no es el juicio,
ya que es necesario que se verifique
si el Dasein es y será eternamente,
saquen la evidencia que me ocultan,
dén su mentís, sepultureros,
que el cadáver aún hiede.

Repiten lo perseverado, dénse mañas
en la luz, pobres diablos,
que lo descubierto se destruya,
ya no sirve por su olor demacrado.

Abrid esos baúles donde todo lo escondido
se expone como falsa complicidad,
tributo sinodático que se paga al Obispo,
señor de todos los olvidos.

¡Destruyan el sentido común
tan sospechoso! Yo quiero
el cadáver a la vista.

Al fin de cuentas, con todos los
clamores
acusantes
y, a la vista también,
el arma del delito.

10-12-1979 /
Indice / Heideggerianas

Intemerata


La razón no sabe lo que hace.
No, ya no sabe.
En algún momento salió de su casa de palabras.
Confiada de que no hay ente que rehuya conciliarse:
todo puede ser entendido
con la recíproca interacción de la dulzura.

A su paso le salieron los sentidos,
rudos a veces, pero nobles.
La razón a todos traicionó.
Sí, ¡fue ella! después de llenar con ilusiones.

La razón se ha vuelto intemerata,
corrupta como vieja deshonrada y recelosa.
Se atreve a todo por llegar a lo sumo.


5-13-1976 /
Indice / Heideggerianas

Más allá del uso

... el desmesurado olvido de la humanidad
se obstina, asegurándose a sí misma mediante
lo admitido por el uso que le es accesible
en cada caso
: Martin Heidegger


Hay que olvidar al mismo olvido
porque el olvido es cómplice.

Hay que armar las sospechas
contra todo lo que es accesible.

Hay que inventar el golpe más incrédulo
y no confiarse en nada
ni con Nadie.

Sólo así el Zorro emerge,
el zorro bueno del Cimiento.

10-10-1979 / Indice / Heideggerianas / Heideggerianas / 1

Schickung / Destinación

La angustia es la realidad de la libertad:
Soren Kierkegaard


Bienvenidos los que creen
que el mundo es insufrible, cruel y oscuro.
¡Les tengo una noticia bienhechora, fenomenal!
La realidad depende de la cura, pero no lo real.

De modo que es posible jugar en el Gran Patio
del ser-tranquilizado y esconderse
de la angustia de ser libre.

¡Quieran, hijitos tristes, que con querer
se gana y se cuida lo alcanzable y llevadero!
¡Quieran que hay entes manifiestos
que agradecen el apego y la llevanza!

Serse por anticipado ya en el mundo
no siempre es soledad o berrinche.
Quieran, chicuelos esclavizados de contento,
darse al encuentro que, aún en penumbras,
hay descanso y consuelo.

En el gran patio óntico están las cosas
manifiestas, intramundanas.
No siempre son juguetes,
pero bien que divierten...

¡Abran los ojos, hijitos tristes,
vayan sin muina al circo cotidiano y verán
los ríos salvajes, esteros y ninfas
del julepe, retozonas!

... pero eso sí...
no se aparten del Uno.
La cura angustiadora vigila los portales
y está ofreciendo, por amor,
un ser sí mismo más amplio
que todos los patios y los entes:
el destino de la luminosidad.

7-7-1978 / Indice / Antología

No es el tiempo de sustratos neuronales


No es el tiempo de sustratos neuronales
de violencia el que busca quien combate
al Lobo (y lo Temporal)
y lobular de su innatismo.

El invocador no lo apuesta todo a los instintos.
Quien invoca sabe del fuego doloroso
y del camino a Sinaí y de Sémele en llamas.

No es tiempo de Moisés y ley logificante
la que alimenta el dolor de las sequías,
las hambrunas, las tormentas, el naufragio
y la peste, cuando implora el zorro obligatorio.

No es el paisaje y su sendero un paraíso.
La miseria que histórica se aúpa
pide que cese el Tiempo que se traga
a sus hijos, uno por uno.
Lo dispuesto también traga los suyos.

... pero nació él, el primer Zorro atento
y la morada en que reside la llamó
Reserva Ontológica del Ser.
Y entonces invocó, dio gracias, predijo
escuchó a las Divinidades, amó a la madre,
Zorra-Léthe... y le pidió Alétheia.


7-30-1982 /
Indice / Heideggerianas

La danza de ser-en-con-otros


Beatriz siguió danzando.
Esta vez estuvo fuera de los pozos.
¡Tan feliz me sentí que pensé,
¡ay dichoso yo! mi ser de azogue,
encantado en plenitud, tan vivaracho!

Entonces, vino la fiera de la Envidia
para atormentar esa alegría.
Con puñales me cercaron.
Y quise ser un soldado nuevamente.

¡Es que la Cura se manifiesta en el Besorgen!,
me dijo. ¡No estamos solos! Somos lo emergente.

Los cuidados necesarios mientan a los otros:
Eres, al fin y al cabo, ser-en, ente con tratos
con lo que son-ahí-también.


Indice / Heideggerianas

Te hundíste en el Empíreo inmóvil


El miedo de perderte fue la amenaza latente
de los otros, Beatriz, y me hizo imaginar
que te arrebatan nuevamente.

Ida, tragada en nueve cielos móviles
de Maya, y dije:
¡Te he pedido,
finalmente, para siempre!

Te hundíste en el Empíreo inmóvil
donde ya no se puede codiciarte.

«Esta es la fiera impura; no te engañes.
Que creas que no te amo y sí te amo.

Otros harán que el mundo duela.
Otros urdirán que te sientas solo».

«No me codicies meramente, házme libre.
Cuídate. Búscame. Voy a estar en tus voces,
no en tus egos. No vivo en las selvas del capricho.
Vivo en la sustancia de tus necesidades».


6-12-1978 /
Indice / Heideggerianas

No seas un pez en el fondo del pantano


A mitad del camino de mi vida,
te hallé y eras el ritmo de mi propio corazón
y eras el movimiento y afán por desarrollo necesario.

Eras mi noche en la pupila y tú, que pegas en mis ojos,
Beatriz, y yo yendo, avanzando, resuelto
con soberbia; así te ví y supe lo que existe.

«Baja al charco donde no hay ambición desmesurada»,
me dijíste,
«que tu cabeza sea como un pez
nervioso, manso, huidizo de ese Yo
despótico y dogmático».


Cada encuentro con el encanto misterioso e inefable,
que vuelva a comprenderse desde las aguas
del puro movimiento y no sea sangre
ni empeño de dominio.

Entonces no sería un pez
en el fondo del pantano.


Indice / Heideggerianas / Antologías heideggerianas

La selva oscura


Si el yo es una determinación del Dasein,
entonces debe ser interpretada existencialmente:

Martin Heidegger


A mitad del camino de la vida,
hallé la erranza, selva oscura.
Una que pudo ser un monte de palabras,
una casa en el soluto de temporizaciones.

Bajé al desfiladero creyéndome
un viajero de Florencia y poco menos que dios.
En algún instante santo y pío,
soldado mortificado por las muchas miserias.

El lobo que en la estepa aúlla
e imagina su Ultratumba por capricho.
Añora el cielo purificador
y las danzas con Beatriz,
la ninfa del estero.

En algún paraíso la quise hallar,
añorándola también como los viejos zorros.
¿Dónde fui por quererla con incrédulas palabras?

Allá, donde aún se lamenta y se adeuda certidumbre,
donde el clamor se vuelve salvación y rito.


6-12-1978 /
Indice / Heideggerianas

Comprender mis zorreras es mi necesidad


¿Cuál es mi hogar?
si no esta gramática parda de laringe,
necesidad que va más allá de los caprichos,
comprender mis zorreras,
el proceso de laborar y el fin concreto,
el trabajo consciente, el sutil ejercicio
de las garras, el accionar de cadera,
con hechizos naturales del lomo...

¿Cuál es mi hogar después que ví
lo que de la tierra emerge, tan sabroso,
y el refugio que te da?

Ella... que se cierra
esencialmente para decir, el fruto existe
y búscalo en lo abierto y cierra en tí la esencia,
circunda el sendero hacia el digno fruto,
el rito consagrante y pónlo en generoso,
benévolo, acto significativo, El Trabajo?

Más ser que todo lo aprensible
tiene el mundo, pero llámalo mundo
in situ, aquí y ahora, mundo-de-todos,
porque otros de tí querrán saberlo
perceptible y sonoro.

Otros tendrán que aprender o memorante
y respetar lo propuesto en tu Sospecha.

Esperan que lo digas, zorrillo sospechoso,
porque bueno está lo bueno y no se acerca nadie.
Auxilio solicitan, mas llaman a Cachano,
aquel que nunca viene por temor al Cagaletas...

Supremas o no, sus deidades no consumen cal ni canto.


1-27-1980 /
Indice / Heideggerianas

Zorrillos del ancestro


Gritos de la memoria unes
al esfuerzo de los tuyo.

Te interconectan, te difunden
en la acumulativa senda del Estero,
donde están los zorrillos:
el ancestro, los primeros filósofos
con ruda laringe...

... pero en experiencia de producción
y amor colectivo, autoyuda, autogestión,
acción directa, protección: el Trabajo.


Indice / Heideggerianas

El zorro, filósofo de la sospecha


... a lo largo del siglo XIX, son críticos del paradigma de la racionalidad, como crítica inmanente a la modernidad:
Adriana Arpini

No pegues más la boca a la pared,
háblales si apareció el aullido.
Díles que, con laringe, fabricas
el lenguaje articulado,
sintetizas fonemas
y tu grito enriquece la razón,
imágenes reales de ese mundo
que aún nace de raíces de quebranto
cuando apenas se conoce el bosque
y las polvaredas y la niebla y el frío.

No dejes que te tapen la boca
con utensilios y fiabilidades destrozadas
por el atroz abusón de los caminos.

La tierra emerge, sospechador,
y como reino del Ser la has entendido.

Indice / Heideggerianas

El suplantador de tu bien y tu cura / Sorge

Estos cuidados se hacen cargo de lo que hay que cuidar a favor del otro: Martin Heidegger



Cuando de Bien se trata, el engañador absoluto
viene en procuración y discursa en el lugar de lo que siente,
elucida para sí en la cura de lo suyo, reemplaza
la existencia real con la quimera
de los Egos absolutos, super-Yo extramundano.

Tú, el oyente, lo recibes de oquis como algo acabado.
Ha de ser iluminado, o Sabihondo, o Sublime,
una perita en dulce, ¿inventó el hilo negro?

¿Quién dice que su Bien se motivó en mi cuidado
y queda en situación de dependencia por lo mucho
que me cela, me ampara y me enaltece?

Premiado ingratadamente está
sin relevos de interpretación.
Cuida lo suyo, donde nadie empeña su palabra
ni hace esfuerzo por creerle; es el suplantador
que habla sobre amores y cuidados.

Te hará decir lo que tú no digas.
Te negará cuando ya has amado.

Indice / Heideggerianas / Breves antologías heideggerianas

El ultraje de lo bello o la hermana otredad


Por afición a esos sistemas de lo Bello-mitológico,
el imaginador echó mano a la lujuria de las apropiaciones
y se inventó el ultraje, cuando sintió el apetito
de la hermana otredad, la que no es suya
y cuya gracia es la perfecta simetría
yuxtapuesta a espejos gigantescos de lo desconocido.

Está postrada allí, fluída, autónoma, volátil
la errática viuda, invisible a los ojos,
un lado oculto de muerte misteriosa
y de vida adversa, pero de gran hermosura:
la justicia del Bien, la bondadosa.

Sigue ahí, tras la apariencia
de lo ilógico y bello y admitido...
la terquedad del negligente, presuroso,
en pos de niñas hermosas, esclavizables y ultrajables,
adquiribles, seducibles, escondidas, ya que huyen
de estos monstruos de las Cuevas y las Torres
de Marfil de sus anhelos.

Ahora elucida sobre el Bien.
Cree que tiene el derecho a describir su origen ideal,
su jerarquía en lo absoluto. Es experto en alegar
que lo que es en sí y nouménico es inverificable
y, aún más tonto e inútil, hacer demostraciones.

Indice / Heideggerianas

Los valores engañosos

La imaginación libre de toda imagen del mundo no es otra cosa que una mitología, se vuelve sobre sí misma y funda su morada a la intemperie: un ahora y un aquí sin nadie: Octavio Paz

Tres clases de valores se propuso
el hombre despreciador, que no confiaba en otro,
sólo en sí mismo: la Belleza, el Bien, lo Verdadero.

Y como no confiaba en nadie, el Ser-en
se dispersó en lo absoluto y no encontró
el Cuidado, facticidad en el mundo.

En la apariencia de lo bello, no supuso
los monstruos escondidos con sus máscaras
de azar, complejidad, culto a sus caprichos repentinos.

No se emocionó con la extrañeza
y su ilogicidad de guiños, impredecibles rincones
de rostros en atrofia y bordes no lineales de lo óntico.

No se explicó los procesos del ser
que se entrelazan con bifurcaciones,
intermitencias, periodicidades.

No halló las torres que fluyen
turbulentamente incorpóreas,
sospechosamente líquidas.

No supo de lo que va hacia el lado irregular
del caos y siendo vecino de panales fantasmales
que son muro de discordia, con su propio fuego.

Menos dulce que el capricho y más sinuoso
y cortante que el filo de las espadas turcas
son los exponentes de estos monstruos.


Indice / Heideggerianas

El desvío



Equivoqué una gran porción de mi presencia,
con pretextos, hablándole a usted como a mí mismo
con lenguaje que desoye y se pierde,
que sigue las pisadas oscurecidas por la noche,
vencida por la luz antes del alba originaria.

Por eso estuve solo en instantes sin ventanas,
en madrugadas sin pie ni cimiento.
Creí que daba compañía o generaba instantes
cimeros, voces más públicas y solidarias
que mi puño y mi página.

Creí que inventaba mi ser y mis círculos
en plexos de geografía verbal, fecunda;
pero tercamente pervivía; el sentimiento
es más profundo que este hallazgo.

Este lenguaje es un afán inútil de hacer humano
lo privadamente susurrado por mi boca
o públicamente desdibujado por mis dedos.

Indice / Heideggerianas / El gorgojo vibrátil

Las simplificaciones


En la época de masas, en la diáspora artificial
del hombre fuera de sí, lamido y relamido
por lo abstracto, ¿qué puede ese Zorro
(sin poder universal e irrevocable),
qué puede si se come el cable de lo triste
y su nostalgia sensual no es suficiente?

Lo acosará la miseria concreta, la jaula,
la mentira, la tragedia de la sabiduría,
el dolor de Sófocles y Esquilo.
Están simplificándolo todo.

El slogan viene, afilosóficamente
y que sabrá él, el ser reducido
a cualidades esenciales y gastadas.

¿Qué puede el zorro heraclitiano
(con el dinamismo fluído de la vida)
si las alas del Bien se las han ido
destrozando más abajo y más arriba
del topós uranus? ¿Qué hará
ante los predicadores de la lexis?

Kant que mercadea absurdos metafísicos de moral,
discursos para los mercaderes de la fe,
junto a otros con utensilios
de imperativos suprasentivos, ventajas
invocadas para el destino categórico?

13-3-1976 / Heideggerianas

La echada


Lo que puede-ser lo estructuraré
con el proyecto, lo factible.
Lo que es será mi temple franco,
mi preguntar honesto. Lo iniciante.

Te ayudaré a ser libre. Por tí
entraré en lo abierto, por tí
seré adversario de todo lo cerrado.
Te sacaré del abismo, del arrojamiento.

Escarbaré hasta donde tengas tus pies enterrados.
Con gran cuidado lo haré, co-existiendo contigo
en el Bendito seas del ahí.

Un arma tengo,
la hoz para escarbarte,
el ser-con-otros, Mitsein,
la endopatía.


Heideggerianas

Putarraquería del habla


Putarraca es la palabra coñosa y carajuda,
ladina y pueril cuando se orina
y se porta como necia criatura
por el gusto del tropos vitalista.

Putarraca, sí, por renuente a lo sagrado,
lo abierto, lo iniciante, ya que da
sordina al miedo sucio, al confuso y suicida manejo
del tormento, se entrega al triunfalismo
del aplauso y el confort.

A veces, fluye en burdeles como sirena
y se acuesta, loca de pelos, sucia de orgasmos,
sobre lápidas frías que huelen a marisco.
Putarraca es la poesía que se llena de tristeza
y gramática parda y alcohol y nostalgia.


Heideggerianas

Cuaternidad


No hay poesía que salga victoriosa de la metafísica:
Aforismo 24, Extor Henrique Martínez

Expide aroma grato todo lo que oculta
lo oculto: tierra que se inicia
en charcas de metano, tierra que huele
a manglar, tierra que es cueva y madriguera.
Tierra que calla, desbrujada, lo enterrado.

Para que habite el sembrador, la tarea
se ha fundado. Se echará por semilla
a flor de tierra
el más sagrado de los entes,
el Hombre Libre.

Colono en ese dado entorno tan genésico,
rumbo hacia el bosque puro, el Claro-Otero
selvas negras hay de tránsito mortal, el misterio.

Los poetas, invocadores y filósofos a la tierra
van y bendecirán la humedad, la dimensión de la raíz
que lame el río y que se hunde con aroma
gratamente en lo profundo: lenguaje óntico-ontológico
de Tu Aliento, pensar originario del Pastor en su morada.

Tierra, habitable para el ser, ahí
te nombro, con AHI que escapa
a las simplicidades reductivas.

2.

Cielo, ya se ha mostrado Tu divinidad
al hombre. Tal como es tu ser te vieron
los zorros de mayor olfato, te verán las vulpejas
más veloces y los peces ígneos que han bebido
de soles con bravas pezuñas y agresivas pupilas.

Te descubrieron, por amor de geografía,
también las aves de ala firme y musculosa.
Te vieron los descubridores en el azul cimero
y mordieron otros trechos esquivos en las brumas.

Te admitirían desnudo, Cielo, digno de tus metáforas.
Hermosa la presencialidad de lo apofántico.
Te calaron, Madre ctónica, como pareja, apta
para el erotismo, como ninfa de manantial,
como vulva para entes manifiestos del Cuaterno.

Y más allá de los árboles y el río que refleja
como infinitud lo finito, te espían
los que no se contentan con tu Olvido,
madre del Ser. En la unidad, se mecen tus colores,
tus voces, tus esencias, tu estructura simple,
la verdad, lo puro.

3.

Lo desoculto es divino. El cielo se ha entregado
y el ente que se manifiesta como ente
ángel será de ese Cielo que no se escinde
al golpe de estructuras fementidas, invasoras,
simplemente conceptualizantes.

Con apelaciones a priori, no te disfrutan
entre los mortales, hijos de la Tierra, los intermediarios
en rumbos de lo Oculto y juegos de tu espejo.

Con humanismos metafísicos se conforman
los hablantes de lexis, decidores de discursos.
Los superficiales, en técnica y ciencia,
igualmente metafísicos,
ya ni siquiera preguntan el origen.

Han dicho NO a la fuente de la esencia.
En habitualidades heredadas
pierden tierra y cielo, pierden
fuentes y esencias: alegan
que la metáfora ha muerto.

13-02-2003 / Heideggerianas


Indice / Heideggerianas




Heideggerianas

La echada

Nunca me ha gustado la caída

Logía, sacar al ente de lo oculto

Mi ser-ahí casa tiene

Rompiéndonos el corazón en los peldaños

El gran por qué

Incomunicación

El hombre que no oye su consciencia

El preguntante

Intemerata

Arma del delito

La habitualidad agresora

En la cura de lo mío me suplantan

Las simplificaciones

Cuaternidad

Lenguaje y palabra

La palabra más sutil

La pubertad de la palabra

El zorro intuitivo

Clínica epidemia de ciegas medidas

Desvío

El extravío de un eterno memorioso

Transpropiación del Acontecer / Ereignis

Percepción óntica

A Britney Spears

La echada y el primer amor

Sonríe a tu co-mundo

El evocador de la asociación originaria

Lourdes

Gegenwessen / El Loco

La provocadora

Schickung / Destinación

Verfallen / El Decaer

Los fanáticos

Convocatoria al Decir inicial

La caída

Angustia

La salteadora

La nada que me angustia

La hiena moderna y el zorro

Quienes se fueron

El evocador de la asociación originaria

Soledad en el hallarse

Urgencia que acosa

El ultraje

Putarraquería del habla

Los organizadores

Más allá del uso

Los valores engañosos

El ultraje de lo bello o la hermana otredad

Nosotros, los impuros

El suplantador de tu bien y tu cura

El zorro, filósofo de la sospecha

Zorrillos del ancestro

Comprender mis zorreras es mi necesidad

Tu lugar verdadero

Tén cuidado / Fürsorgen

Descobijado en la otredad pese al jolgorio

Un-zunhause / No-en-su-casa

Muérete, rival / Geschreibe

La selva oscura

No seas un pez en el fondo del pantano

Te hundíste en el Empíreo inmóvil

La danza de ser con otros

El impulso salvaje que traemos

Soy el zorro viejo y malo

Posesión de las zorra

Las vulpejas

Materialidad / Sachheit

Zu-sein / Habérselas

Vive el presente

Uno es un zorro viejo

Poemas zorrunos

¿Qué puede ese zorro?

El invocador

El invocador es tan sólo un adeudado

El alma abandonada

Provocación

Láctame


No es el tiempo de sustratos neuronales

Pertinencia

El zorro y la hiena

El Inestante, el Alguacil

Coencuentros riesgosos

La existencia es libertad

La palabra mágica y poética

Las palabras

La palabra malvestida

Bailarín del ritmo

El gorgojo vibrátil

A los hijos de Amitai

Don Nadie no quiere morir

Homicidas y cómplices

El animal castrense

El padrote

El culto al terror

Estoicismo verdadero

La libertad doliente

Ya no sé qué es amor

Los sofistas

Los peces y la novelería

Este amor fue higuera

Mi ser-ahí casa tiene

La pubertad de la palabra

La palabra malvestida

El odioso ser en general

¿Qué es el ser?


Meditación del ser

Das Momentum

Como si el espacio se llenara de mentiras

Dichas predefinidas

Descobijado en la otredad pese al jolgorio

De algo a algo

Como una uva pequeña

Los días tristes

Trae a la presencia

La hiena moderna y el zorro eterno

A veces la palabra no baila con cualquiera

Espionaje

Uno el apelante, ¿qué puede?


Friday, August 29, 2008

Transpropiación del Acontecer / Ereignis


La esperanza es la mayor y la más difícil de las victorias que un hombre
puede lograr frente a su espíritu: George Bernanos


Hay una posibilidad de levantarse cuando ya estás caído, Carlos.
Dále a la historia un sentido. No mates la fe porque te mueres.
No digas no hay verdad, porque te matan y te tiran de nuevo.

Construye tu propio Acontecer, la mutua dimensión
de tu ser y el futuro. Dí: Soy posible, hurga el pasado.
Decide en el presente; pero que sean tus tiempos infinitos
como el mismísimo espacio, como expansivo es el cosmos.

2.

Bástate la nidada de quien te llamó pájaro negro.
Casa del luto eterno. Un sólo ultraje al ser.
Una sola caída. No aguantes más que el Dasein
no ha de estar caído por siempre.
No será tu hallazgo el aterrado afán de esclavitud,
y culpa y sufrimiento y muerte.


La situación-límite que no vuelva
a definirte como determinismo,
que no ofrezca las cifras de finitud de nuestro ser,
porque vas a llamarlas mentiras desde ahora;
declinación, extrañamiento, objetivación fría del mundo,
desalojo de tu propia revelación infinita.

3.

Ahora es el día, Carlos: vas a ligar al verdadero Uno,
a saber-hacerte un recurso ante el silencio eterno
de los espacios insomnes. Lo infinito.
Te enlazarás con lo Otro, con la alteridad,
con lo heterogéneo al sentido.

Vas a examinar la señal advertida de lo real,
vas a escupir sobre la angustia
en nombre del Reposo.

Vas a sondear la muerte e interrogarla
o quedarte con la misma incondicionalidad
con que nacíste. Llorón de la Nada.

4.

Defínete un ser-en en el que seas

ser-en-la muerte... mas buscarás la vida.
Identifica el Objeto que a la muerte se anuncia
como angustia, hambre de ser y penuria...
que el Amo te da como cuerpo lloroso de pulsiones;
pero díle: «Yo no soy él,
estoy en tus espacios de dominio
allí donde el realismo me tira como un moco,
pero yo no soy él; mi cuerpo es otro ente».


No el Uno de la excepción que funda la estructura.
No el Uno del discurso que me niega el ser previo,
para darse a tí como Uno producido.
donde tu pie me holla en el horizonte de lo paralizante.

5.

Oye el dictum: el realista vulgar es el Amo
y vive por el No y discursa la nihilidad de lo posible
y su carácter aniquilador en cuanto tal... pero tú dí, Carlos,
el Si Es Posible, puedo el SI

pues me levanto y ando no como Nada que anonada,
no como el Sujeto que se castra a sí mismo
y declina su ideal cuando se niega al otro.

He aquí que tú, Carlos, eres el terco que declaras
el ser-ahí es el tiempo que tempora, pero que puede,
al final, matar el falso ego en los infiernos,

esclareciendo su angostura y finitud
para el rascate del ser y sus cimientos.

He aquí el que oye el Amo
que induce a que digamos, como Kierkegaard:
«Lo que yo soy es una nada»; pero, yo sí
me quemaré en holocausto.

6.

Tú no eres un objeto más, Carlos.

Eres la dignidad de la energía, el preguntante,
el creador del Ereignis: forjas el Acontecer
y lo transpropias. Cree tu grandeza, sé el poeta.

Llénate de fuego como si la zarza del monte
te consumiera por dentro, sé profeta.

Cede el Espíritu como un ente que al Otro
reconstruye muchos tiempos.
Hay muchos tiempos, Carlos, aunque no sean
los tiempos absolutos ni los seres perfectos.

No promociones la impostura ni autorices trampolines
para plegarse ante el Amo y hacerlo más Verdugo.

No busques ad perpetuum el placer primario
ni la neurosis universal de falsos templos.

Cura, cuida, preocúpate, Dios es la Sorge del estar
con terco grito, vivo desde los huesos, en fe incondicional
por este Ser que lame el tiempo y transpropia aconteceres.

La historia es emergente, promisoria,
porque no es en la nada ontológica ni por la duda absoluta.
Ni es por el regreso de viejos dioses que son
la modalidad de una neurosis, obseso-compulsiva,
inducida socialmente a privar a los otros de su goce.

7.

El futuro se vale. Dáte el futuro como quien pide
su valor de plusvalía, su vocación
para las buenas pulsiones y su erotismo puro.

Aunque nada sepas del haberte-sido,
dáte cualquier cosa que sea como la fe,
tuya, propia, digna de tu Sorge / cuidado.

Dáte la ruta para volver a mirar a los cinco rostros
los Partzufim, en las esferas y las fuerzas de lo Vivo,
del bosque y los árboles, en el reino manifiesto.

Dáte del Uno que preexiste, pero combate
al que produce al Amo y su discurso del inconsciente,
histérico, insatisfecho, privado
por causa de renuncias y de oprobios.

8.

No hay en este campo un tiempo absoluto.
Ni hay en el otero una simultaneidad que no atempore.
Lo que hay es esta zarza de estructura contínua
que desmiente los sistemas absolutos
(déspotas referencialidades en la Naturaleza).

Lo que hay es el ser-ahí, relativístico, frágil
en su posibilidad más extrema de ser
y es por ello que niega el tiempo y los vacíos absolutos.
No los quiere... Tú no los quieras.

No existe ningún medio universal que lo abarque todo.
Lo que hay es la atracción que te unifica, Angustia.
Lo que hay es repulsión que te da nombre, Carlos.

Esta materia es magnitud dinámica, continuidad
que se quema y se divide en tu zarza, corazón mío.
Este ser-ahí te ha reclamado como forma objetiva y real
de sufrimiento, no como inextensión de la sustancia,
no como una Nada que calcina para siempre.

En un punto del tiempo, la entropía da medida.
Se nivela la temperatura del dolor
y el medio que la recibe y aguanta.

9.

Este ser-ahí te dice: «Existe, embrión.
Te conmina: Gusano de Jacob, mueve las nalgas».

Estructura contínua tiene tu materia.
Lo contínuo y discontínuo es unidad orgánica
y el movimiento es la esencia del espacio
y el tiempo carece de sentido.

Existen muchos tiempos y son formas universales
de la existencia de ser-ahí que te conmueve.
En la existencia general del mundo, Carlos,
el tiempo es también irreversible.
Se dispersa el calor y se nivela todo.

No habrá muerte calórica: con el dolor nivelado
se fabrica el espíritu, la consciencia progresiva
del gozo y el Trabajo.

10.

De Heideggerianas
___

Gustavo Flores sobre Heidegger / Gustavo Flores 2

Thursday, August 28, 2008

El extravío de un eterno memorioso

La revolución tecnológica al hacer inestable y virtual lo real, con preponderancia de lo artificial, lo que hace en definitiva es poner en cuestión la propia realidad de lo real. El histórico extravío actual de la metafísica es por sí mismo un crucial problema metafísico para nuestra época... El extravío de la metafísica en la actual erosión nihilista posmoderna es sólo parte de un proceso más grande que lo involucra, y en el que tiene la batuta rectora la revolución tecnológica, incluso sobre la globalización económica y el neoliberalismo político: Gustavo Flores Quelopana (filósofo peruano)

Ahora, con manos vacías, soy un hombre de Occidente.
En el camino perdí todo optimismo, o más bien,
me despojaron. Debo ser posmoderno
o no existo. El yo me lo demuelen
por decreto; el ente me lo dan apolillado.

Mi vieja fe en Cinco Rostros directivos
se fue a hurtas. Se parece demasiado
a la imagen de bondad metafísica,
ya desacreditada de todo a todo.
Sospechoso, primitivo, me han dicho.
Ya ni Dios ni Razón han dejado conmigo.

Demolieron mi Sujeto en una esquina.

Colgaron mi nombre con mis huesos
en lo alto de un poste de la plaza
y le prendieron fuego.
Ahora discursan sobre un determinismo ciego
(que la trascendencia no existe
y lo divino es opio) y que la Voluntad es libre
porque el Ser está olvidado y pudrido; el nihilismo
es la puerta del reposo. Sin un ente,
no hay esencias ni seres
y yo, más que bien, lo entiendo.

... pero, aún así, me van quitando más.
Yo quería mi experiencia con lo Eterno
y advertido soy de un ahora gastado, viciado, de extravío;
yo quería mi Ser y me dijeron: «Sálte del Yugo.
El ser es meramente una idea y la idea
es esencia
sólo en relación al contrayado y remanido ente».

Y los fanáticos del ente son olvidadizos,
acusatorios, homicidas, mentirosos.
Sigo pidiendo algo más que este asqueroso
ahora que me han dado; sí, quiero mi ahora,
con su inmanencia y todo, pero, con esa pieza
que le falta: ipsum esse, Ser como tal,
su auténtica factura; sí, quiero el ahora,
pero han de dármelo completo, yo no quiero
el olvido del Ser, yo soy un eterno memorioso.

Entonces, me condenan a las perpetuas prisiones.
En las cavernas, veo otros que, como yo, se niegan

a ser simios antropotécnicos, historicistas
del momento, hijos precarios de los obtusos juicios.

Otra vez pido un ser que pueda ser,
para mí, fundamento.


Ellos me dan las sombras que danzan como sibaritas
porque el hoy es tan breve y el ser no es eterno;
no hay nada previo, sólo la salvaje secuela
de las cosas materiales, naturales, objetivas
y ese simulacro de Yo, ens in communi abstracto,
actus essendi del trajinar y el extravío.

Antes de ser hombre occidental, tuve esencias.
Las dí por fundamento, mi propia ontología;

hoy es pan de simulacro, hambre es
lo que como; hoy bebo muchas sombras

y apenas me sustento.

Estraviado en una cárcel,
en aras de una Verdad que me libere
y que no tenga su asiento en el juicio,

en los entes deficientes, vivo.

Del libro Heideggerianas

La mala suerte / Local y universalmente / Meditación sobre la muerte de Ana / Declaración de amor / Obra poética /

La tristeza persiste


¡Ay, esta tristeza existe! y nadie puede
decirle que se vaya; un silencio es su cómplice
y se vuelve poderosa, se paga de sí misma,
se engrandece, invade, toma lo suyo
y lo ajeno; en tu nombre y en placer
de sus cosas, comete tropelías.

¡Ay, esta tristeza existe! ávida de acusación
por todas partes; presta a reirse de tí
cuando menos lo esperas; te muele a palos
tarde y mañana y ninguno te observa
y la acusa. Uno no tiene ante ella ni el derecho
a la desesperanza. No vale la pena ni quejarse.

Me enterrará un primero de septiembre.
Ella lo hará lamiendo el desprecio que me queda.
Limpio quiere de odio mi cadáver
y he vomitado sus ansias encima de mi ropa.

Si no vomito más es porque bebió mi samgre
y ya no queda gota. De pobreza me ha crucificado.
De incertidumbre vistió mis días.
En resumen, ya estoy para la muerte.

Del libro Yo soy la muerte

Pocahontas: la Madre de la Nación (USA) / Matoika

Las dos marcaron el día


Este es el día marcado.
El simulacro de morir tendrá sepelio.
Mi himeneo de infinito se consuma.
Van a arrancarme el lonco de una vez por todas.
Llegó mi ser con la promesa a la casa del ahorcado.
El ser quiere ser libre y quitarse su atadura.
Quiere desnudarse y hacer el amor conmigo.

¿Quién es la que irrumpe como dama del Destino?
¿Quién la odiosa? Cualquiera es
y está en cada lugar cuando es preciso.
Ella sí vino porque le debo mis días.
Sabrá cobrarse porque es testigo del Ser
que me visita. Y es tan distinta la amada que jamás
tiene prisa, porque no envejece ni sufre
porque es feliz, con amor y con promesas.

Este es el día marcado.
Alguien beberá de mi sangre, me cortará
en las sienes y en la yugular; sabrá que estoy
encañonado, contra la espada y la pared
y las manos atadas. Este es el mejor día
para matarme; otra vino que ama, el mismo día.
Este es el día marcado por las dos.

Del libro Yo soy la muerte

Los Carbonarios /
La Naranja

Tuesday, August 26, 2008

¿Cómo que no?


Da mucho dolor y ¿qué carajo entiende
el que tuvo padre y pan al menos?
Una madre que más que llorar es su genio.


Se concede el poco del decadente olfato,
su coraje de sal, su orilla, la charca,

el abismo zorruno, el metano,
sus crucifijos, ritos de uñas afiladas,
siendo Venus. ¿Cómo que no?
Da mucho dolor y ¡qué carajo!

Uno comienza con el odio natural.
El juicio de la pinche carne, el Orfeo masacrado
desde la religión y deja de importar

si veló Isis, si Dioniso
terminó despedazado.

¿Qué importa si egipcios o griegos?
¿Qué si Roma, o César, o el Mediterráneo?

Uno es el Occidente quejoso.

Una mierda, tú sabes... el tronido...
Dioniso hecho pedazos, uno que dice
no veo, no sé, no oigo, no si de veras camino

o me arrastro o trepido como explosivo
eructo del Vesubio.

Estoy en una caverna de la angustia.

En un volcán de karma y de nostalgia.
Estoy en pasarela de franco menosprecio.

13-06-2005 / Canto al hermetismo
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Monday, August 25, 2008

Meditación sobre la muerte de Ana




Para defenderte
porque es mucho lo que se dice contra tí,
siempre los abogados faltan, ninguno está,
se ausentan, se esconden...

... pero, gracias, díste el ejemplo.
Y con bravura se te recuerda erguida
ante Winthrop y los señores más poderosos
de toda la bahía. Pusíste entonces
el corazón en la balanza...

Hoy les informo que ha muerto tu semilla
y que Susana se cría entre indígenas
y no quiere volver a sus iglesias.
Ella ama al captor, ellos la aman
a ella, sólo porque tiene el pelo rojo
y una carita de pecas...

Vengo a decir que Ana fue asesinada
en Nueva Amsterdam; se acabó el problema
de herejía. La mataron los indios que ella
amara tanto como el cuáquero Williams.
Se esconden hasta de Dios,
se esconden detrás de una viciada mayoría.
Ana, les digo que ya has muerto
y todavía se esconden.

No pueden estar solos como tú.
Su consciencia no es libre,
no saben estar a solas y llorarte...
Se ocultan, se concilian en horda
como lobos arminianos, cebados en jactacia
de sus obras, mordiscos, traiciones...
Se dedican a exacerbar la xenofobia,
la hecatombe, el genocidio.

Para defenderte nadie...
(excepto el Corazón con gracia,
tu nervio y tus collejas, Ana).

Mucho dolor en solitario absorbíste,
con el alma en la boca y en la muerte presente,
tu corazón en vilo que levantó su mano
y la oración. Invocaste todo lo que precede
en tu sufrir para que se fortalezca otra justicia
(esa amor desinteresado, valiente
del que fuíste vigía).
Ese amor que tú salvas para el pueblo.

Tú sí sabes de qué hablo, Ana.
A tí se te ha golpeado mucho, demasiado.
Te han herido donde más te duele
y, sin embargo, amas.
No quitarán este amor por tus colonos,
no arrancarán al indio bueno de los brazos;
tú, si acaso tuvieses enemigos,
son gratuitos y cobardes, demonios malnacidos
que se turnan en el foro a llamar buenas obras
sus criterios mezquinos, sus odios fortificados.

Te ví aquella tarde rumbo a la Corte.
Iba un séquito de ministros a tu lado.
Recuerdo tu barriga de parto y la calle en silencio,
ahí va The Dissenter, the outspoken witch,
A su juicio, eras una bruja de Lancanshire.

Se alegran de tu muerte, Ana.
Se han burlado al decir:
«Dios la castiga
cuando la mano del indio es la
desastra su destino».


John Winthrop es quien te acusa todavía:
«Intolerable fue a la vista de Dios,
Mrs. Hutichinson sobrepasaba
lo que a mujeres se permite y, con blasfemia
dijo que Dios habla, directamente a su oído:
Oh Puritans! She is a lier.
—God would not speak to a woman!


Para defenderte, ¿quién estuvo?
He visto a Susana, la huérfana del cabello rojo
como hoja de otoño que a los indios fascina,
la única que vivió cuando avanzaron
los Siwanoy a quemar tu casa.
Hasta el mismo Dios te pedía que murieras.
Todo arrasaron como la última burla para tu vida, Ana.
Asesinaron en 1643 cinco de tus renuevos
y a Will, tu esposo, un poco antes y arrancaron
de tus brazos a la más pequeña.
Yo la ví, Ana. Me dijo que está bien
y que la quieren. Toma ese consuelo
con esta flor en tu tumba.

Estos son los indios a los que díste defensa;
pero tú entiendes su odio; los despojan,
los esquilman, los humillan, los que dicen
que son civilizados y que hacen buena obras.
Pero Susana está bien.
Con sus captores se quedó y, ¿sabes, Ana?
no quiere irse a hacer vida con los blancos.

El odio y la matanza sobreviven;
pero también tu memoria
y los hombres con miedo
y el dedo en los gatillos
y la biblia en silencio.


04-08-2005 / Canto al hermetismo

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