Saturday, October 25, 2008
Sicología de las lástima
No hay por qué tener lástima a nadie.
Sería más útil que se crea, con convicción,
con valentía, este sentimiento que dice:
¡No magullen! ¡Abajo el dolor!
No lisien, no hieran, no contusionen.
No empobrezcan, no dañen, no incomoden.
Amárrese la paz con dulces ataduras.
Auxíliese al que sufre de inmediato.
Lo que hay que rescatar es el gusto, la alegría.
La condolencia puede ser una pose.
La piedad es caridad tardía.
Con la lástima se puede lastimar...
El consuelo que llegue armado de factores
y de manos y alimento y energía,
o es mejor que no venga y acabe de mostrar
su poca expectativa, su tedio con el mohín
de insuficiencia y asco.
Después que se ha mortificado y desastrado
al que padece, la lástima es la puerta de carroñas
a flor de labios. La lástima no es vida.
Es la compuerta aún no cerrada de la muerte.
30-07-2002 / El libro de la guerra
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