Antes de que usted aprenda a pensar
como dizque piensan los hijos de la Razón,
venga acá, duérmase en mi regazo.
Evite sus melindres porque lo llenaré de besos.
Tendrá que aprenderme el afecto
porque sin ese ABC el hombre se destruye
y consigo, a la destrucción arrastrará a su pueblo.
De modo que siéntase en confianza.
Vamos a evitar la guerra desde hoy
con métodos sin métodos, con sencillez
de abrazos, con plenitud de cariño.
Sólo que en ésto no se puede ser hipócrita.
La sonrisa delata. La boquita que es feliz
no miente, siempre canta y sonríe.
Uno sabe cuanto la gente es recelosa y tiene miedo.
Aquí se le ha invitado a ser un hijo,
uno más en la tribu, uno sin condiciones.
Bueno, sólo se pide: «Dáte limpio, dáte puro».
Aprende y ama y, observa ésto, sin amor
no hay aprendizaje ni resultado ni esperanza.
Tienes que ser parte activa del proceso.
Es tan sencillo: ¿O es que el ser puro no sale
de la inocencia de tu espíritu? Ser puro
no se enseña; ser puro es derramar el alma
tal cual es y llamar alma a lo más generoso,
espontáneo, incontaminado que tenemos...
02-05-1987 / El Libro de la Guerra
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