A la Generación del '98

a Angel Ganivet

Con los medios que el corazón me ha dado,
con el gozo de esta muerte sobre el agua doliente,
te renuncio, consigna de soldado,
y te llamo, Quijote, con apetito natural
de una belleza que el horizonte
a mis ojos abre desde las marismas
y tu suicidio, Ganivet.

No hables por mí, Trajano, cállate, Séneca.
En Tarragona, que no hablen por España
los suevos ni los francos,
ni Leovigildo ni Rodrigo en Guadalete
ni Pelayo en la Reconquista
antes de cualquier Cid y los Alfonso
o Isabel I en Toros de Guisando.

Calla, España,
desde los endriagos de tus catedrales,
desde los molinos de tus monumentos,
desde tus museos necrológicos
y tus lápidas fantasmales
de bibliografías.

Quiero morir y nacer
sin mística de ilustres
y enloquecer por amor
como Juana la Loca
y amanecer con la Bicha
de Albacete
y reescribir el futuro
en Tordesillas.

11-09-1977 / El libro de la guerra

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