Saturday, December 13, 2008

Gato de Srödinger / Abre el camino


Como una serpiente voladora,
es la luz, onda felina que se esparce,
runruneo en aire desatado,
fantasmal a veces, pero nunca en punto
muerto ni inercial; mi luz flota, ardiente,
veloz, aunque nadie sepa cuantificar
sus momentos.

Así eres, Naga iluminador,
Electrón de mis visiones, fugaz
como la muerte; pero con más vidas
que el gato de los partos,
mi sostén mágico.

Como un ser de luz, serpes
del ente, como una lengua de fuego
que tus chispas escupes para que tenga
partículas en las manos, lágrimas
tibias en el rostro.

Te vas y regresas, serafín
de mi noche; te observa mi mañana
cuando te desconoce; como un gato
me acaricias, te detienes, por el poco
de leche del pocillo y el mimo fragmentario
de mi dual precariedad.
Al fin y al cabo, te vas, con ondas
incomprensibles, tu misterio serpentino,
noche de tus abismos iniciales,
donde está la unidad de lo indiviso,
la sabiduría de tu Totalidad.

11-05-2000 /
Indice: EHE


Abre el camino


Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera,
la certeza de lo que no se ve.
Hebreos 11:1

No estaré solo en la batalla si no tengo
la paz del servicio, si no tengo tu presencia
como amor. Sé el modelo; abre el camino.
Lucho la vida que es más que la existencia.
Investigo el cimiento para que quepan
mis días; me entrego a tu silencio
para que sea la paz en mi noche.
… pero no tendré paz si no te sirvo.

Ven y házme obrero, jornalero de tu amor.
Cultiva en mí, flor de tu espíritu.
Sol eres que no se agota.
Yo, la hoja, que pide fotosíntesis;
Yo, la piel, que sin tí es vulnerable y pálida.
Tú, mi zarza ardiente, fuente de anhelos.
Mi biopolítica eres tú, mi deseo
es por fí que se infunde. Tú, la fuente.
En la rivera de tu río, soy la nava.
En los días de tu amor, habitaré.
Sé mi casa porque el desamparo hiere,
castiga. Cuando no tengo nada, Padre amoroso,
sólo la oración de mi angustia puedo darte
y en la soledad que atestigua, quiero que me visites.

Sé entonces la segunda presencia, inicialízame.
Tu fe me provee, pero sin ella, ¿cómo decir
que vivo, cómo aguardar por fuerza y luz
y consuelo? Todo lo que me falta eres…
La vida es más fuerte que nada y tú eres
El todo que carezco y en creerlo, aunque ilógico,
tengo ya amaparo. Fuerza de tu esperanza.
La vida se pulsa, se extiende, si tú le das significado
y te transformas en el fundamento…

10-12-2008 /
Indice: EHE

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