Friday, October 10, 2008
El Estado
Vieja extorsionista y bellaca,
te pedí una palabra señera que describa
tu mancebía de tronga y me díste
un estado de desgracias.
Hoy me preocupa cómo de la vida
tomas la esencia que te place
y me pregunto cómo la vendes diciendo:
¡Es indispensable! Soy tu libertad,
tu democracia, tu sistema.
¡Y no te sacias, troglodita silenciosa,
de quitar libertades inventándote leyes.
Tu haces las búsqueda amargas,
loba aullante de la demagogia!
Sacas vientre de mal años y exiges más
y más y más... más controles,
más trámites, más normas y demandas.
De una dicha precisa, nada dejas,
sólo caspucias, migajillas, fatua luz...
¡Y tan simple que es lo que yo quiero!
Dirigir mi vida, que no me manipules.
Busco mi ser, no que me hagas la guerra.
Toda la fuente de mis divisiones
la explica el poder que has adquirido.
Me has despojado, me lo quitaste todo.
No tienes intención de dejar nada libre.
Eres tálamo venal, garito concupiscente,
donde se acuesta quien te delega
su voluntad, su necesidad y su alma.
05-12-1983 / El libro de la guerra
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Pepino: El pueblo en sombras / Cuaderno de amor a Haití / Indice
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