Friday, October 10, 2008
Giman
Giman y escuchen el dolor.
Aprendan a temblar
porque un poquito de miedo
es necesario y rico como el sedimento
para la carne llagada.
El dolor es un bálsamo secreto,
río profundo, caudal que fluye
anónimamente, día día.
Su memoria, con engaño, se olvida,
pero está siempre con otros
preguntando si le sabes el nombre,
su entraña, sus heridas abiertas,
sus paisajes siniestros.
La tristeza neural,
como la sed del cruel, bebe
del cinismo consuetudinario
y se seca a las orillas de los vados
como hierba por todos escupida.
Aunque breves y secables
sean las lágrimas, el gemido se asoma
y otras veces se esconde.
El dolor chapotea en aguas frías
y congela los huesos
para que el corazón no reviente.
¡Por eso! ¡giman mientras puedan,
escuchen el dolor en la mañana
para que enlutezca el olvido!
y asesine el motivo
que burló en carne viva
la porción húmeda
de sangre que les toca!
02-07-1989 / El libro de la guerra
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Pepino: El pueblo en sombras
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