Poiné

Cuando los locos son mayoría, la locura se convierte en un deber del ciudadano: Robert Kurz

Los basiliscos, o furias, me roderon
desde que dejé de preguntar
por el dominio público, mi escenario objetivo.
Acepté como norma ser un cazador
de mis propios objetos fantasmales.

Hoy me enseñan la guerra, o yo en la enemistad,
la cólera, me instruyo;
yo, un caballo de espadas,
bravura que es más impertinencia
del hombre tecnológico
que del genio y tiempo residual
conmigo mismo.

¿Dónde puede que esté yo
sino en la introversión del arquero
sin arco y sin presa al que tirar
mi flecha de poiné, el dardo vengativo,
quién soy si no el espectro
de la Era Posmoderna, en subpoena?

En mí no hallo un testigo
que me exima, me consuele.
Hoy soy un camaleón o un basilisco.
Apenas sé si racional la realidad
de lo que hago, si lo Real racional
ya se ha cumplido con mi manera de vivir,
afilosóficamente, sin un discurso que reviva
la crítica, que alcance la comunidad,
la transforme, la crezca meritoria
y cualitativamente, y me perdone.

El fin capitalista es engullirlo todo
y vomitarlo y escupirlo
como Apolo que manda
sus furias y venganzas
tras la muerte de Psamathe.

El libro de la guerra