La deuda (5) (6) / (7)

La deuda / El pordiosero (5)

Dejaré que tu proyecto ascienda.
Véte con otros, putilla
de bragas amarillas, házme triste.
No digas a nadie este secreto.

Calla o escucha, Sorge,
mi cuidado y el trato que nos dimos.
Para que seas en mí,
te robo ser y sufro.
Me adeudo en tí, me remuerdo.

En resolución anticipadora,
te olvido; pero en mi corazón
te amo todavía, año tras año,
y acepto lo que traigas,
trágico o fiel,
que venga tu ya-sido
y tu presente-ido de mis manos.

¡Quiero que me halles, o me pierdas, Sorge,
porque te llevo conmigo, coexistente
de un ala, comundana en el trino!

11-09-1981 / Indice: El hombre extendido


El pordiosero (6)

Alguien tiene que amar
y llevar esa bandera al territorio
de su sobrevivencia, al clamor
de sus huidizas formas de contacto
más allá de las definiciones.

Aún triste, soy tan lúcido.
No. Lúcido porque sobrevivo, asomado
a la curiosidad como alimento.
Imito al niño que espera, o al viejo hambriento
que se confió a los juegos de las probabilidades
desde una urgencia, o una quieta invalidez.
O una limosna grata.

Indice: El hombre extendido


Triste que muera / El pordiosero (7)

No puede ser que perezca el día
y no vea una ventana.
No. Triste que muera
tan incógnito a la piel, sin compañera.

El presente no es dulce hoy
por meras ganas.
El futuro que traiga simetría
y riqueza visible y el gran salto:
ella y yo, solo a solo, en la cama.

Se forjará el proceso aunque nada
asegure que el Universo homogéneo
y que aún para los feos
se expanda en sus días.

No hay prioridad para él
ni para nadie. que te bese y me bese,
que se quede ardientemente
en acecho la mandíbula,
la mariposa que penetra la ventana!

Vendrá la luna que ladra
y voy ladrándo yo, como tú,
antes que nadie.
También la materia inagotable
esconde a solapos su blasfemia
aunque el tiempo esté
de nuestra parte
en campos universales,
en rincones de posibilidad,
en ansias locas y regeneradoras.

04-11-1983 / Indice: El hombre extendido