Entre tus lugartenientes, por tu causa
de las Provincias Unidas del Río La Plata,
por tu visión de pueblos libres con bandera,
con el gozo del federalismo, [por América]
esta vez no estará Fructuoso Rivera;
en los ríos revueltos de las revoluciones,
en las venas abiertas por las que emana
heroica sangre, el traidor vela, su lapachero
forma; lo divierte y Judas que a tu presencia
han llegado tienen precio. Son como él:
al mejor postor portugués se sumó Fructuoso
y, entre montevideanos, él va a buscar tu muerte.
Junto a otros, conspira en el Club del Barón.
José, ya te saben la sicología: eres austero y noble,
democrático, valiente, a Jefferson lo sabes
de memoria, has madurado y reconoces
a las élites urbanas tan corruptas,
de Brasil a la Argentina, de la Banda Oriental
al Tacuarembó que en enero de 1820
te sumiera en la derrota y abandono.
¡Pero ésta es la guerra, José,
con su saldo de pasividades indignantes;
con sus deseos privados de conspirar
por tu muerte; la guerra es guerra mala
(¿no ves?, le dice el negro Ansina)
aunque haya valientes a tu lado!
Enero 2002 / El libro de la guerra
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Michele Martínez: Candidata a Alcaldesa de Santa Ana / Powell endorses Obama / Campaign costs / Literatura: Dzur / Cartas / Yo soy la muerte / Heideggerianas / Memorias de la contracultura / Index /
Sunday, October 19, 2008
En el club de los traidores
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